Avance del capítulo de ‘La Promesa’ de hoy: Leocadia sorprende a Curro en su habitación

La Promesa Capítulo 694: Leocadia y el secreto que cambia el destino de Curro

La historia de La Promesa continúa intensificándose y mostrando una red cada vez más compleja de intrigas, emociones y revelaciones. En su capítulo 694, emitido el viernes 10 de octubre de 2025, los guionistas llevan la tensión a su punto máximo con una serie de giros que afectan a todos los personajes del palacio del Marqués de Luján. Cada gesto, cada palabra y cada silencio se vuelven determinantes en un episodio que deja al público sin aliento.

La trama arranca justo después del convulso capítulo anterior, donde la noticia del paseo entre Ángela y Lorenzo llega a oídos de Leocadia. La madre, lejos de reaccionar con serenidad, se muestra desbordada por la ira y la decepción. La relación con su hija, ya de por sí delicada, se resquebraja aún más. El rostro de Leocadia, endurecido por los años y las frustraciones, refleja un dolor que no logra disimular. Ángela, en cambio, se siente confundida y dolida, incapaz de entender la dureza de su madre, mientras Curro intenta mediar sin éxito en el conflicto.

Al mismo tiempo, Toño vive su propio tormento. Desolado, descubre que Manuel tenía razón: Enora los está engañando. Sin embargo, lo que desconcierta a todos no es solo la traición, sino el motivo detrás de ella. Nadie sabe qué pretende la misteriosa joven, cuyas intenciones parecen cambiar a cada instante. Enora ha logrado sembrar la duda incluso entre quienes más confiaban en ella. Manuel, pese a sus sospechas, decide seguir observándola con cautela, mientras Toño y Lope comienzan a trazar un plan para descubrir la verdad.

Leocadia, por su parte, demuestra una vez más que no hay límites cuando se trata de proteger sus propios intereses. En un momento clave del episodio, desvela a Cristóbal toda la verdad sobre el detective que merodea el palacio. Su confesión revela un plan oscuro: hacerse con la propiedad del Marqués de Luján. Lo que parecía una simple intriga se convierte en una conspiración de gran alcance, en la que la ambición y el resentimiento son los verdaderos motores.

Mientras tanto, Lope lucha por mantener la calma ante las intenciones de Vera. Él conoce mejor que nadie los riesgos de su regreso a casa y hace todo lo posible por disuadirla. Vera, atrapada entre el deber y el deseo de reencontrarse con su familia, se debate entre la razón y el corazón. El conflicto interior de ambos deja entrever una tensión emocional profunda, que podría romper en cualquier momento.

En el ala del servicio, Pía se enfrenta a una batalla muy distinta pero igualmente intensa. Santos continúa humillándola y provocándola, sin comprender que la ama de llaves ya no está dispuesta a tolerar sus abusos. En una de las escenas más poderosas del episodio, Pía le planta cara, recordándole que la fortaleza de una mujer no reside en el miedo, sino en su dignidad. Su enfrentamiento marca un antes y un después en la convivencia dentro del palacio, demostrando que incluso en la sumisión aparente puede habitar una voluntad de hierro.

El ambiente en La Promesa se vuelve cada vez más tenso. El destino parece ensañarse especialmente con Petra, quien se encuentra entre la vida y la muerte. Curro, desesperado, busca soluciones. Sabe que sin ayuda externa, la ama de llaves no sobrevivirá. En un acto de valentía y desesperación, convence a Ángela de pedir socorro al capitán De la Mata. El militar, movido por la urgencia de la situación, consigue gestionar un suero que podría salvar a Petra. La escena en la que el capitán entrega el medicamento a Curro está cargada de emoción y esperanza, mientras el joven promete que no permitirá que Petra muera bajo su cuidado.

En paralelo, Enora continúa su juego de manipulación. Con una frialdad calculada, logra convencer a Manuel de que sus motivos para sacar los planos del hangar son legítimos. Utiliza su carisma y su aparente fragilidad para ganarse la confianza de quienes la rodean, pero el espectador intuye que tras su sonrisa se esconde un propósito mucho más oscuro. La tensión entre ella y Toño se vuelve cada vez más palpable; su relación, un campo minado donde cada palabra puede detonar una tragedia.

Pía, agotada por las presiones y las decepciones, empieza a considerar marcharse del palacio para buscar a Ricardo. El amor maternal la empuja a tomar esta decisión, pero sus compañeras logran convencerla de quedarse, recordándole que su hijo necesita estabilidad y protección. Este momento de sororidad entre las mujeres del servicio se convierte en uno de los más emotivos del capítulo, mostrando la fortaleza colectiva que las une frente a las adversidades.

Vera, mientras tanto, finge una excusa para ausentarse y poder visitar a su padre en secreto. La joven sabe que si alguien descubre sus mentiras, las consecuencias serán devastadoras, pero su necesidad de reencontrarse con su familia es más fuerte que el miedo. La cámara sigue sus pasos en una secuencia cargada de tensión, donde cada mirada y cada esquina parecen esconder un peligro.

En otro rincón del palacio, Jacobo observa un gesto que despierta nuevas sospechas: un abrazo entre Adriano y Martina. El joven comprende que entre ellos hay una complicidad más profunda de lo que aparentan, una conexión emocional que podría alterar el frágil equilibrio de las relaciones internas. Su descubrimiento añade una nueva capa de misterio a una trama ya saturada de secretos.

Pero el momento culminante llega cuando Curro, exhausto tras horas de angustia, se retira a su habitación y se encuentra con Leocadia. La escena, silenciosa al principio, se transforma en un torbellino de emociones cuando descubre a la mujer intentando robar un collar. El asombro y la indignación lo paralizan. En ese instante, el espectador comprende que el vínculo entre ambos ha cambiado para siempre. Curro ve a su madre con nuevos ojos, consciente de que su aparente severidad escondía un propósito oculto. Leocadia, por su parte, intenta justificarse, pero ya es demasiado tarde: el daño está hecho.

El capítulo cierra con una sucesión de imágenes cargadas de simbolismo: Petra debatida entre la vida y la muerte, Enora observando desde las sombras, y Leocadia contemplando el collar en sus manos con una mezcla de culpa y desafío. La música final acompaña el crescendo de tensión, recordando que en La Promesa, nada es lo que parece y cada secreto guarda un precio.

Con este episodio, la serie consolida su lugar como una de las producciones más intensas y adictivas de la televisión española, donde los límites entre el amor, la ambición y la traición se vuelven cada vez más difusos.