La semana del 15 al 19 de septiembre en Sueños de libertad se presenta como una de las más intensas, cargada de revelaciones, secretos que salen a la luz y enfrentamientos que podrían cambiar el rumbo de las familias De la Reina y Merino para siempre. El ambiente en la colonia se siente pesado, casi irrespirable, y cada día abre una grieta más en los vínculos familiares y en las alianzas frágiles que los personajes intentan mantener en pie.

Todo comienza con la trágica muerte de Ángela, un suceso que destroza a Tasio, consumido por la rabia y el dolor. Su enfrentamiento público con sus hermanos Andrés y Marta revela heridas imposibles de cerrar. Acusa directamente a Damián de la Reina de ser responsable de la desgracia, de haber matado lentamente a su madre con años de humillaciones y violencia. La escena, presenciada por los vecinos, deja en evidencia la fractura irreparable de los De la Reina. Andrés intenta contener la situación, pero cada palabra solo alimenta la furia de Tasio.

En paralelo, Begoña libra una batalla más silenciosa pero no menos trascendente. Intuye que María oculta algo y empieza a vigilarla con disimulo. La sospecha se convierte en obsesión, sobre todo cuando descubre que María ha despedido a Olga, su enfermera, alegando sentirse incómoda con su presencia. Begoña lo percibe como un movimiento extraño: si realmente necesita cuidados, ¿por qué prescindir de quien mejor podía ayudarla? En sus conversaciones con Andrés, Begoña intenta que él asuma la responsabilidad de cuidar de su esposa, pero la tensión entre ambos es evidente. Él percibe en sus palabras un reproche más que una preocupación sincera, lo que marca un punto de quiebre definitivo en su relación.

Mientras tanto, en la casa de los Merino, el dolor y la desconfianza crecen. Joaquín, desesperado por salvar a la familia de la ruina, busca el apoyo de Damián, aunque Luis lo considera una traición. Aun así, los hilos de poder del patriarca logran resultados sorprendentes: consigue recalificar unos terrenos y convencer al concejal Miguel Ángel Vaca de apoyar públicamente a Perfumerías De la Reina. Sin embargo, ese aparente gesto de generosidad despierta sospechas. Nadie confía del todo en los favores de Damián, pues siempre esconden un precio oculto.

La tensión se agrava cuando Gema descubre un moretón en el rostro de Digna, que intenta ocultarlo con maquillaje. Los hijos la confrontan y terminan arrancándole una confesión a medias: Don Pedro la tiene sometida, no solo por maltratos, sino por un chantaje relacionado con la muerte de Jesús. El miedo paraliza a Digna, pero sus lágrimas revelan más de lo que sus palabras pueden decir. Este descubrimiento marca un antes y un después en la familia Merino, que se da cuenta de que su madre es prisionera de un secreto oscuro.

En los días siguientes, la tensión alcanza su clímax. El funeral de Ángela se convierte en un escenario de ruptura definitiva: Tasio prohíbe a Damián asistir, y aunque el patriarca decide quedarse fuera, su ausencia provoca comentarios enfrentados entre los presentes. Al mismo tiempo, Digna recibe la noticia de que Don Pedro está al borde de la muerte, lo que abre la puerta a una nueva revelación: ella ya no puede callar más y confiesa a Damián y a sus nueras el chantaje que ha sufrido durante años.

Pero mientras las tragedias golpean a unos, otros esconden sus propios engaños. María, que en apariencia sigue confinada a su silla de ruedas, en secreto ha comenzado a recuperar movilidad. Camina a escondidas, da pasos torpes en su habitación y mantiene la farsa de su discapacidad para no perder a Andrés y seguir manipulando a su entorno. La mentira, sin embargo, empieza a desmoronarse: Luz, la doctora, nota un tono muscular demasiado fuerte para alguien inmóvil, y la pequeña Julia, en un comentario inocente, revela lo que nadie se atrevía a pensar. Al ver los zapatos de su tía María gastados por la suela, la niña pregunta si camina de noche como los duendes. Ese detalle, aparentemente infantil, se convierte en la prueba que Begoña necesitaba. De golpe, todo encaja: el despido de Olga, la intención de marcharse a Madrid, la recuperación milagrosa…

El viernes estalla la tormenta. Luz, indignada con Luis por ocultarle el infierno que vivía su madre con Pedro, lo confronta y lo acusa de proteger demasiado a su familia mientras la deja a ella en la ignorancia. La relación matrimonial se tambalea. En paralelo, Begoña enfrenta a Gabriel con el comentario de Julia. El abogado intenta desviar la conversación, pero su nerviosismo lo delata: él sabe la verdad y es cómplice del engaño de María. Esa certeza despierta en Begoña un nuevo temor: ¿qué ganan Gabriel y María con mantener esa mentira?

Mientras tanto, la empresa atraviesa una nueva crisis: el perfume Pasión Oculta, creado para relanzar la imagen de la marca, fracasa estrepitosamente en el mercado. La desilusión llega justo cuando más necesitaban un éxito. En la esfera personal, Luis decide rescatar a su madre de la casa de Don Pedro, pero se topa con la última amenaza del tirano, que desde su lecho de muerte asegura que, si Digna lo abandona, revelará la verdad sobre la muerte de Jesús y la arrastrará a la cárcel.

Cristina, engañada por las súplicas de arrepentimiento de Don Pedro, cae en su trampa y promete interceder por él. La manipulación del hombre no tiene límites, incluso en sus últimos días de vida.

La semana culmina con Begoña totalmente segura de que María camina y de que su secreto está a punto de estallar. La tensión en la colonia se intensifica, las mentiras amenazan con salir a la luz y cada familia se enfrenta a sus propios demonios. Entre funerales, chantajes, engaños y revelaciones, los protagonistas de Sueños de libertad avanzan hacia un punto de no retorno, donde la verdad será tan devastadora como la mentira que intentaron sostener.