El próximo capítulo de La Promesa se desarrolla en un ambiente de gran tensión, con revelaciones inesperadas y decisiones que podrían marcar un antes y un después para muchos personajes. Cada rincón del palacio se convierte en un escenario donde el miedo, la traición, el amor y las sospechas se entrelazan, dando forma a una trama cargada de dramatismo.

Catalina, hija del marqués, vive un momento estremecedor cuando descubre un arma en la cuna de su hija. Este hallazgo la deja devastada, comprendiendo de inmediato que se trata de una amenaza directa a la seguridad de sus pequeños. El varón de Valladares, sin límites aparentes, se muestra capaz de recurrir a cualquier medio para doblegarla. Entre el miedo y la rabia, Catalina contempla seriamente la posibilidad de abandonar el palacio. Su dolor se transforma en dureza hacia su propia familia, especialmente cuando Martina regresa del patronato. Nadie en el palacio entiende con claridad los motivos de Catalina, y tanto Adriano como los demás quedan desconcertados al verla ceder aparentemente ante las presiones del varón, algo que parecía impensable en una mujer de su carácter.

Mientras tanto, Toño decide abrirse con su madre tras muchos años de silencio y confesarle que se casará con Enora. El momento, cargado de sinceridad y emoción, queda pronto empañado por la decepción. Toño le pide a su madre que guarde silencio absoluto sobre el compromiso, pero su ilusión se desvanece cuando, apenas segundos después, Simona revela la noticia a Candela. La traición, aunque involuntaria, golpea duramente a Toño, que se siente frustrado y desilusionado por no poder conservar la intimidad de su decisión.

En paralelo, Manuel comienza a observar actitudes cada vez más inquietantes en Enora. Su comportamiento extraño le hace sospechar que oculta un secreto importante. La confirmación de sus dudas llega cuando, ante sus propios ojos, ella roba unos planos con total descaro. El acto no pasa desapercibido y enciende todas las alarmas en Manuel, que empieza a ver a Enora con desconfianza y preocupación. La imagen de la mujer que creía conocer se tambalea, y con ella, la estabilidad de su relación.

En el ámbito del servicio, las tensiones se intensifican. Petra se muestra cada vez más irascible, generando un clima insoportable de fricciones y enfrentamientos entre los criados. La armonía se quiebra poco a poco, y la convivencia en el palacio se ve enturbiada por discusiones constantes. En este escenario tenso, Pía recibe una noticia devastadora: debe abandonar La Promesa para prestar ayuda en otro palacio. La decisión sacude a todos, pues su figura es clave en el equilibrio interno de la casa. Antes de marcharse, Pía intenta cumplir con una misión pendiente: advertir a Vera del peligro que corre si regresa a su hogar. Sin embargo, la joven atraviesa una crisis tan profunda que incluso rechaza la ayuda de sus amigos más cercanos, sumida en un estado de desesperanza que la vuelve vulnerable.

A pesar de tantas sombras, el amor también encuentra un espacio en el palacio. Curro y Ángela disfrutan de su relación en secreto, sabiendo que cada instante compartido es valioso y, al mismo tiempo, riesgoso. Viven con la certeza de que su felicidad podría ser efímera, pues la amenaza de ser descubiertos se cierne constantemente sobre ellos. La presión aumenta cuando Lorenzo insiste a Leocadia en que concrete la boda con Ángela. Sus palabras, cargadas de insinuaciones, dejan claro que sospecha que entre su hija y Curro hay algo más que una simple amistad. La advertencia se convierte en un recordatorio peligroso para los jóvenes amantes, cuya relación clandestina pende de un hilo.

Este avance del capítulo 678 de La Promesa muestra cómo cada personaje se enfrenta a dilemas decisivos: Catalina, dividida entre la protección de sus hijos y el peso del miedo; Toño, decepcionado al ver su secreto expuesto antes de tiempo; Manuel, que empieza a descubrir la verdadera cara de Enora; Pía, obligada a abandonar el hogar que ha servido con lealtad; Vera, perdida en una crisis personal que la lleva a rechazar toda ayuda; y Curro y Ángela, quienes arriesgan todo por un amor que desafía las normas y las presiones familiares.

El palacio se convierte así en un hervidero de emociones donde el miedo, el poder, la traición y el amor se entrelazan. El capítulo promete ser un torbellino de giros dramáticos, en el que cada decisión tendrá consecuencias irreversibles y cada secreto estará más cerca que nunca de salir a la luz.