Sueños de Libertad Capítulo 424 (¡Andrés despierta!Gabriel y María traicionan,la familia se rompe)
Bienvenidos amantes de las intrigas y los secretos
Hoy nos adentramos en el episodio 423 de Sueños de Libertad, una entrega cargada de tensión, mentiras y alianzas ocultas que pondrán a la familia De la Reina al borde del colapso. Las apariencias ya no sirven para esconder las grietas que amenazan con desmoronar el hogar más respetado de la colonia, y detrás de cada sonrisa amable se esconde un secreto que podría hacerlo todo estallar.
La historia abre con una atmósfera densa en el comedor familiar. El desayuno se desarrolla bajo un silencio incómodo que pesa más que el aire mismo. Damián, otrora un hombre fuerte e imponente, ahora parece consumido por la preocupación, deseando con toda su alma que su hijo Andrés despierte del coma. María, su nuera, muestra una serenidad inesperada y responde con firmeza que ese es también su mayor deseo. Sin embargo, la tensión se hace evidente cuando Gabriel, el sobrino de Damián, pregunta por la ausencia de Begoña. Damián, intentando mantener la calma, asegura que su sobrina política solo padece un ligero resfriado, pero el espectador sabe que miente: Begoña sufre un embarazo complicado, con sangrados que podrían poner en peligro su vida y la del bebé.
La excusa del resfriado no es más que una maniobra desesperada para mantener las apariencias y evitar el caos. María, que no deja escapar ocasión para clavar una pulla, lanza un comentario sarcástico sobre las enfermedades de la casa, aunque rápidamente se recompone y muestra su lado más fuerte, declarando que alguien debe sostener a la familia cuando todo parece derrumbarse. Su determinación se mezcla con un atisbo de esperanza: sueña con que Andrés despierte y la vea caminar de nuevo, símbolo de su recuperación física y emocional. Esa esperanza, más que un simple deseo, es su combustible para resistir.

Mientras tanto, en otra parte de la casa, Claudia vive su propio tormento. Tras una ruptura dolorosa con Raúl, se derrumba en brazos de Manuela. Las lágrimas corren sin consuelo, y entre sollozos confiesa que Raúl ya intuía que ella iba a dejarlo. Su transparencia emocional fue su perdición. Manuela intenta animarla con humor y ternura, pero Claudia siente que el miedo pudo más que el amor. No se siente capaz de vivir pendiente de un hombre que arriesga su vida en cada carrera. En un momento de sinceridad brutal, admite que tal vez está destinada a estar sola. Manuela, siempre sabia, se niega a aceptar eso: le recuerda que la vida puede sorprendernos cuando menos lo esperamos. Sin saberlo, está anticipando el regreso de alguien del pasado.
En paralelo, un encuentro entre Gabriel y María revela una alianza tan repugnante como peligrosa. Gabriel irrumpe en la habitación de su cómplice y la enfrenta sin rodeos: quiere saber la verdad sobre el estado de Begoña. María finge indiferencia, pero Gabriel no se deja engañar. La tensión se eleva cuando él insinúa que Begoña podría haber perdido al bebé. María lo desmiente con frialdad, y entonces queda claro lo que de verdad le interesa a Gabriel: no el bienestar del niño, sino el control sobre la madre. Para él, ese embarazo no es una promesa de amor, sino una cadena para retener a Begoña. Entre ambos sellan un pacto de hipocresía y conveniencia: proteger sus mentiras mientras aparentan normalidad ante los demás. Gabriel sabe que María finge seguir inválida, y ella, en un contraataque venenoso, le exige que mantenga a Begoña lejos de su camino. Dos cómplices, dos máscaras, un solo objetivo: sobrevivir dentro de su red de engaños.
La calma aparente de la casa contrasta con la actividad en la fábrica. Damián y Gabriel discuten sobre las ofertas de compra de acciones. Damián, fiel a sus principios, descarta de inmediato a Floral, la empresa que intentó sabotearlos en el pasado. Sin embargo, Gabriel manipula la conversación con sutileza, sembrando la idea de que tal vez deberían reconsiderar una oferta italiana, Macina, detrás de la cual esconde sus propios intereses. Su juego de espejos es magistral: aparenta lealtad mientras teje su conspiración.
En la cantina, un nuevo personaje entra en escena: David, un joven obrero con raíces gallegas. Su charla amistosa con Gaspar, el dueño del local, aporta un respiro de humanidad y calidez al episodio. Ambos descubren una conexión especial por sus orígenes y forjan una amistad instantánea. Pero pronto el pasado vuelve a golpear: David se reencuentra con Chema, un viejo amigo de la infancia, quien revela que David fue el primer amor de Carmen, la hija de Digna. Este detalle, aparentemente inocente, prepara el terreno para un giro emocional poderoso: Carmen, que ha vivido resignada al trabajo y a los recuerdos, verá cómo el destino le devuelve una historia que creía enterrada.
De vuelta en la mansión, Manuela descubre por fin la verdad sobre Begoña. Su instinto no falla: los síntomas no son los de un simple resfriado. Luz y Digna, acorraladas, confiesan que Begoña está embarazada y que el sangrado que vio Manuela fue real, aunque aseguran que el bebé está fuera de peligro. Manuela, conmovida, promete guardar el secreto. Su reacción mezcla alivio y ternura: imagina a Damián abrazando por fin a su primer nieto, sin sospechar que ese niño es fruto del pecado y la mentira.

La situación en la fábrica, en cambio, se vuelve cada vez más desesperada. Tasio, el director, explota de ira al ver a los obreros descansando unos minutos. Los humilla frente a Gaspar, quien intenta defenderlos, y David responde con respeto pero firmeza, demostrando su carácter íntegro. Tasio, sin embargo, no escucha razones: la presión lo está llevando al límite. Cuando se marcha furioso, Gaspar revela un secreto aterrador a Manuela y Claudia: Tasio le confesó que si no encuentran un inversor de inmediato, todos se quedarán sin trabajo.
En medio de este clima de incertidumbre, se desarrolla otra trama crucial. Luis, Digna y Joaquín analizan una nueva propuesta de Floral, que ahora ofrece una fortuna por las patentes de los perfumes no lanzados al mercado. Luis, movido por su orgullo artístico, se niega a vender, mientras Digna, más pragmática, comprende el valor económico de la oferta. Finalmente, decide apoyar a su hijo, aunque en el fondo sabe que esa decisión podría hundirlos definitivamente.
El capítulo cierra con una atmósfera cargada de emociones contrapuestas: Damián regresa del hospital sin noticias alentadoras sobre Andrés, devastado y agotado. Gabriel, siempre atento a la oportunidad, aprovecha el momento para seguir manipulando a su tío, fingiendo preocupación mientras avanza en su plan con Macina. En la cantina, Carmen descubre que David ha vuelto, y su expresión mezcla sorpresa, miedo y una chispa de ilusión. Los hilos del pasado comienzan a entrelazarse con los del presente, mientras cada personaje es arrastrado por sus propios secretos.
Así termina un episodio donde las mentiras se multiplican, los lazos familiares se debilitan y los viejos amores resurgen del polvo. Sueños de Libertad 423 nos deja con una certeza: cuando la verdad empiece a salir a la luz, ningún miembro de la familia De la Reina quedará a salvo.