Spoiler: La verdad tras la muerte de don Pedro en “Sueños de libertad”

El capítulo 402 de “Sueños de Libertad” comienza con Damián, todavía en la habitación de don Pedro, paralizado tras la confesión del anciano. Desesperado y perturbado, Damián considera acabar con su vida. Retira la almohada del rostro de don Pedro y queda en estado de shock hasta que Irene entra y le pide que deje descansar al anciano. Nervioso, Damián le informa que don Pedro ha fallecido. Irene, con serenidad, le pregunta cómo ocurrió. Damián explica que discutían sobre asuntos de la empresa y que se siente culpable por haber alterado tanto al anciano. Irene intenta calmarlo, recordándole que su hermano no tenía mucho tiempo de vida y que lo sucedido podría haberle ocurrido a cualquiera. Sin embargo, insiste en quedarse a solas con su hermano, y Damián, aún conmocionado, recuerda las palabras de Digna: fue un accidente, un terrible accidente, producto de la defensa de don Pedro ante un ataque de su propio hijo.

En la casa de los Merino, Digna se encuentra en la sala cuando llega Luz. Digna, sorprendida por la hora, pregunta de dónde viene Luz, quien responde que fue llamada desde la casa de don Pedro y que ya ha ocurrido lo inevitable. Digna reacciona con incredulidad y dolor. Luz, intentando consolarla, le recuerda que es natural sentirse triste por la pérdida de alguien que amaste, aunque Digna confiesa que, a pesar de haber amado a don Pedro, este le causó un daño profundo con lo que más quería en el mundo. Luz menciona que, finalmente, la pesadilla ha terminado. En ese momento, Gema aparece preocupada y pregunta qué ha pasado. Luz le informa que don Pedro ha muerto. Gema responde con frialdad, viendo la muerte del anciano como el fin de un mal en sus vidas. Digna insiste en que aún queda el entierro, y Luz menciona que Irene se encargará de todo, lo que sorprende a Digna.

Digna se muestra indignada, argumentando que don Pedro no merecía un final tranquilo y que no desea participar en su entierro. Sin embargo, Luz intenta tranquilizarla, asegurándole que solo será un trámite y que podrá descansar después de todo. Digna confiesa su temor a ser denunciada por la muerte de su sobrino, especialmente porque Damián estuvo presente cuando ocurrió y el testamento de don Pedro fue modificado por el notario, lo que podría incriminarla. Gema trata de calmarla, recordándole que la muerte de Jesús fue un accidente y que nadie puede probar lo contrario. Digna, entre lágrimas, se siente afortunada por contar con sus hijos, asegurando que no estará sola cuando ocurra lo peor.

Más tarde, Irene visita a Cristina para comunicarle personalmente la noticia, evitando que se entere por terceros. Cristina ofrece acompañarla y tomarse un permiso para estar con ella, pero Irene insiste en que no es necesario. Ambas coinciden en la importancia de estar juntas en estos momentos difíciles. Irene confiesa que, hasta hace poco, don Pedro era la única familia que tenía y que temía quedarse sola. Cristina la tranquiliza, asegurándole que ahora no estará sola y que su apoyo será constante.

Mientras tanto, Damián está devastado en su despacho, rememorando la fatídica noche y las palabras frías de don Pedro. Se siente culpable por haber dejado morir al anciano, describiendo el sufrimiento que presenció. Sus manos tiemblan de angustia, hasta que Andrés entra para ofrecerle apoyo y disculparse por su reacción. Damián acepta el gesto y agradece su comprensión. Hablan sobre el carácter de don Pedro, su rencor y odio, y cómo afectó a todos, incluyendo a Damián y a su hijo Jesús. A pesar del daño infligido, Damián reconoce que ahora don Pedro puede descansar y que merecen respeto durante estos días difíciles.

En paralelo, Andrés y Damián conversan sobre los abusos de don Pedro y cómo manipuló a familiares y allegados para obtener la fábrica y otros bienes. Damián expresa su alivio por la muerte del anciano, mientras Andrés destaca que, finalmente, la familia puede recuperar la paz. Además, mencionan una noticia positiva en el periódico relacionada con la empresa, la primera en mucho tiempo.

En otro escenario, Gabriel y María discuten sobre la presencia de Damián con don Pedro al momento de su muerte. Gabriel explica que fue a la casa por caridad cristiana y para demostrar su lealtad a Damián, así como para descubrir quién entregó ciertas cartas. María duda que alguien haya sido manipulado por Marta, Manuela o Digna y sugiere que solo podrían ser Pelayo o Marta, quienes podrían haber sido chantajeados por don Pedro para obtener información sobre la casa. Reflexionan sobre relaciones pasadas y la posibilidad de que Marta haya simulado un matrimonio para ocultar la verdad. Finalmente, Gabriel y María acuerdan que, con paciencia, descubrirán la verdad mientras regresan a los asuntos de la empresa y el valor de las acciones de Julia.

Este episodio de “Sueños de Libertad” muestra el impacto emocional de la muerte de don Pedro en cada personaje, revelando secretos, conflictos internos y la compleja red de relaciones familiares y empresariales que lo rodean. La trama aborda temas de culpa, arrepentimiento, justicia, lealtad y reconciliación, mientras cada personaje enfrenta la realidad de la pérdida y las consecuencias de sus acciones pasadas.