Sueños de Libertad “Damián En La Ruina” Avance Capítulo 428
Queridos amigos, sean bienvenidos a un adelanto especial de Sueños de Libertad
Nos encontramos ante un capítulo decisivo, un episodio en el que las pasiones se enfrentan y las decisiones marcarán para siempre el destino de la familia De la Reina. La reunión que todos temían finalmente se lleva a cabo, y con ella llega una resolución que amenaza con dividir la historia de la familia en dos.
Damián, tras años de ardua lucha por mantener su empresa a flote, contempla cómo todo aquello que levantó con sus propias manos se derrumba ante sus ojos. La junta dictamina su veredicto final y el resultado es devastador: el control de la fábrica se escapa de sus manos y la ruina acecha, lista para devorar lo que alguna vez fue orgullo y legado familiar.
La escena se abre en el despacho de Tacio. La tensión es palpable, el aire pesado, y nadie osa romper el silencio que precede a la tormenta. Los rostros de los presentes reflejan cansancio, preocupación e incertidumbre, un miedo que parece no tener fin. Tacio, con voz grave, anuncia las malas noticias: el seguro no cubrirá los daños. Marta, frustrada, apenas logra articular palabra. Solo indemnizarán por Benítez. Luis añade con resignación que se harán cargo únicamente de la reconstrucción. Esa era la última esperanza de la familia. Joaquín deja escapar un suspiro cargado de ironía, consciente de que, con las aseguradoras, siempre hay que esperar lo peor.
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Las palabras caen como piedras sobre los corazones de todos. La sensación de abismo es inevitable; la única salida, aunque amarga, se aproxima cada vez más. En ese momento, la puerta se abre y Gabriel entra acompañado de María. Con la serenidad que oculta sus cálculos, Gabriel murmura: “Perdonen el retraso.” María, con un brillo de esperanza, anuncia una buena noticia: Andrés ha dicho sus primeras palabras y parece estar mejorando. Damián, conmovido, no puede contener las lágrimas. Entre tanta oscuridad, esa noticia es un alivio.
Pero pronto la conversación regresa al centro de la tragedia. Tacio, firme y decidido, se pone de pie y expone la única oferta viable: la de los Macina. María, con miedo, pregunta si quieren el 51% de la empresa, y Tacio confirma que no hay otra opción. Reparte los documentos, y el sonido del papel sobre la mesa se siente como un suspiro fúnebre. Cristina, incrédula, menciona la cooperativa de los trabajadores, pero Tacio niega con la cabeza: sin respaldo económico, todo era solo un hermoso sueño imposible. El ambiente se vuelve insoportable.
Finalmente, comienza la votación. Tacio declara con voz firme: “Mi voto es a favor de vender.” Damián, con dolor contenido, responde: “El mío en contra.” Uno a uno, los demás miembros se pronuncian y todos, salvo Damián, eligen vender. Gabriel, satisfecho, pronuncia el veredicto final: se aprueba la venta del 51% de las acciones. Damián, destrozado, se levanta y su voz, temblorosa, se clava como dagas en el aire: “Nos rendimos sin pelear. Estamos entregando nuestra alma a desconocidos. Hemos trabajado toda una vida para levantar esto y ahora lo destruyen con una firma.” Tacio, frío, responde: “La decisión está tomada, padre. Lo siento.”
Damián grita, los ojos llenos de lágrimas: “No sabes lo que significa perderlo todo. Sobrevivir no basta. Perfumerías De la Reina no venderá su alma por sobrevivir. Algún día entenderéis lo que habéis hecho.” Sin mirar atrás, abandona la sala. La puerta se cierra con un golpe seco, sellando el destino de una familia que acaba de perder algo más que una empresa. Gabriel observa la escena con una sonrisa apenas perceptible y, con frialdad, ordena formalizar la venta. Uno a uno, los presentes firman, y el sonido de la pluma sobre el papel marca el fin de una era. El silencio que queda no es paz, sino resignación.
Mientras tanto, en otra parte de la casa, Begoña se prepara para salir. Gabriel aparece en la puerta con semblante serio y le recuerda que debería descansar. Begoña, con determinación, explica que quiere ir al hospital a ver a Andrés, pero asegura que no conducirá. Gabriel, preocupado, insiste en que ella debe cuidar de sí misma y del bebé, pero Begoña mantiene su decisión: necesita comprobar personalmente que Andrés está bien. Él cede, aunque con cierta tensión, y la acompaña hasta la salida, conversando con cautela sobre los riesgos y la importancia del reposo. Begoña, molesta pero firme, insiste en su presencia en el hospital, asegurando que se trata de un momento crucial para la familia.
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Posteriormente, ambos se reúnen con Marta, Pelayo y Damián. Begoña respira hondo y anuncia, con nerviosismo, que está embarazada. La noticia provoca un silencio inicial que pronto se transforma en alegría y felicitaciones. Marta y Pelayo expresan su entusiasmo y preocupación, mientras Gabriel asegura que todo marcha perfectamente y que el bebé está a salvo. La noticia trae un rayo de esperanza en medio de la tragedia que vive la familia.
En el hospital, Gema llega a visitar a Andrés y lo encuentra dormido junto a María, quien no se ha separado de él desde su despertar. Andrés abre lentamente los ojos, y María, emocionada, le acaricia la mejilla, hablándole con ternura. La incertidumbre se mezcla con la alegría del milagro de su recuperación. Gabriel entra y, aunque intenta mantener la compostura, genera tensión inmediata en María. Se produce un intercambio cargado de sospecha y advertencias, mientras Andrés sigue despertando lentamente, confundido y débil.
María intenta tranquilizarlo y explicarle la situación, asegurándole que estará a su lado mientras recuerda lo ocurrido. La pregunta que flota en el aire es inquietante: ¿podrá Damián recuperar el control de la fábrica, o la venta marcará el fin definitivo de su legado? ¿Qué destino aguarda a los trabajadores, a la empresa, y a todos aquellos que creyeron en un sueño que hoy parece desvanecerse?
Este adelanto de Sueños de Libertad nos deja en un punto crítico: la pérdida, el renacimiento y la esperanza conviven en un equilibrio precario. La familia enfrenta decisiones irreversibles, los secretos emergen y las emociones alcanzan su punto máximo. Cada acto tendrá consecuencias profundas, y los próximos capítulos prometen revelar si todavía queda una chispa de esperanza en medio de la tormenta.