Avance del capítulo de ‘La Promesa’ del jueves, 18 de septiembre: Pía será trasladada
En la apasionante trama de La Promesa, el personaje de Cristóbal comienza a perfilarse como un elemento decisivo en el destino de Leocadia y de su hija. La madre, atrapada entre presiones sociales y ambiciones personales, parece dispuesta a sacrificar la libertad de su descendiente para forzarla a contraer matrimonio con el capitán De la Mata. Sin embargo, lo que Leocadia desconoce es que Cristóbal podría convertirse en el factor que frene este desenlace, evitando que se consume un futuro oscuro y no deseado para la joven que, tras su reciente secuestro, aún no logra vislumbrar las decisiones que se han tomado a sus espaldas.
La emisión del capítulo de este jueves, 18 de septiembre, a las 18:20 horas en La 1 de Televisión Española, promete emociones intensas y revelaciones impactantes. En este episodio, Lorenzo, personaje hábil y calculador, llegará a una conclusión determinante sobre la que considera su probable futura esposa. Sus sospechas, comentarios y estrategias añadirán un matiz de intriga a la historia, al mismo tiempo que pondrán en evidencia las tensiones familiares que atraviesan los protagonistas.
En el episodio previo, los espectadores fueron testigos de la férrea postura de Catalina, quien se negó rotundamente a ceder ante los intentos manipuladores de Leocadia. Esta última, lejos de abandonar su empeño, recurrió a tácticas crueles para intentar doblegar a su hija, mostrando una faceta fría y despiadada que escandalizó al público. Paralelamente, Santos descargó su dureza sobre Ricardo al asignarle las labores más pesadas, en un gesto que evidenció el abuso de poder y la falta de empatía. Fue Pía quien trató de intervenir con coraje, buscando apelar a la sensibilidad de Cristóbal, en un esfuerzo por equilibrar una situación que amenazaba con romper los vínculos internos de la hacienda.
Las tensiones emocionales también se hicieron palpables en la relación rota de Lope y Vera. Ambos personajes, atrapados en un torbellino de sentimientos no resueltos, intentaron mantener la compostura tras su separación. Sin embargo, los gestos fríos, las miradas esquivas y las actitudes hirientes hacia los demás dejaron claro que su dolor sigue latente. La doncella, marcada por la tristeza, mostró incluso un comportamiento hosco hacia sus compañeros, como si su sufrimiento personal la llevara a levantar un muro que la aislara del resto.
Por otro lado, Manuel y su equipo comenzaron los preparativos de su nueva empresa, debatiendo sobre los primeros diseños que podrían dar inicio a una prometedora aventura profesional. La ambición del barón de Valladares, en contraste, alcanzó un punto de no retorno: cruzó una línea roja con una amenaza que dejó al descubierto hasta dónde está dispuesto a llegar con tal de mantener su poder y control. Esta actitud ha intensificado las tensiones, generando un clima de peligro inminente que mantiene a los espectadores expectantes.
El avance del capítulo 678 mostró con crudeza la presión ejercida por el barón de Valladares sobre Catalina. Utilizando a sus hijos como moneda de cambio, la amenazó de una manera despiadada para que abandonara La Promesa. La joven, desgarrada por el miedo y la rabia, llegó a plantearse seriamente marcharse, aunque su decisión desconcertó a Adriano y a otros personajes cercanos, incapaces de comprender la magnitud del chantaje al que está sometida. Catalina se enfrenta así a un dilema desgarrador: proteger a su familia renunciando a todo lo que conoce o resistir en un entorno hostil que la amenaza constantemente.
En paralelo, Manuel empezó a sospechar que Enora esconde información crucial tras observar su comportamiento extraño y evasivo. La tensión crece a medida que sus dudas se intensifican, lo que sugiere que se avecinan revelaciones decisivas. Petra, cada vez más colérica e irascible, añadió más leña al fuego con sus actitudes, sembrando discordia entre el servicio. Los rumores sobre la posible boda entre Toño y Enora comenzaron a circular en la cocina, despertando la ilusión de Simona, quien anhela ver un futuro de estabilidad y alegría en medio de tantas incertidumbres. Sin embargo, Vera, consumida por su crisis personal, rechazó el apoyo de sus amigos, hundiéndose aún más en su aislamiento.
En otro frente, Pía recibió una de las noticias más devastadoras: su traslado a Aranjuez, lo que supondría separarla de su hijo. Esta decisión, impuesta con frialdad por Cristóbal, mostró el lado implacable del personaje, dejando en claro que no duda en tomar medidas extremas sin contemplar las consecuencias emocionales. El dolor de Pía fue compartido por los espectadores, quienes vieron en esta situación un ejemplo más del sacrificio al que están sometidos los personajes femeninos dentro de la hacienda.
Mientras tanto, el romance prohibido de Curro y Ángela siguió desarrollándose en secreto, añadiendo una capa de ternura y peligro a la historia. Lorenzo, siempre perspicaz, insistió a Leocadia en que concretara la boda con Ángela, insinuando al mismo tiempo la existencia de un vínculo sentimental entre la joven y Curro. Sus insinuaciones no solo ponen en riesgo a los amantes, sino que también buscan consolidar su posición como futuro esposo, manipulando la información a su conveniencia.
El papel de Cristóbal, en medio de este torbellino de pasiones y traiciones, se torna cada vez más crucial. Su capacidad de influir en los acontecimientos y de tomar decisiones determinantes lo coloca como un árbitro de los destinos que se cruzan en La Promesa. La posibilidad de que él logre evitar que Leocadia fuerce a su hija a casarse con el capitán De la Mata representa una esperanza para la joven, que aún no alcanza a comprender el alcance de lo que ocurre a su alrededor.
En definitiva, La Promesa sigue atrapando a su audiencia con una mezcla de drama, intriga y emociones profundas. El episodio de este 18 de septiembre se presenta como un punto de inflexión en el que las decisiones de Cristóbal, la manipulación de Leocadia, las sospechas de Manuel y la ambición del barón de Valladares confluyen en un mosaico narrativo cargado de tensión. Cada gesto y cada palabra parecen anunciar que los personajes están a las puertas de cambios irreversibles que transformarán para siempre la vida en la hacienda.