‘Sueños de libertad’ – Avance semanal del 13 al 17 de octubre: Andrés, dispuesto a llevarse a Gabrie
Sueños de libertad: Morir matando… Andrés, dispuesto a llevarse a Gabriel a la tumba
La semana en Sueños de libertad comienza con la calma engañosa que precede a la tormenta, un aire fresco que cubre la colonia De la Reina mientras todos los secretos y rencores latentes se preparan para estallar. Lo que parecía un transcurrir ordinario se convierte en una vertiginosa caída hacia la confrontación definitiva entre Andrés y Gabriel, donde la venganza y la traición amenazan con arrasar con todo a su paso.
Gabriel De la Reina, maestro en el arte de la manipulación y la intriga, había orquestado un plan frío y calculado para destruir las Perfumerías de la Reina. Cada movimiento, cada decisión, estaba pensado con precisión quirúrgica. La pieza central de su estrategia era Begoña, la joven inocente que él convertiría en su esposa. La propuesta de matrimonio, cuidadosamente planeada, no solo aseguraría un vínculo con ella, sino que también se convertiría en la llave para derribar desde dentro el legado de la familia De la Reina. Su rostro frente al espejo no reflejaba su propio semblante, sino la imagen de su objetivo: la ruina total de todo lo que Damián valoraba.
Mientras Gabriel ajustaba los detalles de su plan, Damián De la Reina ejercía su autoridad con firmeza en la fábrica. Reunido con Gullón, dejó claro que Tasio, su hijo, contaba con su respaldo absoluto y que cualquier intento de socavar su autoridad sería considerado una afrenta personal. La mezcla de orgullo y nostalgia invadía al patriarca, consciente de los sacrificios y errores que habían marcado su camino, mientras encontraba un respiro conversando con Manuela en los jardines. Sus miedos sobre la fragilidad de su imperio, comparado con la solidez de los cimientos de su familia, revelaban un hombre vulnerable, aunque aún fuerte.

En otro hogar, José e Irene disfrutaban de la recuperación de Cristina, su hija después de tres décadas de ausencia. Sin embargo, la felicidad fue efímera: Cristina decidió aceptar una oferta para perfeccionarse como perfumista en Francia y vender sus acciones en la perfumería, una decisión que desgarró el corazón de sus padres y sembró tensiones familiares entre los hermanos Joaquín y Luis, cuya rivalidad se intensificaba. Mientras tanto, María observaba con envidia y resentimiento a Begoña; su embarazo se convertía en un recordatorio doloroso de lo que ella no podía alcanzar, y presionaba a Gabriel para que se casara con la joven, convirtiendo al matrimonio en un instrumento de manipulación y control.
Gabriel, lejos de ser complaciente, tenía un plan más oscuro: no se trataba solo de unir su destino al de Begoña para alejarla de Andrés, sino de utilizarla para minar la estructura de la familia desde dentro. El niño que esperaba Begoña era solo el inicio de su estrategia de destrucción. Mientras tanto, Andrés, incansable, avanzaba en su investigación, rastreando las pistas que lo llevarían a la verdad. Su visita a la prisión para hablar con Remedios, su madre, reveló secretos y temores que marcarían un punto de inflexión: estaba decidido a detener a Gabriel, aunque eso significara arriesgar su propia vida.
El anuncio de la boda entre Gabriel y Begoña, hecho público por Damián durante la celebración del nombramiento de Pelayo como Gobernador Civil, desató un torbellino de emociones. Andrés, devastado al ver el anillo en el dedo de la mujer que amaba, comprendió que el peligro que amenazaba a su familia y a la fábrica era más inminente que nunca. La tensión alcanzó su clímax cuando se enfrentó a Gabriel en un pasillo de la fábrica, declarando con firmeza que no permitiría más daños. Su advertencia fue clara y visceral: si iba a caer, arrastraría a Gabriel con él. “Morir matando” se convirtió en una declaración de guerra que sellaba la inevitable confrontación.
Mientras tanto, Cristina se reafirmaba en su decisión de permanecer en la perfumería, recuperando su legado y fortaleciendo los vínculos con la historia de su familia. Raúl y Claudia, por su parte, enfrentaban sus propias decisiones: la joven se unía a él para perseguir un futuro incierto, dejando atrás la seguridad de su hogar por amor y aventura. La felicidad era frágil y efímera en la colonia De la Reina, donde cada victoria personal contrastaba con la amenaza latente del sabotaje de Gabriel.

En la fábrica, Gabriel ejecutaba su plan más letal: manipular las válvulas de seguridad y los medidores de presión, creando una bomba de relojería que podría destruirlo todo sin que nadie sospechara de él. Andrés, alertado por el jefe de mantenimiento, se precipitó hacia la sala de calderas, consciente de que cada segundo contaba. María, desesperada, intentaba detenerlo, pero Andrés, guiado por su determinación y amor, no podía quedarse al margen. El corazón de la fábrica vibraba con tensión, el calor y el ruido convertían el lugar en un infierno mecánico, mientras los indicadores alcanzaban niveles críticos, evidencia del sabotaje mortal de Gabriel.
Cuando Gabriel apareció en la sala, no para salvarlo, sino para asegurar la culminación de su plan, ambos quedaron atrapados por el derrumbe de una viga, convertidos en protagonistas de un duelo donde la vida y la muerte pendían de un hilo. Andrés, con una resolución inquebrantable, continuaba su lucha, dispuesto a sacrificar su vida si con ello podía arrastrar a Gabriel a la tumba. La sala de calderas, epicentro del conflicto, se convirtió en testigo del enfrentamiento final entre la justicia, la lealtad y la traición, mientras la tensión alcanzaba niveles insoportables.
El destino de Andrés y Gabriel se suspendía en el instante previo a la explosión. La promesa de “morir matando” sellaba el destino de ambos hombres, un enfrentamiento inevitable que transformaría para siempre la historia de la familia De la Reina. La semana cerraba con un suspenso implacable, dejando a los espectadores al borde de sus asientos, conscientes de que los próximos capítulos definirían quién sobreviviría y quién pagaría el precio de la venganza, el amor y la traición en Sueños de libertad.