Sueños de Libertad Capítulo 424 (Andrés mejora y Gabriel trama algo oscuro en el hospital)
Hola a todos, bienvenidos a un adelanto exclusivo de Sueños de Libertad.
Hoy el valle de emociones en la familia Reina se ve sacudido por noticias esperanzadoras sobre Andrés, una chispa de alegría que ilumina la incertidumbre que ha acompañado a su familia en los últimos días. Sin embargo, esta luz de esperanza tiene un reverso oscuro: Gabriel siente que su secreto está al borde de ser descubierto y, en un impulso de desesperación, comienza a trazar un plan para mantenerlo oculto.
El capítulo comienza en la residencia de los Reina, donde Pelayo y Gabriel se encuentran a solas. La tensión flota en el aire. Gabriel, con una mezcla de preocupación y alerta, rompe el silencio. “¿Cómo va la búsqueda de nuevos inversionistas?”, pregunta, intentando medir el estado de la situación. Pelayo, agotado y visiblemente abrumado, responde con un suspiro cargado de frustración. “Todo está siendo un desastre. Nadie quiere arriesgar su dinero en estos tiempos.”
Gabriel, intentando mantener la compostura, comenta con un hilo de esperanza: “Esperemos encontrar pronto otra opción que no sea la de los italianos. Mi tío no parece del todo convencido con ese trato.” Pelayo asiente lentamente, reconociendo el amargo trago que es toda esta situación, y añade que todavía confía en que el seguro cubra los gastos, aunque duda de que haya novedades inmediatas. Gabriel finge asentir, mostrando acuerdo mientras su mente se agita, buscando la manera de proteger su secreto.

Pelayo cambia de tema momentáneamente, intentando encontrar un respiro entre tanto estrés. La pequeña mejoría de Andrés ha sido un bálsamo en medio de la tormenta. Marta ha hablado con los médicos y les ha confirmado que si Andrés ha conseguido mover un dedo, es muy probable que su recuperación sea positiva. Gabriel intenta disimular su inquietud con una sonrisa forzada, consciente de que cada palabra positiva sobre su primo aumenta la tensión que siente en su interior.
“Es una gran noticia”, dice, recordando a Pelayo que, como advirtió la doctora Borrel, la recuperación completa no está garantizada. Pelayo asiente, reconociendo la cautela de la profesional, mientras Gabriel reflexiona seriamente sobre los riesgos: “He conocido casos como el de Andrés donde, incluso después del coma, quedan secuelas graves.” Pelayo, con un dejo de tristeza, recuerda el ejemplo de un antiguo empleado que permaneció en coma tras un accidente y que despertó incapaz de comunicarse con el mundo.
De repente, la atmósfera de la habitación cambia con la entrada de Marta. Con seguridad y optimismo, declara: “Eso no le pasará a mi hermano. Andrés saldrá del coma y se recuperará. Hablé con el doctor Herrera y sus palabras me llenan de esperanza.” Pelayo, visiblemente emocionado, pregunta si la recuperación es realmente posible, y Marta confirma con una leve sonrisa que las probabilidades de que Andrés despierte y recupere la normalidad superan las de lo contrario.
Mientras Marta comparte estas noticias alentadoras, la expresión de Gabriel se oscurece. Sus manos tiemblan ligeramente y su rostro refleja preocupación, aunque trata de enmascararla. Pelayo, conmovido, comenta que es la mejor noticia del día y que el respaldo de un médico tan prestigioso como Herrera fortalece aún más la confianza. Marta añade un ejemplo esperanzador: un hombre que permaneció sin oxígeno cerebral durante tres minutos quedó en coma, pero logró mover la mano y despertar, recuperando con el tiempo su vida normal. Pelayo sonríe ante la historia, satisfecho de que la familia tenga motivos para la esperanza.
Gabriel, consciente de la situación y de su propio plan, se excusa y se levanta, intentando aparentar tranquilidad. Pelayo lo nota y pregunta preocupado si está bien, a lo que Gabriel responde con rapidez y falsedad. Simula interés por la ubicación de Damián y se ofrece a ir al hospital para convencerlo de descansar, mientras su mente trama algo mucho más oscuro.
Mientras tanto, en el salón principal, Gema y María comparten una tranquila conversación interrumpida por la llegada de Pelayo. Gema felicita a Pelayo por su nuevo puesto y María pregunta por Damián, recibiendo la noticia de que Gabriel ha ido al hospital a buscarlo. La preocupación de María es evidente, y decide que debe ir a comprobar personalmente cómo se encuentra Andrés, ordenando a Gema que avise a Emiliano para preparar el coche y acompañarla.
En el hospital, el ambiente es tenso y silencioso. Gabriel se mueve con sigilo, observando a su alrededor antes de tomar uno de los frascos de morfina del carrito de medicamentos. Con precisión calculada, lo guarda en su chaqueta, sin que nadie sospeche de sus intenciones. Luego entra a la habitación de Andrés, donde Damián, agotado, vela la cama de su hijo. Gabriel, con una voz suave y persuasiva, sugiere que Damián descanse un poco mientras él se queda para cuidar a Andrés, asegurándole que los médicos confirman que hay esperanzas. Damián, resignado, acepta finalmente, permitiendo que Gabriel se quede a solas con su primo.

Ahora, Gabriel se acerca a la cama de Andrés con movimientos calculados, su respiración se acelera y su rostro refleja una mezcla de frialdad y determinación. Saca la jeringa de morfina que había escondido y la prepara, sin mostrar ni un ápice de culpa. La tensión alcanza su punto máximo: justo cuando está a punto de ejecutar su plan, María llega al hospital acompañada de Emiliano. Fingiendo calma, le pide a Emiliano que consiga un bocadillo mientras ella se acerca a la puerta de la habitación de Andrés, sin imaginar la escena que se desarrolla al interior.
La pregunta que mantiene en vilo a todos es: ¿logrará Gabriel completar su oscuro plan antes de que María descubra la verdad? ¿Percibirá ella las señales del extraño comportamiento de Gabriel? Y, sobre todo, ¿qué consecuencias tendrá este nuevo intento de ocultar su secreto? La tensión, el peligro y la intriga están al límite en este episodio de Sueños de Libertad, donde cada acción puede alterar irremediablemente el destino de la familia Reina y de aquellos que rodean a Andrés.
El episodio promete emociones intensas, secretos a punto de ser revelados y un enfrentamiento moral que mantendrá a todos los espectadores al borde de sus asientos. Gabriel se encuentra atrapado entre la desesperación y la ambición, mientras María y Damián luchan por la esperanza y la vida de Andrés, en un delicado equilibrio que podría romperse en cualquier instante.