LA SEMANA QUE NADIE ESPERABA: Fin de Petra, Pía regresa y Lorenzo ataca || SPOILERS #LaPromesa

La semana que nadie esperaba: Fin de Petra, el regreso de Pía y el ataque de Lorenzo

La promesa, una de las series más seguidas de la televisión, se prepara para vivir una semana cargada de emociones, giros dramáticos y decisiones que cambiarán el destino de sus personajes. Los capítulos del 6 al 10 de octubre (del 690 al 694) prometen mantener a los espectadores al borde del asiento, con el futuro de Petra pendiendo de un hilo, el regreso triunfal de Pía Adarre y el avance imparable de la temible doña Leocadia.

Desde el inicio de la semana, la tensión se apodera del palacio. Petra Arcos, una de las figuras más emblemáticas del servicio, se encuentra en un estado crítico. Su salud se deteriora rápidamente debido al tétanos, una enfermedad que ni el doctor Salazar ni los nuevos tratamientos logran controlar. Los pasillos del palacio se llenan de incertidumbre, y el personal vive con el alma en vilo mientras el padre Samuel emprende una desesperada búsqueda de un suero antitetánico, el único remedio posible en esa época. Este antídoto experimental, que apenas se usaba con éxito desde finales del siglo XIX, representa la última esperanza de Petra. Su vida pende de un hilo, y nadie sabe si el suero llegará a tiempo.

Mientras tanto, la figura del padre Samuel se erige como símbolo de fe y determinación, dispuesto a todo por salvarla. Sin embargo, la fatalidad parece acechar a Petra. La promesa enfrenta uno de sus momentos más oscuros, y la incertidumbre sobre el destino de la ama de llaves se convierte en el eje emocional de la semana.

Paralelamente, otro acontecimiento sacude los cimientos del palacio: la partida de Ricardo Pellicer. Aunque su marcha no parece definitiva, su despedida deja una profunda huella. Ricardo se va dejando atrás una vida marcada por un amor prohibido con Pía Adarre y una carta de adiós a Ballesteros, quien ha sido testigo silencioso de su historia. Su hijo Santos, pese a su orgullo y rebeldía, siente el peso de la culpa. Su frialdad hacia su padre se transforma en dolor silencioso, dejando claro que, bajo su fachada dura, todavía queda un corazón herido.

Y justo cuando parece que la tristeza lo inunda todo, la promesa recibe una sorpresa: el regreso de Pía Adarre. La antigua ama de llaves vuelve con más fuerza que nunca, transformada por el sufrimiento y la experiencia. Su reaparición no solo devuelve el orden al servicio, sino también la tensión. Ballesteros la repone en su cargo y elimina las severas reglas que habían impuesto, pero la relación entre ambos está marcada por miradas cargadas de reproche y una rivalidad contenida.

Pía asume temporalmente las funciones de Petra y demuestra ser una mujer más firme, decidida y consciente del poder que tiene. Su regreso no será fácil: debe enfrentarse a Santos, quien no puede ni mirarla a los ojos, y convivir con un ambiente envenenado por la ambición. Las escenas entre madre e hijo prometen ser algunas de las más intensas de la semana, llenas de reproches, lágrimas y orgullo.

Mientras tanto, doña Leocadia de Figueroa, conocida como “la postiza”, avanza silenciosamente hacia su meta: quedarse con todo. Su ambición no conoce límites. Aprovechando la fragilidad de Adriano tras la partida de Catalina, Leocadia logra convencer al marqués de que le entregue la gestión de las tierras, junto a Jacobo. Detrás de su sonrisa impecable se oculta un plan frío y calculador: apoderarse del control de la finca desde dentro.

En su ascenso, la postiza demuestra su astucia. Manipula a Ballesteros, se gana la confianza del marqués y utiliza su papel de madre dolida para escudar sus verdaderas intenciones. Nadie parece capaz de detenerla. Su poder crece mientras las lealtades se debilitan. Leocadia se convierte en una amenaza silenciosa, y su nombre empieza a resonar como símbolo de traición y engaño.

En otro frente, la historia de amor entre Curro y Ángela llega a un punto de ruptura. Su relación, marcada por la pasión y los obstáculos, se desmorona bajo la presión de las circunstancias. Curro se humilla ante el capitán Lorenzo, rogándole que no se case con la mujer que ama. Pero Ángela, manipulada por su madre y temerosa de arrastrar a su familia al descrédito, cede ante la presión y acepta comprometerse con Lorenzo.

En una de las escenas más dramáticas, Lorenzo pide oficialmente la mano de Ángela durante una cena familiar, con Curro presente, roto por dentro. Doña Leocadia intenta mantener las apariencias mientras el dolor flota en el aire. Sin embargo, Curro no está dispuesto a rendirse del todo. La historia aún guarda una última bala en el tambor, y el joven no abandonará tan fácilmente el amor que siente.

A su vez, en el hangar se desarrolla otro misterio. Manuel sigue sin confiar en Enora, la misteriosa francesa. Descubre que ha vuelto a robar planos y que nadie en el pueblo conoce su supuesto taller familiar. Toño, cegado por el amor, intenta defenderla, pero la verdad termina por salir a la luz: Enora ha engañado a todos. Su plan oculto aún no se revela por completo, pero las sospechas crecen. Manuel decide ponerla a prueba, y la tensión se dispara. Enora demuestra ser una pieza clave en una trama más oscura que nadie imagina.

Mientras tanto, Adriano, hundido por la ausencia de Catalina, se debate entre quedarse o marcharse del palacio. Martina, con su dulzura y fortaleza, logra convencerlo de quedarse junto a sus hijos, pero esta decisión tendrá consecuencias terribles. Al ceder el control de las tierras a Leocadia y Jacobo, Adriano entrega, sin saberlo, las llaves del poder a sus peores enemigos.

Martina, convertida en el nuevo pilar emocional de la familia, estrecha su relación con Adriano, lo que despierta los celos de Jacobo. Este triángulo sentimental promete desatar conflictos aún mayores en el futuro.

Así se presenta una semana decisiva en La Promesa: una combinación de despedidas, traiciones, amores imposibles y enfermedades que pondrán a prueba la lealtad de todos. Petra lucha por su vida, Pía regresa con más fuerza, Curro y Ángela se separan, y la postiza Leocadia se alza como la nueva reina del engaño.

Pero, como siempre, en el universo de La Promesa, nada es lo que parece. Los secretos continúan, y el destino del palacio sigue escribiéndose entre sombras, mentiras y esperanzas rotas.