Prepárense porque lo que van a presenciar en este capítulo de La Promesa va a dejarles el alma destrozada: un secreto que cambiará para siempre.

En esta entrega, el destino de Ángela y Curro finalmente se revela, y las consecuencias son absolutamente devastadoras. Todo comienza en una noche silenciosa, cuando Ángela ya no puede seguir guardando su secreto. Durante días, ha sentido el peso de la verdad ahogándola, despertando con náuseas y viendo cómo su cuerpo cambia: dentro de ella crece una vida, fruto de su amor prohibido por Curro. La verdad hermosa y aterradora finalmente exige salir a la luz.

A altas horas de la noche, Ángela se dirige temblorosa hacia la habitación de Curro, decidida a confesar lo que ha estado ocultando. Su corazón late con fuerza mientras toca la puerta; Curro, sorprendido, la deja entrar y la sostiene con ternura, asegurándole que enfrentarán cualquier cosa juntos. Con lágrimas en los ojos, Ángela finalmente pronuncia las palabras que lo cambiarán todo: está embarazada de Curro.

El silencio se adueña del lugar. Curro, paralizado, intenta procesar la noticia, pero pronto su horror se convierte en alegría pura. Llena de amor y esperanza, la pareja celebra la llegada de su hijo, soñando con un futuro juntos. Sin embargo, la felicidad es efímera. Leocadia, inquieta y vigilante, descubre la verdad mientras merodea por el palacio esa misma noche. Su poder y control se sienten amenazados, y la noticia del embarazo de Ángela la hace tambalear.

Al amanecer, en el desayuno, Leocadia revela ante todos el secreto de Ángela: está embarazada de Curro. El comedor estalla en conmoción. Curro afirma su amor y compromiso, mientras Leocadia, furiosa, amenaza con impedir que el bebé nazca en el palacio. La tensión alcanza su punto máximo cuando, fuera de sí, agarra un cuchillo y avanza hacia Curro. Ángela se interpone, salvando a ambos, y Leocadia finalmente se desploma en el oratorio, devastada por la pérdida de control y de su hija.

Mientras Curro y Ángela se aferran el uno al otro, conscientes de la amenaza que sigue latente, Leocadia, aunque postrada, mantiene su mente activa, planeando estrategias que podrían revertir la situación. Nada ha terminado; la oscuridad que acecha aún no cede, y la noche promete nuevos conflictos.

Este capítulo es un torbellino de emociones: la confesión de Ángela, la reacción amorosa de Curro, la furia descontrolada de Leocadia y el desplome emocional de una madre que lo ha perdido todo. La felicidad de los jóvenes enamorados queda empañada por el miedo y la incertidumbre, y el palacio nunca volverá a ser el mismo.