La Promesa, avance del capítulo 703: Ángela acepta casarse, pero guarda un secreto
Ángela acepta casarse, pero guarda un secreto
El capítulo 703 de La Promesa abre con una tensión que promete sacudir los cimientos del palacio. Mientras Adriano cumple con su cometido y entrega la enigmática carta de Catalina, y Enora regresa cargada de secretos, el corazón de La Promesa late con fuerza ante un escándalo inesperado: María Fernández ha revelado su embarazo, un hecho que desata rumores, sospechas y alianzas quebradas entre quienes la rodean. Sin embargo, no solo ella enfrenta crisis; Ángela se encuentra atrapada entre la presión de Leocadia y los hombres que rodean su vida, Curro y Beltrán, y debe tomar decisiones que podrían determinar su destino. La pregunta que flota en el aire es clara: ¿cuánto costará la verdad y hasta dónde llegará el amor?
La mañana en La Promesa se desliza lentamente, filtrando su luz con timidez por los ventanales, incapaz de disipar los secretos que la noche dejó atrás. Para la mayoría, es simplemente otro día rutinario, pero para María Fernández cada rayo de sol es un recordatorio cruel del peso que lleva en su vientre, un secreto que la abruma y amenaza con romperla por completo. Incapaz de dormir, se sienta en el borde de su catre en el dormitorio del servicio, con las manos temblorosas sobre su regazo, sintiendo que su mundo se desmorona mientras el sudor frío recorre su espalda y las náuseas la acechan.

El murmullo de sus compañeras delata la llegada de un nuevo día. Pronto deberá levantarse, vestirse y ponerse la máscara de normalidad, enfrentando un día que parece una sentencia, pero antes de todo eso, hay una conversación inevitable: debe confesarle su secreto a Samuel, el único que le ha mostrado preocupación genuina. Lo encuentra en el pasillo que conduce a las cocinas y, con voz temblorosa, le revela su situación: está embarazada. El impacto cala hondo en Samuel, quien, pese a la conmoción, se muestra protector, prometiéndole buscar juntos una salida. La joven sabe que su secreto ya no es solo suyo; ahora ambos cargan con él.
Mientras en los pisos inferiores, la tensión crece con el regreso de Enora. La joven dibujante, que había desaparecido sin explicación, se enfrenta a Manuel y Toño en el hangar, revelando la verdad de su traición: intentó vender los planos del motor a un industrial de Madrid para salvar a su tío de la ruina económica. Aunque su intención tenía un motivo noble, su acto rompe la confianza del equipo y despierta la ira de Manuel, que no sabe si la acción puede ser perdonada o si será necesario tomar medidas legales. La confesión de Enora añade complejidad al drama del palacio: incluso los secretos con justificación pueden desencadenar consecuencias devastadoras.
Mientras tanto, Adriano siente un ligero alivio tras cumplir con su misión de entregar la carta de Catalina. Al encontrarse con Martina en los jardines, la conversación se tiñe de una calma inesperada, casi íntima, que no pasa desapercibida para Jacobo, quien observa desde la terraza con creciente desconfianza y celos. Lo que para algunos es un intercambio amistoso, para él se convierte en un peligroso recordatorio de su inseguridad y del posible interés que siente Adriano por su prometida. Los celos se encienden, y Jacobo empieza a idear cómo recuperar el control sobre la situación, ignorando que la aparente calma de La Promesa es apenas la antesala de una tormenta.
En otra parte del palacio, Petra se siente vulnerable y enferma, con fiebre y tos, y la visita de Leocadia solo aumenta su ansiedad. La marquesa inspecciona cada detalle, dejando claro que el servicio y la disciplina no pueden ser ignorados, mientras Cristóbal también se muestra excesivamente atento, como si cada síntoma de Petra fuera un objeto de estudio. La doncella se percata de que su habitación ya no es un refugio, sino un lugar de vigilancia y sospecha, atrapada entre la autoridad y las intenciones ocultas de quienes la rodean.
Mientras tanto, en la biblioteca, Ángela y Beltrán discuten sobre asuntos legales relacionados con las propiedades del capitán. La discusión, que parece trivial en la superficie, revela la tensión y la falta de afecto en su relación forzada. Cada palabra es un arma, cada gesto una defensa. Oculta tras los estantes, Leocadia observa con satisfacción; sabe que el conflicto entre ambos servirá para empujarlos hacia el matrimonio, y para ello necesita la intervención de alguien más: Curro.

Curro, a su vez, se enfrenta a una misión imposible: acercarse a Ángela para influir en sus decisiones, mientras lucha contra sus propios sentimientos por ella. Encuentra a Ángela llorando en el jardín de invierno y le transmite las instrucciones de Leocadia, sugiriendo que debe fingir afecto hacia el capitán Lorenzo y proteger la apariencia ante la marquesa. Ángela comprende el sacrificio que se le exige: mostrar cariño por un hombre que desprecia, mientras mantiene oculto su amor por Curro. La presión la aplasta, pero entiende que ceder a la estrategia de Leocadia puede ser la única manera de sobrevivir.
El día avanza, y María Fernández lucha con su debilidad física y emocional, hasta que la señora Pía la descubre en un estado preocupante. La gobernanta, con su aguda experiencia, percibe que algo grave ocurre. Tras insistir, María se ve obligada a confesar su embarazo. La revelación sacude a Pía, quien oscila entre la ira y la compasión. Comprende la gravedad de la situación y, pese a la estricta disciplina que aplica, decide ayudar a María a encontrar una salida, protegiendo su secreto y ofreciendo un rayo de esperanza donde solo esperaba condena.
En este capítulo, los secretos, las traiciones y los compromisos forzados se entrelazan. Ángela acepta su destino y el matrimonio impuesto, pero mantiene su secreto oculto, consciente de los sacrificios que debe hacer para proteger su amor. María enfrenta la amenaza de la deshonra y la expulsión, pero encuentra en Pía y Samuel aliados inesperados. Enora, con su arrepentimiento a medias, deja un rastro de tensión en el hangar, mientras los celos de Jacobo amenazan con estallar. En La Promesa, cada gesto, cada palabra y cada decisión se convierte en un delicado equilibrio entre la verdad, el amor y la supervivencia, y los próximos capítulos prometen desvelar cómo los personajes enfrentarán la tormenta que apenas comienza.