¡Andrés ha salido del coma! El joven despierta y Damián da la noticia – Sueños de Libertad

🌅 “El despertar de Andrés: una junta decisiva, una herencia en juego y un milagro inesperado en Sueños de Libertad 🌅

El amanecer llega cargado de tensión a los pasillos de Perfumerías de la Reina. El murmullo de la ciudad parece detenerse por un instante mientras en el interior del edificio, los miembros de la familia y los socios más influyentes se preparan para un día que marcará un antes y un después. El aire huele a incertidumbre y a miedo. Nadie se atreve a decirlo en voz alta, pero todos saben que la reunión extraordinaria de accionistas que se celebrará esa tarde podría decidir no solo el futuro de la empresa, sino también el de toda la familia Merino.

“Sí, ya lo sé”, dice Marta con el ceño fruncido, revisando los documentos de la junta. “Esta tarde es la reunión para debatir si aceptamos o no la oferta de Masina.” Su tono refleja el peso de las decisiones que se avecinan. Damián la escucha en silencio, cruzando los brazos con gesto serio. Sabe que están acorralados. “No tenemos otra opción, ¿verdad?”, pregunta ella, buscando en su padre una confirmación que no llega.

Damián respira hondo. “Bueno, no tenemos muchas… hasta que no se pronuncie la aseguradora, no podemos mover ficha.” Pero el problema, como él mismo admite, va más allá de un simple negocio. “Estos italianos quieren quedarse con el 51% de la empresa. Eso significaría perder el control. Perder… todo nuestro poder.” La palabra perder pesa como una sentencia. En el fondo, Damián no está hablando solo de acciones o porcentajes, sino de su legado, de una vida entera dedicada a levantar una empresa que ahora parece escapársele de las manos.

Marta, más pragmática, intenta apelar a la razón. “Entiendo que no quiera que nadie venga a mangonear en la empresa, pero la alternativa es la quiebra. Y eso sería mucho peor, ¿no?” Él no responde de inmediato. La tensión entre el orgullo y la necesidad se refleja en su mirada. Finalmente, pregunta en voz baja: “¿De verdad no te importa que el patrimonio de Julia se vea reducido a la mitad?” Ella baja la vista. “Me importa más que se quede sin nada”, responde con serenidad.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Andrés comienza a  dudar... ¡Convence a Luz de que Begoña tiene problemas de demencia!

El intercambio deja un silencio incómodo. Ambos saben que tienen razón a su manera. Entre mantener el control o salvar lo poco que queda, no hay opciones buenas. Solo sacrificios inevitables.

Damián suspira. “Bueno, estando Andrés como está… y siendo tú su esposa, tendrás que votar por él.” Marta asiente, aunque la idea le resulta dolorosa. “Claro”, responde, sabiendo que el voto de su marido —un voto que representa una parte esencial de la compañía— recaerá en sus manos.

Pero justo cuando la conversación se apaga, un sonido rompe el aire. Una respiración distinta. Un movimiento. Marta se queda inmóvil, girando lentamente la cabeza hacia la cama del hospital. “Dios mío…” murmura. “¿Qué pasa?”, pregunta Damián, alarmado. “Por un momento… ha abierto los ojos.”

El corazón de ambos se acelera. “¡Un médico, por favor! ¡Un médico!”, grita Marta. La habitación se llena de nerviosismo. “Andrés. Andrés, cariño.” Ella toma su mano con fuerza. “Andrés, soy tu padre, ¿me oyes?”, dice Damián con la voz quebrada. Por primera vez en mucho tiempo, el rostro del patriarca se ilumina con una mezcla de esperanza y miedo. “¿Los ha vuelto a abrir?”, pregunta. “No lo sé… pero parece que sí”, responde Marta, entre lágrimas.

La puerta se abre de golpe y entran los médicos. “Parece que se ha despertado”, anuncia uno de ellos. La emoción contenida explota en un aplauso espontáneo. “Acaba de salir del coma”, confirma el doctor. Marta se inclina sobre él, acariciándole la frente con ternura. “Mi amor…”, susurra entre sollozos. Damián, con la voz entrecortada, apenas logra pronunciar: “Voy a llamar a casa. Tienen que saberlo.”

Mientras tanto, en otra parte de Toledo, Gabriel recibe una llamada que lo deja sin palabras. Está en su despacho, rodeado de papeles y documentos que simbolizan la maraña de mentiras en la que se ha visto envuelto. El teléfono vibra y, al ver el nombre de Damián, duda un instante antes de contestar.

“Sí, dígame”, responde con cautela. La voz del patriarca suena emocionada al otro lado de la línea. “Gabriel, hijo… muy buenas noticias. Andrés ha salido del coma.”

Por un momento, el silencio domina la llamada. Gabriel siente cómo el suelo tiembla bajo sus pies. “¿Qué… qué dice?”, balbucea. “Eso quiere decir que se ha despertado”, insiste Damián, casi sin poder contener la alegría. “Sí, bueno, durante unos momentos nada más, pero los médicos dicen que este es el principio. Que pronto podría despertar definitivamente.”

Gabriel traga saliva. Sabe que esta noticia, que para todos es motivo de celebración, para él representa el principio del fin. Si Andrés despierta por completo, sabrá la verdad sobre el sabotaje, sobre el accidente, sobre todo lo que ha estado oculto. Su rostro se tensa, pero logra mantener la calma. “Sí, sí, tío… estoy muy contento”, responde, forzando una sonrisa que nadie puede ver.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Andrés sospecha que  Jesús fue el responsable de la fuga de Mercedes

“Ya se acabó esta pesadilla, hijo. Se acabó la pesadilla”, dice Damián con voz emocionada. Gabriel cierra los ojos, sintiendo el peso del engaño. “Sí… eso parece”, responde con un hilo de voz. Cuando cuelga, se queda inmóvil, observando la jeringuilla que aún guarda en su escritorio. La esperanza de todos es, para él, una amenaza mortal.

De vuelta en el hospital, Marta no se separa de Andrés ni un segundo. La emoción la desborda. Damián observa la escena desde el rincón, con los ojos húmedos. Por fin, algo bueno después de tanto sufrimiento. “Hola, cariño”, susurra Marta mientras él abre ligeramente los labios, murmurando algo inaudible. La enfermera sonríe. “Está respondiendo. Es buena señal.”

El personal médico se mueve con precisión. Cada gesto, cada palabra, es una chispa de esperanza. En el pasillo, los empleados del hospital y algunos amigos de la familia aplauden, contagiados por la emoción. Damián, sin poder contener las lágrimas, se apoya en la pared. “Gracias, Dios mío. Gracias.”

Sin embargo, en el fondo de su mente, algo lo inquieta. La felicidad del momento no logra borrar del todo la sombra que ha estado acechando a su familia. La traición de Brosart, la fragilidad de la empresa, los secretos que aún no han salido a la luz… todo sigue ahí, esperando el momento adecuado para volver a estallar.

Esa tarde, mientras la junta de accionistas se reúne para decidir el futuro de Perfumerías de la Reina, la noticia del despertar de Andrés se extiende como fuego. Algunos lo ven como un signo de esperanza, otros como una advertencia. Pero nadie imagina que, con ese simple parpadeo, Andrés ha abierto no solo los ojos… sino también la puerta a una verdad que podría destruirlo todo.

💔 “Sueños de Libertad” alcanza su punto de inflexión: una empresa al borde del abismo, un patriarca dividido entre el amor y el orgullo, y un hombre que despierta del coma dispuesto a cambiar el rumbo del destino.