‘La Promesa’ desvela quién mató a Jana Expósito y a su madre: todos los motivos y el ‘modus operandi’
Han pasado casi seis meses desde la misteriosa y trágica muerte de Jana Expósito, la joven protagonista de la serie de época La Promesa, y el enigma sobre lo ocurrido aquella noche ha mantenido en vilo a los seguidores de la producción de Bambú Producciones. Sin embargo, el reciente episodio emitido por La 1 de Televisión Española ha revelado finalmente los secretos detrás de su fallecimiento, dejando claro quién fue el responsable del fatal desenlace y cómo se desarrollaron los hechos en esa noche que marcó a la familia Luján.
Todo comenzó con el episodio anterior, cuando Lorenzo, el capitán, acusó fríamente a Leocadia de haber matado a Jana. Con su característico cinismo, Lorenzo utilizó la acusación como un chantaje: amenazó con difundir la supuesta culpabilidad de la señora de los Luján a menos que permitiera que el padre adoptivo de Curro se casara con Ángela. La tensión estaba servida: ¿podría Lorenzo probar sus palabras? Los fans, conocidos como los “promisers”, estaban ansiosos por descubrir si la verdad coincidía con las acusaciones del militar.
El episodio comenzó con el enfrentamiento entre Lorenzo y Leocadia, cuando ella, indignada, exclamó: “No digas más sandeces, ¿de dónde sacaste que yo maté a Jana?”. Leocadia mantuvo su versión: la culpable era Cruz, pero Lorenzo parecía saborear la situación, consciente de que Leocadia no cedería fácilmente y que su negación era parte del juego. Para reforzar su posición, Lorenzo sacó de un cofre un regalo que dejó a Leocadia sin palabras: el alfiler de corbata que ella misma le había regalado a De la Mata por su cumpleaños. El gesto, aparentemente inocente, escondía un mensaje más profundo y una conexión directa con la joyería que años atrás se había utilizado para suministrar venenos.
La joya, comprada en la Joyería Llop, se convirtió en la prueba tangible de que Leocadia había estado involucrada en un plan mucho más oscuro. Lorenzo dejó sola a Leocadia para que meditara sobre lo ocurrido, y ella, al día siguiente, le devolvió la cajita con palabras que revelaban resignación: “Te lo devuelvo porque es un regalo, y un regalo no se rechaza”. Reconoció que, aunque consentía el matrimonio de su hija Ángela con Lorenzo, su motivación no estaba relacionada con la muerte de Jana, sino con asegurar el bienestar de su hija. Lorenzo prometió que Ángela estaría de vuelta, pero la pregunta sobre dónde la tenía oculta permanecía en el aire, generando incertidumbre y temor.
El recuerdo de aquella trágica noche asaltó a Leocadia. Relató cómo Jana había accedido a su dormitorio con la excusa de necesitar compañía, mientras esperaba que Manuel interviniera para tomar medidas contra Cruz. Jana le confiaba todo el odio que sentía hacia su suegra, y Leocadia, con frialdad calculada, le explicó que no permitiría que denunciara a Cruz. “No hay otra forma de hacer justicia”, le dijo severamente. Sus palabras dejaron en evidencia su obsesión por la venganza y su capacidad para manipular a quienes la rodeaban.
Leocadia no solo buscaba frenar a Jana, sino también saldar cuentas con antiguos enemigos. Confesó crímenes que afectaron directamente a la familia Luján: la muerte de doña Carmen, la primera esposa de Alonso, y de Dolores, asesinada al descubrir que su hijo era de Alonso, con la intención de ganarse el favor de Cruz. Además, reveló cómo había convencido al barón de Linaja para que la ayudara y cómo entregó al bebé a Eugenia, explicando así la presencia del anillo de La Promesa en manos de aquellos que alejaron a su hermano Marcos de la familia.
El clímax llegó cuando Leocadia, en un gesto frío y calculador, utilizó un cojín para inmovilizar a Jana y empuñó una pistola. Mientras Jana suplicaba piedad, Leocadia pronunció palabras que reflejaban su perversidad y su obsesión con la venganza: “Eres el regalo inesperado que me ha dado la vida. Tú eres mi venganza contra Cruz”. Con un disparo certero, dejó a Jana inconsciente y colocó una piedra en su mano, un símbolo que quedaría como enigma y prueba de la muerte de la joven.
Sin embargo, la historia no terminó ahí. Cuando María Fernández intentó cuidar a Jana, proporcionando agua para aliviarla, Leocadia aprovechó la oportunidad para forzar un accidente con café envenenado. Esta acción aseguraba que el plan se ejecutara hasta sus últimas consecuencias y que nadie sospechara de su implicación directa. La serie, con esta revelación, dejó claro que Leocadia había orquestado la muerte de Jana de manera meticulosa, utilizando su ingenio y frialdad para manipular a todos a su alrededor.
Pero la pregunta que muchos se hacen sigue vigente: ¿tuvo Leocadia algún cómplice en esta macabra trama? ¿Cómo descubrió Lorenzo su culpabilidad y qué significaba la piedra que dejó en la mano de Jana? Además, la presencia de Cruz y la posibilidad de su regreso para vengarse de su enemiga acaban de abrir un nuevo capítulo de tensión que promete mantener a los seguidores en vilo.
El episodio de este lunes no solo resolvió el misterio de la muerte de Jana, sino que también profundizó en la complejidad de los personajes y sus motivaciones. Leocadia emerge como un personaje oscuro, calculador y dispuesto a todo por alcanzar sus objetivos, mientras que Lorenzo demuestra su capacidad para descubrir la verdad y manipular situaciones a su favor. La familia Luján, por su parte, queda atrapada en una red de secretos, traiciones y venganzas que marcarán el rumbo de los próximos episodios.
El impacto de la muerte de Jana se siente en todos los personajes: Manuel, Ángela y Curro deberán lidiar con el dolor y la desconfianza; los enemigos de Leocadia están advertidos; y la audiencia, finalmente, ha sido testigo de la resolución de uno de los misterios más grandes de La Promesa. Pero la historia deja claro que, aunque se conozca al culpable, el camino hacia la justicia y la redención está lleno de obstáculos y sorpresas, y que las lealtades y traiciones continuarán siendo el motor de la trama.
Con este capítulo, La Promesa demuestra que la combinación de secretos familiares, intriga, traición y venganza sigue siendo su sello distintivo, manteniendo a los espectadores expectantes y emocionados por cada nuevo giro. La resolución de la muerte de Jana marca un antes y un después, pero también deja abierta la puerta a futuras tensiones y conflictos, garantizando que la serie siga siendo un referente del drama de época en la televisión española.