AVANCE DE SUEÑOS DE LIBERTAD, JUEVES 23 DE OCTUBRE ANTENA 3, CAPITULO 424, UN GIRO INESPERADO
Hola amigos, hoy les traigo el esperado avance del capítulo 424 de Sueños de Libertad
El episodio arranca en la imponente casa de la familia Reina, donde Damián, María, Pelayo y Gabriel se encuentran reunidos en el salón, inmersos en la discusión sobre la delicada situación de la empresa. La tensión es palpable: las decisiones que se avecinan podrían cambiar el destino de la compañía, y la posible entrada de un inversionista italiano genera incertidumbre. Todos buscan una salida que devuelva la estabilidad al negocio, pero el ambiente está cargado de ansiedad y preocupación.
De repente, llaman a la puerta. Al abrir, aparece Luz, con un semblante serio pero con un leve brillo de esperanza en sus ojos. “Perdonen que los interrumpa,” dice con calma, “vengo del hospital y traigo noticias sobre Andrés.” María, alterada, pregunta con premura: “¿Qué pasa? ¿Está bien?” Luz mantiene la serenidad, aunque la emoción contenida en su voz es evidente: Andrés sigue igual, pero hace un rato, mientras estaba con Marta y Digna, movió levemente un dedo. Esa revelación deja a todos boquiabiertos. Una oleada de esperanza recorre la sala, mientras Gabriel permanece pensativo, casi inquieto ante la posibilidad de que Andrés despierte.
Luz continúa con explicaciones cautelosas: este pequeño gesto podría ser el primer paso para que Andrés despierte, al menos según la evaluación de los médicos. María no puede evitar sonreír con alivio; la emoción es demasiado intensa. “Dios te oiga”, responde Luz con lágrimas contenidas. “Yo lo sabía. Sabía que Andrés saldría de esta.” María siente una mezcla de alegría y temor; Luz asiente, pero recuerda que aún no es momento de cantar victoria. El proceso será largo y lleno de incertidumbre, y existe la posibilidad de que no logre superar del todo las secuelas.
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Gabriel, con una leve preocupación, interviene: “Doctora, siendo realistas, ¿cree que Andrés volverá a ser el de antes?” Luz suspira, consciente de la complejidad de la situación. Entre el traumatismo y la hipoxia sufrida durante la operación, no será posible determinar el alcance total de las secuelas hasta que despierte por completo. Damián, intentando infundir ánimo, dice con firmeza: “No llamemos al mal tiempo, doctora. Andrés es joven y fuerte; eso tiene que jugar a su favor.” Luz asiente con serenidad: “Desde luego, Damián. Hay que estar preparados para todo, pero el hecho de que haya movido un dedo es un signo muy positivo.”
Con determinación, Damián se dispone a ir al hospital para acompañar a su hijo, mientras María insiste en ir con él. Damián, con suavidad, intenta convencerla de quedarse: “No sería prudente que faltes a tu sesión de rehabilitación.” Pero María, con firmeza y emoción, responde: “No me importa, quiero estar con él.” Luz interviene conciliadora, recordando que el despertar de Andrés es un proceso lento. Gabriel, escuchando la discusión, esboza una leve sonrisa casi imperceptible. María, en cambio, rompe en llanto. Luz, con ternura, le recuerda que su propia recuperación es igualmente importante. María asiente resignada: “Está bien, lo veré mañana.”
Tras la despedida de Luz, Damián se levanta decidido. “Bueno, voy al hospital. Si hay novedades, los mantendré informados.” Pelayo se acerca a María y le toma la mano: “Todo va a salir bien, ya lo verás.” Ella lo mira con gratitud, mientras Gabriel los observa, pensativo y distante, sus emociones aún ocultas tras su expresión seria.
Mientras tanto, en las oficinas de la empresa, Tasio recibe una llamada inesperada del director de Floral. Tras colgar, comparte su sorpresa con Marta: “Me dice que está dispuesto a mejorar la oferta que nos hicieron.” Marta frunce el ceño: “¿Mejorar la oferta? Pero si ya dijimos que no.” Tasio explica: ahora están interesados en las patentes no comercializadas. La noticia confunde a Marta, quien pregunta: “¿Desde cuándo hicieron una oferta por las patentes?” Tasio se encoge de hombros, admitiendo su desconcierto.
En ese instante, Luis entra al despacho con un informe de los daños ocasionados por la explosión. Tasio lo recibe y le pregunta directamente sobre la oferta de Floral, indicando que hay un aumento del 10% en la propuesta. Luis baja la mirada, consciente de la gravedad de la situación: “Sí, lo sabía, y lamento no haber informado antes.” Marta, molesta, exige explicaciones: “¿Por qué ese secretismo?” Luis responde con sinceridad, explicando que las patentes pertenecen a la familia y que quería que fueran los Merino quienes decidieran sin interferencia de la junta. Tasio lo escucha con empatía, pero señala la necesidad de trabajar unidos en momentos críticos. Marta asiente, recordándole que solo la colaboración conjunta puede salvar la empresa. Luis guarda silencio y se retira, dejando un aire de tensión en la oficina.
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Al caer la noche, María se encuentra en su habitación, contemplando el horizonte con el rostro ensimismado, absorbiendo la noticia sobre Andrés y sintiendo una mezcla de esperanza y ansiedad. Gema llega para visitarla, trayendo alegría y apoyo. “Me enteré de las buenas noticias y quería verte,” dice con una sonrisa. María confirma emocionada la noticia: Andrés movió un dedo, un primer indicio de su despertar. Gema, entusiasmada, agrega otra noticia positiva: María ha recuperado la sensibilidad en las piernas. Los avances médicos confirman que la inflamación ha remitido y no hay lesiones irreversibles.
La emoción de María crece, pero mantiene cautela: no quiere hacerse ilusiones hasta estar segura de que la recuperación será completa. Gema insiste en mantener el optimismo, recordándole los milagros recientes y alentándola a pensar en el futuro: Andrés despertará y ella volverá a caminar. Además, la posibilidad de un nuevo inversionista podría cambiar el rumbo de la empresa, pero María mantiene la mente centrada en lo más importante: la salud de Andrés. La conversación termina con un momento de ternura y esperanza compartida, donde María recuerda cómo Andrés reaccionó al descubrir que había recuperado sensibilidad y pudo ponerse de pie antes del accidente que transformó sus vidas para siempre. Finalmente, sonríe con una mezcla de alivio y optimismo: “Estará encantado.” Gema, con entusiasmo, afirma: “Claro que sí, ya verás, todo va a salir.”
Este capítulo nos deja al borde de un emocionante desenlace, con la salud de Andrés y el futuro de la empresa como ejes centrales de la historia. La combinación de tensión, esperanza y conflictos familiares promete un episodio lleno de emociones y sorpresas que mantendrán a la audiencia al borde de sus asientos.