GUÍA PARA DERROTAR A LORENZO || CRÓNICAS y ANÁLISIS de #LaPromesa

En el universo de La Promesa, los villanos nunca son invencibles. Siempre hay una grieta en la coraza, un pasado que se convierte en sombra, una vulnerabilidad escondida que tarde o temprano aflora. Lorenzo de la Mata, el capitán que muchos ven casi como un Conde Drácula moderno, no es la excepción. Para acabar con él o al menos equilibrar la balanza frente a su poder, es necesario identificar esos puntos débiles que, como en toda historia de intrigas, terminarán siendo su perdición. Lo fascinante del personaje es que su historia personal antes de la trama principal sigue siendo un enigma, un lienzo en blanco que puede llenarse con cualquier detalle capaz de minar sus cimientos.

La experiencia en ficciones semejantes nos enseña que los villanos suelen caer por secretos enterrados en su pasado. Así ocurrió con personajes como doña Cruz y así se espera que suceda con Leocadia. En el caso de Lorenzo, apenas conocemos retazos: su matrimonio con Eugenia hacia finales de la década de 1880, su estancia en Cuba a comienzos de los años 90, y su conexión con figuras como el varón, su suegro. Pero nada más concreto. Estos fragmentos ofrecen huecos que los guionistas podrían aprovechar para añadir capas de vulnerabilidad: traumas de infancia, relaciones familiares complicadas, viejos enemigos que resurgen o vínculos con personajes oscuros de su entorno.

Uno de los caminos más efectivos sería explorar su infancia. La posibilidad de que Lorenzo creciera bajo la sombra de un padre autoritario y violento resulta verosímil. Ese origen justificaría su dureza y sus formas despóticas en el presente. Más aún, sería interesante introducir a la madre de Lorenzo, imaginada como una mujer anciana de gran carácter, recluida quizá en un asilo para no entorpecer los planes del capitán. Su regreso a escena podría desestabilizarlo profundamente, obligándolo a enfrentarse con recuerdos y heridas no cicatrizadas. La sola idea de que alguien de su propia sangre pudiera ser capaz de enfrentarlo abre una grieta en su imagen de control absoluto.

También podría explorarse la existencia de un hermano menor. Si este hermano hubiera sufrido bajo la mano de Lorenzo desde la niñez y regresara ahora buscando justicia o venganza, tendríamos una trama con gran potencial. El enfrentamiento fraterno añadiría una dimensión emocional, pues un enemigo íntimo siempre golpea más fuerte que un rival externo. Además, este hermano podría aliarse con otros personajes, incluso con Leocadia, para complicar aún más la posición del capitán.

Pero más allá de los lazos familiares, el terreno de los negocios turbios de Lorenzo ofrece otro filón narrativo. Sabemos que mantiene tratos oscuros con el duque de Carril, un personaje que no lo soporta y que incluso muestra abierta hostilidad hacia sus visitas. Si esa relación de negocios se convierte en un arma de doble filo, podría ser utilizada para exponer al capitán ante la nobleza o para involucrarlo en un escándalo imposible de tapar. El duque, o cualquier otro socio oculto, podría destapar fraudes, estafas o incluso crímenes, debilitando su posición dentro y fuera del palacio.

Un elemento especialmente atractivo para desarmar a Lorenzo es la figura de la Sultana, una prostituta recurrente en su vida. Esta mujer, si llegara al palacio con un hijo adolescente, fruto de sus encuentros clandestinos, sacudiría por completo el estatus del capitán. La revelación de un hijo ilegítimo no solo lo humillaría públicamente, sino que podría ser un recurso utilizado por Leocadia para frenar el matrimonio con Ángela. La idea de ver a Lorenzo tambalearse, intentando lidiar con un hijo inesperado y con una mujer de su pasado que se convierte en amenaza, representa un castigo poético y cargado de simbolismo.

Además, el prostíbulo en el que Lorenzo pasa tantas horas abre otra línea narrativa desaprovechada hasta ahora. Allí también podrían cruzarse personajes como Virtudes, hija de Simona, cuyo pasado como prostituta nunca se vinculó directamente con el capitán. Si se descubriera que Virtudes fue víctima de los abusos de Lorenzo, el impacto sería demoledor tanto en el plano personal como en el social dentro del palacio. Este cruce de caminos añadiría dramatismo y justicia poética a la historia, pues Lorenzo quedaría expuesto no solo como un déspota sino como un hombre sin escrúpulos que arruinó vidas vulnerables.

Todo esto nos lleva a la conclusión de que la caída de Lorenzo de la Mata no pasa necesariamente por verlo encarcelado. Más bien, lo atractivo de esta posible trama radica en verlo sufrir en el mismo entorno donde ha ejercido poder y crueldad. La humillación pública, la descomposición de su imagen, la presión de un pasado que vuelve para atormentarlo y el descubrimiento de relaciones ocultas son caminos más eficaces y dramáticamente potentes que cualquier celda.

El gran atractivo de estas ideas es que todas se sostienen en la lógica de las historias de época: los secretos familiares, los hijos ilegítimos, los aliados inesperados y los enemigos ocultos son recursos habituales, pero nunca dejan de sorprender. En el caso de Lorenzo, su carácter arrogante, su historial de abusos y su soberbia harían de cada golpe recibido un espectáculo para la audiencia, que podría disfrutar viendo al villano acorralado por sus propios fantasmas.

En definitiva, derrotar a Lorenzo no es cuestión de fuerza ni de enfrentamientos directos. Es cuestión de estrategia, de exponerlo en sus puntos más vulnerables, de recordar que ningún villano es invulnerable. Su pasado desconocido, su familia silenciada, sus negocios oscuros y sus pasiones inconfesables constituyen las piezas de un tablero listo para desmoronarse. Solo hace falta que alguien, ya sea un hermano, una madre, la Sultana o incluso Leocadia, mueva la ficha adecuada para precipitar su caída.

Cuando esto ocurra, Lorenzo no solo perderá poder: perderá la imagen que tanto se ha empeñado en mantener, la máscara de control que lo hace temible. Y ese será su verdadero final, la derrota más humillante y definitiva que pueda sufrir dentro de las paredes de La Promesa.