Ahora se le enteran las cuentas

El capítulo inicia con un caos que parece incontrolable. Los personajes sienten que cada decisión tiene un efecto dominó, y las consecuencias se vuelven inevitables. La protagonista reflexiona en voz alta sobre la necesidad de llamar a Maripa y comunicarle que su presencia ya no es necesaria. “Qué desastre”, murmura, mientras el peso de las responsabilidades recae sobre sus hombros. Entre tanto, surge la idea de crear una empresa propia que ofrezca servicios de calidad, y un plan comienza a tomar forma. La investigación de todo lo relacionado con Gabriel en España se convierte en una prioridad: si hay algo que ocultar, deberá salir a la luz.

Al mismo tiempo, Gabriel se enfrenta a un reto emocional profundo: hablar con la matriarca de los Merino para ganarse su aprobación como futuro padre de Julia. La tarea le genera incomodidad, y el amor que empieza a sentir lo desconcierta. Se da cuenta de que este tipo de sentimientos repentinos no son fáciles de manejar, y su mente se llena de dudas sobre lo que significa amar de manera tan intensa y súbita.

Mientras tanto, Digna exige explicaciones. No comprende por qué no fue consultada sobre decisiones tan importantes, y Damián solo puede suspirar. La sensación de vacío que lo invade es tan profunda que las palabras no parecen suficientes para llenar ese espacio de incertidumbre. Las tensiones entre Digna y la familia aumentan y lo que antes era un núcleo unido comienza a fracturarse. La disputa por Julia amenaza con dividir lo que siempre fue una familia cohesionada.

Gabriel se encuentra atrapado entre la lealtad hacia su familia y el deber que tiene con la empresa. Aceptar la oferta de Brosar significaría comprometer algo más valioso que cualquier posición: su propia identidad y la integridad de la familia. Pero al rechazarla, arriesga el futuro de la empresa que tanto ha trabajado para proteger. Esta dualidad genera una presión insoportable, y Damián empieza a cuestionarse si su hijo es realmente capaz de soportar el peso de la responsabilidad de dirigir la compañía.

Julia, por su parte, enfrenta una decisión que cambiará su vida para siempre. La niña se debate entre el cariño que siente por Damián y la comodidad y seguridad que le ofrecen Begoña y Gabriel. Aunque ama profundamente a su abuelo, la posibilidad de vivir con Begoña y Gabriel se presenta como una opción más atractiva. Sin embargo, queda la duda: ¿es realmente su elección o la presión de los adultos la está condicionando a tomar una decisión que no refleja completamente sus sentimientos?

El punto de inflexión llega cuando Gabriel decide aceptar finalmente el cargo de director en Perfumerías de la Reina, pero con una condición fundamental: reducir la cantidad de despidos que la compañía planea implementar. Esta decisión representa un acto de coraje y de responsabilidad, pero también desencadena una serie de consecuencias inesperadas. Aceptar el puesto no significa que los conflictos se resuelvan; al contrario, las tensiones se intensifican. Damián no puede evitar sentir frustración y preocupación. La decisión de Gabriel, aunque correcta desde un punto de vista ético y familiar, desafía la autoridad y las expectativas de su padre, generando un choque inevitable entre ambos.

Gabriel, exhausto, trata de justificar sus actos: “Papá, lo he hecho por Julia y por todos los que dependen de nosotros. No se trata de poder, se trata de proteger a la familia.” Pero en el fondo sabe que su relación con Damián ha cambiado para siempre. Cada decisión tomada para defender los valores familiares lo ha distanciado emocionalmente de su padre. La tensión alcanza su punto álgido cuando Damián, en un arrebato de indignación, lanza un reproche que hiere profundamente a Gabriel: “Nunca entendí por qué querías ser parte de esta familia si todo lo que haces es desobedecerme.” Es un golpe directo al corazón de Gabriel, que siempre ha luchado por ganarse el respeto paterno.

Finalmente, después de largas discusiones y confrontaciones, Damián reconoce la decisión de Gabriel. Aunque herido, no puede negar que su hijo actuó correctamente. Gabriel ha logrado proteger a la empresa y a los trabajadores sin comprometer sus principios. La decisión, aunque dolorosa para él, representa un sacrificio personal que garantiza la integridad de lo que más valora. Damián, con la mano en la frente y un suspiro profundo, reflexiona: “Hiciste lo correcto, pero no puedo evitar sentirme decepcionado. Lo hemos tenido todo.”

A pesar de aceptar la dirección de la compañía bajo sus condiciones, Gabriel sabe que nada volverá a ser igual. La relación con Brosar continúa siendo tensa y cada paso que da está cargado de incertidumbre. Las decisiones futuras serán más difíciles, pues deberá equilibrar la autoridad de la empresa con los valores que ha defendido durante toda su vida.

Por otro lado, Digna observa con tristeza y desilusión. Sentirse excluida de las decisiones sobre la adopción de Julia le provoca dolor profundo. Aunque ama a Julia como si fuera su propia nieta, no soporta ser ignorada en decisiones cruciales. Con voz quebrada, le exige a Damián: “No puedes seguir haciendo esto. Julia es mi nieta. Debes consultarme antes de cualquier decisión.” Damián, atrapado entre la lógica y la culpa, solo puede mirar en silencio. El vacío interior y la tensión acumulada hacen que la situación sea casi insoportable.

Julia, finalmente adoptada por Begoña y Gabriel, deja atrás a Damián. Aunque esta decisión ya estaba tomada, el dolor de la separación sigue latente. Damián comprende que lo mejor para Julia es crecer en un ambiente joven, lleno de amor y cuidado, pero aceptar que la niña ya no forma parte de su vida es un golpe difícil de digerir. Cada encuentro con ella le recuerda la pérdida y lo vulnerable que es ante los cambios impuestos por los adultos.

El capítulo termina con una reflexión sobre las decisiones y sacrificios. Gabriel, al aceptar el puesto de director bajo sus condiciones, asegura la protección de la empresa y de los trabajadores, pero se enfrenta a un futuro incierto y a relaciones familiares tensas. Julia, mientras se adapta a su nueva vida con Begoña y Gabriel, debe enfrentar los desafíos emocionales de una gran transición. Damián y Digna enfrentan la difícil tarea de reconciliar sus sentimientos con lo que es mejor para la niña y la familia. Los secretos, los sacrificios y las tensiones continúan marcando la vida de todos los miembros, dejando al espectador en vilo y anticipando los giros dramáticos que están por venir.

Cada decisión tomada, cada sacrificio hecho, subraya que en la familia Reina nada es simple, y que el amor, la lealtad y la responsabilidad siempre estarán entrelazados con conflictos imposibles de ignorar. El capítulo 436 promete dejar a todos los personajes y a la audiencia en un torbellino de emociones, donde cada acción tiene un precio y cada elección repercute en la vida de quienes los rodean.