‘Sueños de libertad’ Gabriel da el último paso

Título: “Brosar llega a Toledo: traiciones, confesiones y el colapso del legado en Sueños de Libertad”

El episodio más esperado y temido de Sueños de Libertad ha llegado, y con él, el destino de Perfumerías de la Reina se tambalea como nunca. Toledo se convierte en el epicentro de una tormenta de secretos, traiciones y revelaciones que amenazan con destruir todo lo que los De la Reina construyeron a lo largo de generaciones. La llegada de Brosar marca un antes y un después: la empresa francesa entra en escena con decisiones que desatan el caos y obligan a cada personaje a enfrentarse a su propia verdad.

El capítulo comienza con una atmósfera densa, cargada de tensión. Los socios, reunidos en la fábrica, apenas pueden disimular el desconcierto. Los representantes de Brosar han llegado con una frialdad calculada, dispuestos a imponer su autoridad sin miramientos. Las miradas se cruzan, los murmullos crecen y Damián, el patriarca, observa con gesto sombrío cómo su predicción se cumple. “Esto —piensa— no es una alianza… es una conquista.”

Tras la catastrófica junta anterior, Damián vuelve a enfrentarse con sus hijas Marta y María. Su furia es la de un hombre que se siente traicionado por su propia sangre. Las acusa de haber vendido no solo la empresa, sino también el alma de la familia. “Habéis abierto la puerta a los enemigos”, les lanza con voz rota. Marta intenta explicarse: asegura que su decisión fue la única manera de evitar la ruina total, que los franceses prometieron apoyo y estabilidad. Pero Damián no escucha razones. En su mirada arde una mezcla de orgullo herido y desesperación. Él sabe que nada de lo que venga será para salvar su legado.

Sueños de libertad': Avance del capítulo 371 del miércoles, 13 de agosto:  Begoña da un gran paso en su relación con Gabriel

Mientras tanto, la vida sigue desarrollándose en otros frentes. En el hospital, Andrés comienza a despertar poco a poco. Su cuerpo se recupera, pero su mente sigue atrapada en la niebla del accidente. No recuerda nada: ni el impacto, ni las circunstancias, ni lo que vio antes de perder el conocimiento. Damián, sintiendo que es su deber, asume la dolorosa tarea de contarle la verdad. La escena es profundamente humana. Frente a la cama del joven, el padre lucha entre el miedo y la compasión. Cada palabra pesa. Andrés lo escucha con atención, pero sus ojos reflejan confusión y angustia. La verdad, aunque necesaria, es también una herida que tardará en cicatrizar.

En paralelo, otro secreto resurge del pasado. Tasio, siempre atento a los rumores que corren por la fábrica, descubre algo que lo deja perplejo: Carmen y David, el obrero desaparecido, fueron pareja años atrás. Incrédulo, decide hablar con ella directamente. Carmen, cansada de esconder su pasado, le confiesa la verdad. David fue su refugio en los momentos más oscuros, el hombre que la ayudó cuando todo parecía perdido. Su voz tiembla al recordarlo, y Tasio entiende que esa historia guarda más dolor que culpa.

Pero no es el único secreto que amenaza con salir a la luz. En la casa familiar, Digna siente que ya no puede seguir callando. La culpa la consume y sabe que ha llegado el momento de decirle a Marta lo que lleva años ocultando: la verdad sobre la muerte de Jesús. Con el corazón en un puño, se sienta frente a la joven y le revela lo sucedido. Las palabras caen como piedras. Marta, ya emocionalmente inestable por los recientes acontecimientos, queda completamente desbordada. Su mente se llena de imágenes, de recuerdos fragmentados, de preguntas sin respuesta. La confesión de Digna rompe lo poco que quedaba en pie dentro de ella.

Mientras tanto, en un rincón más inocente pero igual de peligroso, Julia se enfrenta a un dilema que no comprende del todo. La pequeña, confundida tras escuchar comentarios sobre el embarazo de Begoña, no sabe qué hacer con la información. Su inocencia la empuja a contárselo a don Agustín, convencida de que el sacerdote sabrá cómo actuar. Pero su gesto desencadena un nuevo escándalo. Don Agustín, horrorizado al descubrir que Begoña mantiene una relación con el primo de su difunto esposo, la enfrenta con dureza. Su tono, cargado de juicio moral, deja a la mujer humillada y desesperada. El secreto de su embarazo, que debía ser motivo de alegría, se convierte en una fuente de vergüenza y conflicto.

Gabriel, por su parte, se mueve entre las sombras, cada vez más manipulador y ambiguo. Su obsesión por mantener el control lo lleva a advertir a María que lo mejor es que Andrés siga sin recordar nada. “Olvidar es su salvación”, dice con un tono calculado. Pero María, lejos de intimidarse, lo enfrenta con valentía. “Y si recuerda lo que vio —le responde desafiante—, ya tengo un plan.” Su firmeza deja claro que no piensa permitir que el médico siga manejando los hilos del destino de su familia.

Oriol Tarrasón interpreta a Gabriel de la Reina, el personaje que lo  cambiará todo en Sueños de libertad: "El espectador sabe desde el primer  momento las intenciones"

El equilibrio, ya precario, termina por romperse con una llamada inesperada. Tasio, ocupado en la fábrica, recibe una noticia que lo deja helado. Su rostro se vuelve pálido, sus manos tiemblan. Joaquín, que está a su lado, lo observa con preocupación. “¿Qué ha pasado?”, le pregunta. Pero Tasio no responde. Solo consigue balbucear unas palabras que dejan a su amigo atónito. Algo grave acaba de ocurrir, algo que amenaza con cambiarlo todo otra vez.

Y cuando parecía que nada podía ir peor, llega el golpe final. El nuevo director de Perfumerías de la Reina recibe la noticia que nadie quería oír: Masina, el socio italiano en quien habían depositado la última esperanza, los ha traicionado. Su jugada es devastadora. Los contratos, los acuerdos, las promesas… todo se derrumba. Los italianos han vendido sus acciones a terceros, dejando a la empresa completamente vulnerable.

Damián, al enterarse, se queda en silencio. No necesita decir nada. Su rostro lo dice todo: tenía razón desde el principio. La alianza con Brosar y la venta a los italianos no fueron más que una trampa. La empresa, su familia, su vida entera, ha caído en manos de quienes solo buscan el beneficio propio. “Nosotros mismos abrimos la puerta”, murmura con amargura.

En ese momento, cada personaje queda enfrentado a sus propias ruinas. Marta siente el peso de su culpa, María lucha por mantener la esperanza, Gabriel teme que la verdad lo alcance, y Begoña carga con un amor que la condena. Perfumerías de la Reina ya no es un símbolo de éxito, sino un campo de batalla donde el pasado y el presente chocan con furia.

Y mientras la lluvia comienza a caer sobre Toledo, Damián, solo en su despacho, contempla los documentos esparcidos sobre la mesa. El eco de las traiciones resuena en su mente. “Todo lo que advertí se ha cumplido”, piensa con tristeza. Afuera, la ciudad sigue su curso, ajena al derrumbe del imperio. Pero dentro de esas paredes, la historia de una familia orgullosa llega a un punto de no retorno.

El legado de los De la Reina ha sido traicionado. Y esta vez, no hay vuelta atrás.