La Promesa: Curro atrapado, la cura de Petra y el regreso de Pía como ama de llaves
(Spoiler – del 6 al 10 de octubre)

La semana en La Promesa llega cargada de emociones, giros inesperados y momentos que marcarán un antes y un después en la vida de sus personajes. Desde la enfermedad de Petra hasta el regreso de Pía, pasando por la desesperación de Curro y los planes secretos de Leocadia, los próximos capítulos se convertirán en un torbellino de pasión, intriga y redención.

La historia comienza con un ambiente cargado de tensión. En los salones del palacio, las sombras de la mentira y la enfermedad se extienden sobre los protagonistas. Petra, la veterana sirvienta de la casa, empieza a mostrar síntomas alarmantes: el doctor Salazar confirmará lo peor, diagnosticándole tétanos, una enfermedad mortal que pondrá en jaque tanto a los señores como al servicio. Su deterioro físico es rápido y su lucha por la vida estremecerá a todos, especialmente al padre Samuel, quien emprenderá una carrera contrarreloj para conseguir un suero antitetánico que podría salvarla. Su búsqueda se convierte en símbolo de esperanza en medio de tanta oscuridad.

Mientras Petra se debate entre la vida y la muerte, el equilibrio de La Promesa se resquebraja. En la zona de servicio, la noticia de su enfermedad sacude profundamente a los criados. Pía, que había estado ausente, regresa inesperadamente al palacio. Su vuelta despierta tantas preguntas como emociones: ¿qué ha sido de Ricardo Pellicer, el hombre que desapareció misteriosamente? Su llegada no pasa inadvertida. Santos, Cristóbal y los demás se enfrentan a sentimientos contradictorios ante su presencia. Sin embargo, Pía pronto demuestra su fortaleza y recobra el control de la casa, asumiendo nuevamente el puesto de ama de llaves en sustitución de Petra. Este retorno no solo representa su redención personal, sino también el restablecimiento del orden perdido en la Promesa.

Pero no todo son buenas noticias. Curro, atrapado en una espiral de desesperación, se ve acorralado por sus propios actos. Su relación con Ángela atraviesa su peor momento. A pesar del amor que siente por ella, los caminos de ambos parecen condenados a separarse. La joven, presionada por su madre Leocadia y por la inminente pedida de mano de Lorenzo, se ve obligada a aceptar un destino que no desea. La pedida de mano, presenciada por toda la familia Luján, es un golpe devastador para Curro. Su impotencia lo empuja a cometer un acto imprudente: intentar robar un collar de la habitación de Leocadia. El robo, descubierto en el peor momento, promete tener consecuencias graves que podrían cambiar para siempre el destino del muchacho.

En paralelo, la trama de los señores continúa tejiendo intrigas. Adriano, aún abatido por la desaparición de Catalina, se aferra a una falsa esperanza. Leocadia, maestra de la manipulación, finge contratar a un detective privado para buscar a la joven, cuando en realidad todo forma parte de su plan para hacerse con el control total de La Promesa. Su ambición no conoce límites. Cada paso que da está calculado para asegurar su poder, incluso si eso significa sacrificar la felicidad de su propia hija.

Martina, por su parte, escribe a su madre Margarita relatando los últimos acontecimientos, aunque decide ocultar la pedida de mano de Ángela con el Capitán de la Mata. La joven, cada vez más involucrada en el cuidado de los hijos de Catalina, comienza a tener roces con Jacobo, quien siente celos por el tiempo que ella dedica a los niños. En medio de las tensiones, surge una inesperada cercanía entre Martina y Adriano. Un simple abrazo entre ambos despertará sospechas y provocará un nuevo conflicto con Jacobo, que no soporta la idea de perder su influencia sobre ella.

Mientras tanto, en el hangar, Manuel no deja de sospechar de Enora. Convencido de que oculta algo, decide ponerla a prueba. Las mentiras de la joven comienzan a desmoronarse, y pronto Toño descubrirá la verdad: Enora ha estado manipulándolos a todos con un propósito oculto. Sin embargo, la astuta mujer logra darle la vuelta a la situación, utilizando su encanto y su inteligencia para engañar nuevamente a Manuel y justificar sus actos. Su juego de manipulación amenaza con destruir las pocas alianzas sinceras que quedan dentro del palacio.

En la cocina, las tensiones también alcanzan su punto máximo. Santos continúa hostigando a Pía, intentando menoscabar su autoridad. Pero esta vez, la nueva ama de llaves no se deja intimidar. En una confrontación directa y cargada de orgullo, Pía le deja claro que los tiempos han cambiado. Su fuerza y determinación ponen fin a años de humillaciones, marcando un nuevo orden dentro del servicio. “Acaba con él, Pía”, parece susurrar la justicia poética que recorre el pasillo.

A medida que la semana avanza, el drama alcanza su clímax. Petra agoniza mientras Curro y Ángela intentan desesperadamente salvarla. La joven suplica a su madre más tiempo, buscando una solución, mientras Curro logra convencer a Lorenzo de ayudarles a conseguir el suero que podría marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Este acto de humanidad por parte de Lorenzo abre una pequeña rendija de esperanza en medio del sufrimiento.

Vera, por su parte, continúa enfrentando su propio calvario sentimental. Su ruptura definitiva con López y las mentiras que rodean a su hermano Federico la empujan a tomar decisiones difíciles. Su visita secreta a su padre, el duque de Carril, deja entrever que aún hay mucho por descubrir en su historia familiar.

Así culmina una semana de La Promesa llena de giros y emociones. Entre la lucha por la vida de Petra, la redención de Pía, el dolor de Curro y las intrigas de Leocadia, el palacio se convierte en un campo de batalla donde la lealtad, el amor y la ambición se entrecruzan. El destino de los personajes pende de un hilo, y lo que suceda a continuación podría cambiarlo todo. La esperanza, sin embargo, sigue viva en cada rincón de la casa, donde los secretos, los amores imposibles y la lucha por la verdad mantienen encendida la llama de La Promesa.