Y en el próximo capítulo de La Promesa, episodio 700, que se emitirá el lunes 20 de octubre de 2025, la historia se sumerge en un torbellino de secretos, emociones y revelaciones que sacudirán a todos los habitantes del palacio.

El episodio arranca en el taller, donde Manuel trabaja con devoción entre chispas y olor a aceite. Con las manos manchadas de grasa y el corazón lleno de esperanza, se dirige a su padre: la pieza final para completar el prototipo del motor ha llegado y, si todo marcha bien, mañana se realizarán las primeras pruebas. Alonso lo observa con orgullo y prudencia, consciente de que este proyecto podría cambiarlo todo para Manuel y la empresa. Entre el zumbido de las herramientas y el eco metálico del taller, el futuro parece palpitar en las manos de Manuel, quien ve en la mecánica mucho más que una afición: es su escape y su forma de dejar un legado propio, ajeno a las intrigas palaciegas. Cada engranaje y tuerca representa su deseo de modernidad en un mundo atrapado en tradiciones, aunque la responsabilidad familiar siempre lo acompaña como una sombra silenciosa.

En un despacho cercano, mientras Manuel comparte un café con Alonso, revela la razón por la que no suele hablar de sus avances: Doña Leocadia, la nueva ama de llaves, siempre está presente. Su astucia y sigilo han alterado la dinámica del palacio, y Manuel percibe en ella un peligro que amenaza tanto la armonía familiar como sus propios proyectos. Su influencia crece día a día, y cada movimiento parece calcularse para obtener ventaja en las decisiones importantes.

En los jardines, Pía confronta a Curro sobre Ángela. Su advertencia es clara: ella no lo ama y otro hombre conoce toda la trama que él intenta construir. Curro intenta aferrarse a la esperanza, pero las palabras de Pía golpean con fuerza, dejando entrever que su amor podría ser un juego de ajedrez en el que él es solo un peón. Los pétalos de los rosales caen sobre el agua, símbolo del amor que se marchita sobre la base de la mentira.

En el despacho de los señores, Cristóbal recibe una carta con sello antiguo, herencia de su tío, que trae consigo no solo tierras sino también una deuda cuyo pago requiere aquello que más valore. Vera, atenta, percibe la gravedad de la situación y la tensión entre ambos crece. Detrás de la puerta, Leocadia escucha con una sonrisa helada, consciente de que esta información será una herramienta más en sus maquinaciones, demostrando que su poder reside en los secretos que acumula y utiliza con precisión.

La casa se estremece también por la recuperación repentina de Nora, cuya determinación de retomar sus tareas despierta sospechas sobre sus verdaderas motivaciones. Manuel y Toño observan con desconfianza, mientras que en el taller surge otro conflicto: Enora, quien había fingido cojera durante semanas, es descubierta por Manuel. La confrontación revela un pulso silencioso de poder y desconfianza, y plantea la pregunta: ¿qué otros secretos oculta Enora?

En la cocina, Pía descubre el embarazo de María. La revelación rompe el ambiente con un silencio abrumador, y María, presa de la desesperación, huye al jardín mientras las lágrimas surcan su rostro. El embarazo representa un secreto imposible de ocultar, cargado de consecuencias que van más allá del ámbito personal y amenazan la estructura social del palacio. Pía, desde la cocina, observa con compasión y preocupación, consciente del futuro incierto que le espera a la joven.

Paralelamente, las relaciones sentimentales y las alianzas en la casa se tensan. Curro enfrenta la cruda verdad sobre su amor imposible, mientras que la relación no expresada entre Cristóbal y Vera se convierte en un secreto que late bajo la superficie, especialmente frente a la herencia que podría obligar a Cristóbal a sacrificar lo que más valora. El motor de Manuel, además de simbolizar progreso y modernidad, refleja la complejidad de la confianza y los secretos: él debe colaborar con Enora pese a la mentira descubierta, mientras que cada engranaje del motor encarna el peso de los secretos humanos que amenazan con desestabilizar la vida en la Promesa.

El episodio se cierra con la noche descendiendo sobre el palacio, cada personaje sumido en su espacio privado, cargando el peso de las revelaciones del día. Alonso contempla los planos del motor, anticipando el costo humano del progreso; Cristóbal guarda la carta con la conciencia de la bomba de tiempo que representa; Pía reflexiona sobre cómo los secretos corroen la vida en la casa; y Leocadia, recorriendo los pasillos oscuros, sigue tejiendo su red de intriga.

El episodio 700 marca un punto de inflexión: los secretos, las mentiras y las revelaciones emergen con fuerza, cambiando para siempre las dinámicas de poder, amor y lealtad en la Promesa. Cada gesto, cada mirada y cada decisión deja claro que el mundo que conocían está por transformarse. El motor, el embarazo, las herencias, las maquinaciones y los sentimientos ocultos se entrelazan en una historia donde la verdad comienza a abrirse camino y donde la luz del conocimiento amenaza con destruir las sombras que protegían los secretos durante tanto tiempo.