ESPECIAL: ÁNGELA, VIUDA DE LORENZO, SERÍA INÚTIL || CRÓNICAS y ANÁLISIS de #LaPromesa

El nuevo especial sobre La Promesa nos trae un análisis profundo y lleno de humor de la mano de Juan, conocido por los fans como Cienfuegos, quien una vez más se sienta frente a la cámara agotado tras una intensa semana de escritura. Entre bromas sobre su vida de guionista y su pasión por las series diarias, inicia el episodio con una breve pero entusiasta mención a Valle Salvaje, destacando el emotivo reencuentro entre Pedrito y don Hernando. Para Juan, esta escena ha sido un ejemplo magistral de interpretación, dirección y guion. Admira la forma en que Iván Renedo transmite el odio y el respeto a la vez, viendo en don Hernando una figura paterna compleja. No duda en afirmar que este personaje se ha convertido en uno de los mejores de las series diarias, incluso a la altura de Genoveva de Acacias.

Tras este paréntesis, el foco se traslada a La Promesa y al cuarteto protagonista del episodio: Curro, Ángela, Leocadia y Lorenzo. Juan comenta los recientes acontecimientos en los que Leocadia sorprende a Curro robando un collar en su habitación. Este descubrimiento desencadena una serie de teorías entre los seguidores de la serie, algunas de las cuales el propio Juan se dispone a desmontar o matizar. En particular, aborda la teoría que circula por redes sociales según la cual Leocadia estaría esperando al matrimonio entre Ángela y Lorenzo para asesinar a este último la misma noche de bodas, permitiendo así que su hija heredara el título y la fortuna del conde.

Con su característico estilo directo, Juan aclara que esta hipótesis carece de fundamento. Explica que, en caso de morir Lorenzo, Ángela no heredaría el título nobiliario, ya que no es descendiente del conde. Sería simplemente la condesa viuda, un título honorífico sin poder legal ni hereditario. En ausencia de descendencia directa, el condado pasaría al siguiente familiar masculino en la línea sucesoria o, si no lo hubiera, revertiría a la Corona para ser reasignado por el monarca. Por tanto, Ángela quedaría sin el título y solo recibiría la parte de la herencia que le corresponde por ley, una cantidad limitada que dista mucho de lo que algunos fans imaginan. En definitiva, ni el título ni la fortuna serían motivos suficientes para un asesinato.

Juan aprovecha la ocasión para desmontar también la imagen de Leocadia como una figura ambiciosa movida por el dinero. Recuerda, entre risas, que a estas alturas la mujer parece tener recursos ilimitados, hasta el punto de bromear con que podría haber comprado Cuba en 1898. Con este tono irónico, el creador recalca que Leocadia es una manipuladora nata, pero no una asesina por codicia. Su inteligencia y sus motivaciones son más sutiles: busca controlar su entorno y proteger, a su manera, a quienes ama.

Respecto al robo de Curro, Juan plantea una teoría alternativa. Considera que Leocadia no lo delatará ni lo castigará, sino que podría aprovechar la situación para crear una alianza temporal con él. Ambos tienen intereses comunes, principalmente detener la boda entre Ángela y Lorenzo, aunque por razones distintas. Leocadia desea impedir la unión por conveniencia y poder, mientras que Curro actúa movido por sus sentimientos hacia Ángela. Juan imagina un acuerdo entre ellos: Leocadia ofrecería su ayuda para conseguir el suero que Curro necesita, usando sus influencias, a cambio de que él colabore en sabotear la boda. Eso sí, la mujer impondría una condición final: una vez Ángela estuviera a salvo y libre de Lorenzo, Curro debería alejarse de ella para siempre.

Esta idea, según Juan, abriría una línea narrativa muy interesante. Veríamos a un Curro debatiéndose entre la gratitud y el amor, intentando cumplir la promesa hecha a Leocadia, pero finalmente rompiéndola. Ese acto desencadenaría un enfrentamiento directo entre ambos, consolidando a Leocadia como la villana principal y a Curro como el héroe trágico de la historia. Además, permitiría que el conflicto evolucione de forma natural sin necesidad de recurrir todavía al gran secreto del asesinato de Jana, un tema que sigue pendiente de resolución y que, según Juan, debe revelarse en el momento justo.

El creador no deja pasar la oportunidad de mencionar su otra pasión: el cine. Informa que en España se ha estrenado por fin la última película de Downton Abbey, con un mes de retraso respecto a otros países. Invita a sus seguidores a verla en el cine y promete hacer un análisis próximo. Entre comentarios sobre la familia Crawley y su devoción por las producciones de época, mantiene un tono cálido y cercano con su audiencia, los llamados promisers y clippers.

Antes de despedirse, Juan dedica unos minutos a promocionar su novela Postbelum, disponible en Amazon. La describe como un thriller ambientado en la España de 1920, repleto de pasión, misterio y personajes atormentados. Entre ellos destaca a Acacio Alborch, un hombre incapaz de aceptar a quién ama, y a Eren, un refugiado de la Primera Guerra Mundial que arrastra un oscuro pasado. Mención especial merece la villana, doña Juana Janeiro, una mujer fuerte y peligrosa, comparable a las grandes antagonistas de las series diarias como Cruz o Leocadia. Juan subraya que su novela recrea con fidelidad el lenguaje y la atmósfera de la época, transportando al lector al corazón de aquella España convulsa.

El episodio cierra con el tono habitual del creador: agradecido, entusiasta y algo cansado. Pide a los espectadores que dejen un me gusta, se suscriban al canal y comenten sus teorías sobre los próximos giros de La Promesa. Reitera su compromiso con ofrecer el contenido más fiable y de mayor calidad sobre la serie, combinando rigor, pasión y una pizca de humor. Entre la ficción de La Promesa y la realidad de su vida como guionista, Juan logra un equilibrio que mantiene a su comunidad fiel y expectante. Con una sonrisa y su clásico cierre, se despide prometiendo volver mañana con nuevos análisis, demostrando una vez más por qué es una de las voces más queridas del universo de las series diarias.