La historia de La Promesa continúa elevando la tensión con un capítulo que promete dejar a los espectadores sin aliento. En el episodio 677, que se emitirá el miércoles 17 de septiembre, se desatan varios conflictos que marcarán el rumbo de los protagonistas, y en especial el de Catalina, quien se enfrenta a una de las situaciones más difíciles y peligrosas de toda la trama.

El capítulo arranca con un nuevo enfrentamiento entre Catalina y el varón de Valladares. La joven, conocida por su carácter firme y por no dejarse intimidar, mantiene su postura sin titubeos. Sin embargo, esa determinación despierta la furia y la ambición sin límites del barón. Catalina sabe que ceder significaría traicionarse a sí misma y a los valores que defiende, pero su obstinación la coloca en la mira de un enemigo implacable.

Leocadia, siempre astuta, no tarda en entrar en escena. Aprovechando su habilidad para manipular, intenta persuadir a Catalina con palabras dulces que en realidad esconden un veneno calculado. Su objetivo es doble: debilitar la resistencia de Catalina y, al mismo tiempo, allanar el camino para que el varón logre sus oscuros propósitos. Pero Catalina, con una fuerza interior admirable, no se deja engañar. Su negativa se mantiene intacta, lo que enciende aún más la ira de Valladares.

Es en ese punto cuando la tensión alcanza un nivel inesperado: Valladares cruza una línea roja que lo convierte en un verdadero villano. Con una frialdad aterradora, lanza una amenaza directa contra Catalina, utilizando como arma lo más sagrado para ella: la seguridad de sus propios hijos. Esta amenaza no es un simple gesto de intimidación, sino una declaración de guerra que deja claro que Valladares está dispuesto a cualquier cosa con tal de salirse con la suya. Catalina queda atrapada en un dilema moral: defender su postura a toda costa o ceder para proteger a los suyos.

Mientras tanto, en otro frente de la trama, Martina decide plantar cara a Jacobo tras descubrir que él y Lorenzo habían estado hablando de ella de forma despectiva en relación con su entrada al patronato. Martina, cansada de ser objeto de comentarios a sus espaldas, demuestra una vez más que no está dispuesta a dejar que otros decidan por ella ni que mancillen su reputación sin consecuencias. Este enfrentamiento promete abrir nuevas tensiones entre los personajes, especialmente con Lorenzo, que nunca actúa sin un plan oculto.

Paralelamente, Santos continúa con su actitud prepotente y abusiva, descargando las tareas más duras sobre Ricardo. En esta ocasión, lo envía a Villalquino a por una misiva, a pesar de que sabe perfectamente que el hombre tiene serias dificultades para caminar. Este abuso despierta la indignación de quienes observan la escena, pero lo que más destaca es la intervención de la doncella Espina. Conmovida por la injusticia, ella apela al lado más humano de Cristóbal, recordándole que detrás de cada orden y de cada sacrificio hay personas que sienten y sufren. Su esfuerzo por despertar compasión en él abre una pequeña grieta en la dureza habitual de Cristóbal, insinuando que quizás aún haya esperanza en su interior.

Por su parte, Vera vive un día marcado por emociones contenidas y frialdad hacia Lóp tras su dolorosa ruptura. La tensión entre ambos se percibe en cada gesto y en cada silencio, lo que complica no solo su relación personal, sino también la convivencia con el resto del grupo. Pía, en un intento de suavizar la situación, trata de mediar y devolver un poco de armonía, pero Vera, herida en lo más profundo, mantiene su distancia tanto con Lóp como con otros compañeros.

La trama de Lorenzo también gana intensidad. El personaje visita a Ángela para comprobar de primera mano cómo se encuentra, y descubre que la joven parece estar en mejor estado de lo que su madre había revelado. Lejos de mostrar alivio, Lorenzo utiliza esta información como una herramienta más para presionar, insistiendo en el anuncio de su boda y dejando claro que no va a renunciar a sus planes.

En paralelo, Cristóbal ofrece a Leocadia una idea que podría ser clave para intentar frenar al capitán. Este detalle abre un nuevo hilo narrativo que promete repercusiones importantes, pues las alianzas y las estrategias empiezan a cambiar de forma inesperada.

Finalmente, el capítulo también nos regala un respiro de esperanza con Manuel y sus ayudantes, quienes comienzan a dar los primeros pasos en su nueva empresa. A pesar de las dificultades que han vivido, la ilusión con la que emprenden este proyecto aporta un rayo de optimismo dentro de un episodio cargado de tensiones y amenazas.

En conclusión, el capítulo 677 de La Promesa se presenta como un auténtico torbellino de emociones. Por un lado, la valentía de Catalina frente a Valladares, que pone en riesgo no solo su seguridad sino también la de sus hijos. Por otro, las intrigas de Leocadia, las confrontaciones de Martina y Jacobo, los abusos de Santos contra Ricardo y la frialdad entre Vera y Lóp, que hacen que la atmósfera en La Promesa esté más cargada que nunca. Y en medio de todo, los pequeños destellos de humanidad y esperanza que representan personajes como Espina o Manuel, recordándonos que incluso en los momentos más oscuros siempre hay lugar para la luz.

El gran interrogante que queda tras este avance es evidente: ¿será capaz Catalina de resistir la presión del barón de Valladares o terminará cediendo para proteger a sus hijos? La amenaza ha cambiado las reglas del juego y la batalla apenas comienza.