Alla promessa nulla sarà più come prima. La verità che Leocadia sta per rivelare cambierà per sempre il destino di tutti…

En la Promesa, nada volverá a ser igual. Lo que Leocadia está a punto de desvelar va a transformar la vida de todos los que habitan el palacio, cambiando alianzas, relaciones y secretos que han permanecido ocultos durante años. La tensión ya se respira en cada rincón de la mansión, y los muros que durante tanto tiempo han protegido las intrigas familiares ahora se tambalean ante la inminente verdad. Alonso descubrirá finalmente que tiene un hijo que siempre amó sin saberlo, Cruz se hundirá en la desesperación al ver cómo sus planes se derrumban, Lorenzo será desenmascarado y Leocadia emergerá como la figura más poderosa del palacio, la verdadera reina de las tramas ocultas.

Todo comienza con un enfrentamiento explosivo entre el marqués Alonso de Luhan y el capitán Lorenzo de Amata. Esta vez, Lorenzo no puede esconderse; sus manipulaciones y mentiras salen a la luz, y Alonso, cansado de sus juegos, lo encara con una autoridad que no se había visto en mucho tiempo. Con firmeza, le recuerda todo lo que la familia ha hecho por él, cuánto ha recibido y lo indigno que ha sido para reclamar respeto. Lorenzo intenta defenderse, finge indignación, pero las pruebas son irrefutables. Por primera vez, Alonso se impone con la dignidad que le corresponde, dejando claro que no tolerará más traiciones.

Sin embargo, detrás de este choque directo hay una mente estratégica, aguda y silenciosa: Leocadia de Figheroa. Siempre observadora, paciente y astuta, ha esperado el momento exacto para actuar. Tras semanas de análisis y vigilancia, decide revelar a Alonso y a su hijo Manuel la verdad sobre Lorenzo. No se trata solo de pequeñas críticas: el capitán, que aparentaba lealtad, ha estado criticando abiertamente a los Luhan en cada oportunidad. Las palabras de Leocadia caen como un rayo sobre Alonso, quebrando su percepción y empezando a hacer que la máscara de Lorenzo se desmorone lentamente. La mujer demuestra una vez más que conoce más secretos de los que cualquiera podría imaginar y sabe exactamente cómo liberarlos para causar el máximo impacto.

El palacio, con su silencio solemne y su elegancia intimidante, se convierte en el escenario perfecto para cada uno de los movimientos de Leocadia. Sus revelaciones no son simultáneas; las dosifica, dejando que cada verdad golpee en el momento más preciso, provocando pequeñas explosiones de tensión que mantienen a todos al borde. Lorenzo, humillado y atrapado, actúa con la astucia que lo caracteriza. Cuando parece acorralado, intenta retomar el control ofreciendo a Alonso un préstamo de dinero. A simple vista, un gesto de generosidad; en realidad, un intento de manipulación para recuperar influencia sobre el destino del palacio. Pero Alonso, recordando la traición pasada que le permitió a Lorenzo apropiarse de un porcentaje de la Promesa, permanece cauteloso. El pasado pesa, y aunque la familia enfrenta dificultades económicas, el marqués no está dispuesto a repetir los errores.

La situación de los Luhan es crítica: deudas crecientes, ingresos menguantes y la carga de mantener el palacio se vuelven cada vez más agobiantes. Es entonces cuando Manuel y Curro emergen como piezas fundamentales para salvar la honra y la estabilidad de la familia. Su intervención será crucial, y su relación de hermanos, aún incipiente, cobrará un significado más profundo que nunca. Curro descubrirá la verdad sobre su origen al leer una antigua carta escrita por su madre, Dolores, dirigida a su amiga Ramona, donde confesaba que Curro es hijo de Alonso. Este secreto, guardado durante años, estaba destinado a estallar en el momento más inesperado.

Aunque muchos personajes ya conocen fragmentos de la verdad —Hana, Martina, Manuel, Petra, Cruz, Leocadia e incluso el mayordomo Rómulo, quien anota cada detalle en su diario secreto— Alonso permanece ajeno, desconcertantemente ciego ante las señales que siempre estuvieron frente a él. Curro comparte gestos, mirada y sensibilidad con Alonso, pero los convencionalismos y los rumores han impedido que el marqués conecte los puntos. Mientras tanto, Leocadia observa y espera, preparando la revelación definitiva. Sabe que el momento está cerca y que sus palabras cambiarán para siempre la historia de los Luhan.

Se puede imaginar la escena: Alonso, incrédulo, sin palabras, abrumado por la mezcla de sorpresa, emoción y alivio. Porque aunque desconocía la verdad, siempre quiso lo mejor para Curro, lo protegió, lo defendió y lo consideró un hijo en todo momento. Ahora, al descubrir que Curro es su hijo biológico, experimentará una alegría inmensa, un sentimiento inesperado de tener junto a él a un hijo perdido que siempre estuvo presente.

Pero no todos recibirán esta revelación con felicidad. La marquesa Cruz, que siempre despreciaba a Curro y lo veía como una vergüenza para la familia, perderá completamente el control. Lo que durante años ocultó y manipuló para humillarlo se convertirá en ira desbordada cuando la verdad salga a la luz. Su reacción será destructiva, un huracán de emociones que mostrará la fuerza de su frustración y su resentimiento acumulado. Al mismo tiempo, Lorenzo, quien durante años fingió ser el padre de Curro, sufrirá la humillación pública de ver cómo su mentira se desmorona. Su orgullo herido podría empujarlo a vengarse de formas impredecibles, aumentando aún más la tensión en el palacio.

La Promesa se prepara así para vivir los días más intensos de la temporada: la crisis económica se avecina, los amores prohibidos vuelven a encenderse, y los secretos, finalmente revelados, abrirán camino a nuevas intrigas, alianzas inesperadas y venganzas inminentes. Eugenia, la madre de Curro, regresará pronto, prometiendo arrojar luz sobre los acontecimientos del pasado y aportar claridad al caos que rodea a su hijo. Su aparición podría ser decisiva para restablecer el orden o, al contrario, para complicarlo aún más.

Cada personaje verá alterada su vida de manera radical: Alonso enfrentará la paternidad de un hijo que creía desconocido, Curro asumirá su nuevo papel dentro de la familia, Cruz deberá lidiar con la caída de su dominio, y Lorenzo se verá obligado a confrontar las consecuencias de sus años de engaños. Leocadia, paciente y calculadora, habrá logrado consolidar su poder, confirmándose como la verdadera estratega del palacio, capaz de mover los hilos a su antojo.

En definitiva, la Promesa se adentra en una etapa donde nada será como antes. Los secretos revelados, los enfrentamientos y las verdades ocultas cambiarán para siempre la dinámica del palacio. Cada paso, cada decisión y cada palabra tendrán repercusiones profundas, y la historia familiar se reescribirá bajo la sombra de nuevas alianzas, venganzas y emociones intensas que mantendrán a todos los habitantes —y a los espectadores— en vilo. Esta temporada promete ser inolvidable, y el futuro de los Luhan pende de un hilo que solo la verdad de Leocadia podrá sostener o quebrar.