Hola, ¿qué tal? Aquí estoy como siempre con un nuevo avance de “La Promesa” que no te puedes perder. Hoy te traigo todo lo que ocurrirá en el capítulo 699, que se emitirá el viernes 17 de octubre. Prepárate porque los secretos, las traiciones y los corazones rotos estarán más presentes que nunca, y las mentiras volarán más rápido que la avioneta del señorito Manuel.

Tras la sorprendente resurrección de Petra, el palacio ha vuelto a convertirse en un hervidero de tensión y secretos. Nadie sabe en quién confiar, y cada mirada parece esconder una intriga. En este capítulo, Curro se enfrenta al sacrificio más grande de su vida. La presión de doña Leocadia no da tregua: su plan para casar a Ángela con Beltrán avanza sin demora. Para la postiza, no hay tiempo que perder; quiere resultados inmediatos, acción y, sobre todo, controlar el destino de su hija, asegurándose de que el matrimonio se lleve a cabo tal como lo planeó. Con la lista de invitados de la boda en mano, la exige a Curro: debe actuar ya o no habrá marcha atrás.

Curro asiente, pero su rostro refleja un dolor profundo. La tarea que doña Leocadia le impone es un auténtico tormento: convencer a Ángela de aceptar a Beltrán como esposo. Sabe que lo que está a punto de hacer podría condenarlo para siempre, pero cree que de esta manera salvará a Ángela de una vida infeliz junto a Lorenzo. Como siempre sucede en “La Promesa”, el amor viene acompañado de dolor. Cada decisión trae consigo un precio que parece insoportable, y Curro lo sabe mejor que nadie.

Mientras tanto, el marqués Alonso y Adriano viven un momento de intenso sufrimiento. La carta de Catalina, entregada por Alonso a su yerno, contiene palabras que buscan justificar ausencias y decisiones pasadas. Catalina habla de su necesidad de sanar, de recuperar fuerzas y de regresar algún día con la frente en alto. Sin embargo, para Adriano solo hay un mensaje claro: abandono. Aunque María Fernández intentará consolarlo en este capítulo, el joven sigue atrapado en un torbellino de emociones, consumido por el amor que se le escapó y que lo deja cada día más parecido a una sombra de sí mismo. La tristeza y la frustración lo acompañan sin descanso, y el dolor se intensifica con cada recuerdo de lo perdido.

En paralelo, Lorenzo de la Mata sigue con su obsesión de agradar a su prometida. El capitán insiste en mantener un contacto cercano con Ángela, pero ella lo enfrenta con firmeza. Le deja claro que su sola presencia le resulta incómoda y que no está dispuesta a ceder. Lorenzo, con una sonrisa forzada, advierte que se está cansando de su actitud hostil. Detrás de esa sonrisa se esconde una amenaza silenciosa: cuando Lorenzo pierde la paciencia, las consecuencias pueden ser imprevisibles. Sin embargo, estas escenas muestran la fuerza de Ángela, su determinación y la capacidad de plantar cara incluso al más poderoso, dejando claro que no será manipulada fácilmente.

Mientras tanto, la relación entre Vera y Lóe se ha deteriorado por completo. En la zona de servicio, ambos protagonizan una de las discusiones más intensas de la semana. La dulzura y la ternura que alguna vez existieron se han esfumado, dejando paso a reproches y resentimientos. Santos, testigo involuntario de la pelea, observa cómo Vera deja claro que no desea seguir siendo una criada sumisa ni vivir sometida a Lóe. Él, sin palabras, se encuentra desconcertado y no reconoce a la mujer de la que alguna vez se enamoró. La servidumbre murmura, asombrada por la transformación de Vera: la joven que todos conocían se ha convertido en alguien irreconocible, capaz de enfrentarse sin miedo a quien alguna vez fue su compañero.

A todo esto, la postiza ha contratado a un detective privado para investigar ciertos secretos del palacio, y Adriano decide entregarle la carta de Catalina para que se la haga llegar. Martina, con su curiosidad habitual, descubre todo y no tarda en interrogarlo: “¿Qué detective? ¿De qué me hablas?”. Adriano le cuenta la verdad, y Leocadia, al enterarse, queda atónita. En el despacho del mayordomo, le confiesa a Ballesteros que no tenía conocimiento de la existencia de la carta y que necesita entender cómo llegó hasta allí. Por primera vez, la postiza parece perder el control absoluto, y una nueva trama de misterio se abre ante los ojos de todos: ¿cómo apareció esa carta en el palacio sin sellos ni marcas que la identifiquen? La intriga crece, y cada paso hacia la verdad se vuelve más peligroso.

Enora, por su parte, continúa con su juego de mentiras compulsivas. Tras fingir una lesión que la obligaba a quedarse en casa, reaparece sonriente en el hangar, pero Toño la descubre y la enfrenta. La tensión es palpable: Enora intenta mantener la compostura, pero su mentira queda al descubierto. Manuel y Toño empiezan a sospechar que algo grande se oculta tras su sonrisa, y mientras ensamblan la última pieza del motor, el ambiente cambia: lo que antes olía a triunfo ahora huele a traición. La intriga y la desconfianza se extienden, y cada acción de Enora parece esconder un secreto que todavía está por revelarse.

Por último, Ángela y Beltrán protagonizan un momento clave en la noche tras la cena. Beltrán encaja perfectamente con todos, y Leocadia observa con satisfacción cómo su plan parece funcionar: poco a poco, Beltrán va ganando terreno en el corazón de Ángela, aunque ella mantiene una actitud cautelosa. La postiza cree que todo marcha según lo planeado, pero la realidad puede ser otra. Más tarde, una enfurecida Ángela confronta a Curro, exigiéndole explicaciones por su aparente distancia durante todo el día. Curro guarda silencio, sabiendo que debe protegerla del sacrificio que le ha impuesto doña Leocadia, aunque eso le rompa el corazón. Ambos quedan frente a frente en un silencio cargado de amor y culpa, un silencio que duele más que cualquier palabra. Cada gesto, cada mirada, refleja el conflicto interno de Curro, atrapado entre la obediencia y el amor verdadero.

Este capítulo promete ser un torbellino de emociones: sacrificios dolorosos, secretos revelados, engaños y enfrentamientos que mantendrán a todos al borde del asiento. Los personajes se ven obligados a tomar decisiones imposibles, y cada elección traerá consecuencias inesperadas. En “La Promesa”, el amor siempre duele, la traición acecha en cada esquina y nadie puede predecir cómo terminará cada historia. El capítulo 699 será una montaña rusa de tensión y emociones, donde cada mirada y cada palabra cuentan más que cualquier acción.