Sueños de Libertad Capítulo 428 (¡Brossard es el dueño ahora! La familia Merino lo pierde todo)

Sueños de Libertad: Traiciones, Secretos y el Comienzo de la Batalla

Hola amigos, bienvenidos a un adelanto exclusivo del episodio 428 de Sueños de Libertad, un capítulo cargado de tensión, emociones y decisiones que cambiarán para siempre el destino de la familia Merino. La historia comienza en la casa familiar, donde la atmósfera está saturada de preocupación y rabia contenida. Joaquín camina de un lado a otro del salón, los puños apretados, intentando sofocar la ira que le quema por dentro. Su rostro enrojecido refleja el desconcierto y la frustración por la traición más inesperada: Brosar ha logrado engañarles y quedarse con la empresa de la familia.

Frente a él, Digna permanece sentada, intentando mantener la compostura. Sus ojos delatan miedo y ansiedad, un temor profundo a perder todo por lo que la familia ha luchado durante años. La tensión se rompe cuando Joaquín, con voz temblorosa de indignación, le reprocha a su madre la magnitud del engaño. Brosar ha tendido una trampa perfecta, y ahora ellos han perdido la mayoría de las acciones. Digna, paralizada, solo logra mirarlo, intentando asimilar la traición. Con voz débil admite que le cuesta creer lo que ha sucedido y que apenas se atreve a imaginar las consecuencias que esto tendrá.

Joaquín suspira, se pasa la mano por el cabello y, con tono amargo, le recuerda a su madre que ya no hay vuelta atrás: los franceses poseen el 51% de las acciones, son los dueños de la mayoría y controlan absolutamente todo. A partir de ahora, tendrán que acatar cualquier decisión, aunque no estén de acuerdo. La resignación de Digna es evidente; la serenidad habitual desaparece y su rostro refleja tristeza y preocupación. En ese instante, el timbre de la casa interrumpe el silencio. Joaquín abre la puerta y se encuentra con Damián, serio y severo, que entra sin saludar y apenas sin miramientos.

María descubre que Gabriel trabaja para Brossard y acaba aceptando un pacto  con él, pero con condiciones

Damián, con voz firme, declara que no pueden permanecer cruzados de brazos y anuncia que Gabriel viajará a París para intentar negociar con Brosar y anular el contrato. Joaquín, incrédulo, cuestiona si eso será posible. Damián admite que no lo sabe, pero lo que sí está claro es que advirtió sobre los peligros de ceder tanto poder a un desconocido. La discusión escala rápidamente: Damián acusa a los jóvenes de haber destruido lo que él y Hervacio levantaron con esfuerzo, mientras Joaquín responde con enojo, recordando que no tenían otra opción. La familia estaba atrapada entre la necesidad de salvar la empresa y la imposibilidad de encontrar otro inversor a tiempo.

Las prisas, según Damián, han sido fatales. Ceder la mayoría a un extraño era condenarse, y ahora el desastre es inevitable. Digna, levantándose con determinación, enfrenta a su hermano y le recuerda que vender fue la única manera de preservar al menos una parte del legado familiar. Su intervención genera un enfrentamiento directo con Damián, que insiste en que los hijos han fallado y que él confiaba en su criterio. Digna lo confronta, explicando que sus hijos tienen un compromiso profundo con la empresa y que, al final, tomaron la decisión más responsable para evitar la quiebra.

Joaquín, agotado por la discusión, interviene para poner fin al conflicto: lo que está hecho, está hecho. Ahora solo queda mirar hacia adelante. Gabriel intentará remediar la situación desde París, mientras que ellos deben seguir trabajando para mantener la empresa a flote. Sin esperar respuesta, Joaquín se marcha a la fábrica, dejando atrás un salón lleno de tensión y palabras no dichas.

Horas después, la narrativa se traslada al hospital, donde Marta entra en la habitación de Andrés con el corazón en un puño. Su hermano, débil pero consciente, la recibe con una sonrisa ligera. Marta corre hacia él, toma su mano y la aprieta con ternura, confesándole entre lágrimas que no sabe qué habría hecho si él no despertara. Andrés la tranquiliza, recordándole su fortaleza y el amor que siempre se han profesado. La conversación entre ambos es tierna y nostálgica, recordando momentos de la infancia y reafirmando el vínculo profundo que los une. Sin embargo, la alegría se ve empañada por la preocupación: Marta revela que habló con Digna esa mañana, lo que deja a Andrés inquieto.

En ese instante, Tacio entra en la habitación, aliviado de ver a su hermano despierto. La emoción se mezcla con la culpa y el remordimiento. Andrés, con serenidad, le asegura que no tiene la culpa de nada, y Marta interviene con un toque irónico, recordando que actuar impulsivamente es parte de la naturaleza de Tacio. A pesar de la tensión, hay espacio para la ternura: Andrés reconoce a Tacio como un héroe junto a Benítez, aunque la suerte no haya estado de su lado. La escena transmite la fragilidad y la fuerza de los lazos familiares en momentos de crisis.

Capítulo 273 de Sueños de libertad; 25 de marzo: la relación entre los  hermanos Merino, a punto de romperse tras una fuerte discusión

Pero la tranquilidad se rompe con la revelación de un nuevo peligro. Marta confiesa que tuvieron que aceptar a un nuevo inversor para salvar la fábrica. Andrés, sorprendido, pregunta quién, y la respuesta lo deja helado: Masina, una empresa italiana, adquirió el 51% de las acciones. La decisión, aunque difícil, fue necesaria para evitar la quiebra. Sin embargo, el verdadero horror llega cuando Tio, nervioso, confiesa que esos italianos vendieron sus acciones a su mayor enemigo: Brosar. El silencio se adueña del cuarto, y Marta y Andrés comprenden que la verdadera batalla apenas comienza. La empresa ya no está bajo su control, y la amenaza es más grave de lo que imaginaban.

El episodio 428 se convierte así en un punto de inflexión. Las traiciones empresariales se entrelazan con los conflictos familiares y los secretos personales, creando un mosaico de emociones intensas y decisiones que definirán el futuro. Joaquín y Digna deben aprender a convivir con la pérdida de control, mientras que Andrés y Marta enfrentan el peso de nuevas amenazas y responsabilidades. Brosar no solo se ha apoderado de la empresa, sino que también ha desatado una cadena de conflictos internos que pondrán a prueba la fortaleza de todos.

El capítulo deja claro que, aunque el imperio familiar esté en manos de un enemigo, la verdadera lucha apenas comienza. Las estrategias empresariales, las decisiones personales y los secretos del pasado se entrecruzan para formar un escenario impredecible. La familia Merino deberá adaptarse, unirse y resistir frente a la amenaza de Brosar, mientras cada miembro enfrenta sus propios miedos y culpas. La tensión está servida, y los próximos episodios prometen desvelar hasta dónde estarán dispuestos a llegar para proteger lo que queda de su legado y de sus vidas.

El episodio concluye con un aire de incertidumbre y anticipación: la lucha por la empresa se convierte en un reflejo de la lucha interna de cada personaje. Los Merino saben que lo que está por venir no será fácil, que los desafíos crecerán y que cada decisión tendrá un peso vital. Con Brosar en control, los secretos familiares al descubierto y los corazones cargados de miedo, el capítulo 428 de Sueños de Libertad promete dejar a todos al borde del asiento, expectantes por el desenlace de esta intrincada batalla de poder, lealtad y supervivencia.