EN LA PROMESA 2 MUJERES, 1 DESTINO || CRÓNICAS de #LaPromesa #series

La ficción diaria de TVE no deja de sorprender a sus seguidores, y lo que está por llegar en La Promesa marcará un antes y un después en el futuro de dos personajes femeninos clave: Petra Arcos y María Fernández. Dos mujeres aparentemente opuestas, unidas por un mismo destino de sufrimiento, decisiones imposibles y secretos que amenazan con dinamitar el frágil equilibrio del Palacio de los Luján.

Tras la trágica muerte de Hann, muchos pensaron que la serie había tocado techo en cuanto a dramatismo. Sin embargo, lo que se avecina en los próximos capítulos promete emociones aún más intensas. Como adelantó la propia actriz María Castro (Pía Adarre), lo que viviremos con Petra y con María es “muy fuerte” y mantendrá en vilo a toda la audiencia.


María Fernández: un corazón atrapado en un amor imposible

La doncella María Fernández, siempre risueña, trabajadora y de carácter jovial, se encuentra al borde del abismo emocional. Su gran secreto es un amor prohibido: está profundamente enamorada del padre Samuel, un sacerdote que, por vocación y promesa divina, debería estar vedado para ella.

Desde hace semanas, los espectadores la hemos visto sufrir en silencio. Cada encuentro con Samuel es como una daga en el corazón: él la respeta, incluso la aprecia, pero su compromiso con la Iglesia es un muro imposible de franquear. Samuel, además, espera ser destinado pronto a las misiones, lo que significaría un adiós definitivo.

La desesperación de María se hizo evidente en la última verena en el palacio. Allí, buscando distraerse, acabó bebiendo más de la cuenta y terminó en ridículo: llorando, tambaleante y convertida en objeto de burlas. Su fragilidad quedó expuesta frente a todos, y algunos, como el despiadado hijo de Santos, no dudaron en aprovechar la ocasión para humillarla.

El dilema amoroso de María no tiene salida fácil. Samuel también parece sentir algo por ella, pero su vocación lo ata de pies y manos. Dos caminos se abren ante él: colgar los hábitos para entregarse al amor o marcharse para siempre, dejándola destrozada. Para María, las opciones tampoco son menos dolorosas: resignarse a vivir sin él o tomar la decisión más arriesgada de todas, seguirlo hasta las misiones. ¿Está dispuesta a dejarlo todo atrás por un amor que desafía a la moral y a las normas sociales de 1916?


Petra Arcos: la roca que empieza a agrietarse

En el otro extremo de esta historia se encuentra Petra Arcos, la mujer que durante años ha sido la columna vertebral del servicio en el palacio. Rígida, autoritaria y de carácter férreo, siempre imponía respeto tanto entre sus compañeras como ante los propios señores.

Pero ahora algo ha cambiado. La fortaleza de Petra comienza a resquebrajarse. Está irritable, responde con evasivas y evita a determinadas personas. Parece cargar con un secreto o un dolor interno que la está debilitando. Su figura, antes indestructible, ahora muestra grietas que podrían ser el preludio de un desplome emocional o físico.

Existen rumores de que podría estar enferma, incluso se ha mencionado la posibilidad del tétanos, una enfermedad silenciosa y letal muy común en la época. Otros creen que se trata de pura presión psicológica: el miedo a perder poder frente a la llegada del nuevo mayordomo, el aislamiento emocional o la soledad. Sea como fuere, lo cierto es que Petra ya no es la misma, y esa vulnerabilidad podría convertirse en su punto débil frente a quienes buscan ascender en el servicio.


Ballesteros: el “Rasputín” de La Promesa

En medio de este clima de tensiones y secretos aparece una figura que empieza a despertar tantas sospechas como fascinación: el nuevo mayordomo Cristóbal Ballesteros.

Su entrada en el palacio ha sido silenciosa pero firme, y ya está moviendo hilos desde las sombras. Algunos lo comparan con Rasputín, el mítico consejero de los zares rusos, capaz de manipular a los poderosos sin ostentar cargos oficiales. Al igual que el personaje histórico, Ballesteros parece envolverlo todo con un aura oscura y misteriosa, conquistando voluntades sin necesidad de levantar la voz.

No sería exagerado decir que se perfila como un auténtico titiritero dentro de la Promesa, y es muy posible que su influencia esté relacionada con las grietas que comienzan a abrirse en Petra y con el sufrimiento de María Fernández. ¿Está Ballesteros detrás de los movimientos que amenazan con sacudir los cimientos del servicio?


Dos mujeres, un destino

Lo fascinante de lo que viene en La Promesa es que estas dos mujeres tan diferentes —María, inocente y apasionada; Petra, dura y calculadora— parecen encaminadas a chocar en un mismo punto del destino.

Algunos rumores apuntan a que podrían enfrentarse por algo relacionado con el padre Samuel, otros a que la traición podría llegar desde dentro del propio servicio. Lo cierto es que ambas están en un momento crítico:

  • María, ridiculizada y desesperada, se juega la dignidad y quizá su futuro en nombre del amor.
  • Petra, debilitada y vulnerable, lucha contra demonios internos y contra la pérdida de poder en un mundo que siempre dominó con mano firme.

Lo que une a ambas es la certeza de que nada volverá a ser como antes.


Escenarios posibles

La intriga está servida, y los espectadores ya especulan con varios escenarios:

  1. Samuel parte a las misiones: María queda destrozada o decide seguirlo, rompiendo con todo.
  2. Samuel abandona los hábitos: en un giro inesperado, se entrega al amor de María, lo que generaría un terremoto en el palacio.
  3. Petra sucumbe a la enfermedad: su caída abriría una guerra interna en el servicio, donde Ballesteros tendría mucho que ganar.
  4. Petra se enfrenta a Ballesteros: y este duelo de voluntades podría desencadenar nuevas alianzas y traiciones.

Sea cual sea el camino, lo que viene es drama en estado puro, con la promesa de traiciones, despedidas y revelaciones históricas que dejarán a la audiencia sin aliento.


Conclusión: el principio del fin

La Promesa se prepara para una de sus etapas más intensas. La muerte de Hann fue solo el comienzo: ahora la verdadera tormenta llega con Petra Arcos y María Fernández, dos mujeres distintas, dos formas de vivir el dolor, pero un mismo destino que las llevará a enfrentarse a decisiones que podrían cambiarlo todo.

El amor imposible, la enfermedad, la traición y la manipulación se entrelazan en un palacio donde nadie está a salvo. Y con Ballesteros moviendo los hilos desde las sombras, la pregunta es inevitable: ¿qué precio tendrán que pagar María y Petra por seguir el camino que les marca el corazón o la ambición?

El público puede estar seguro de una cosa: lo que está por llegar en La Promesa no dejará a nadie indiferente.

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