Sueños de Libertad Capítulo 431 (El Regreso de Marta: ¿Un nuevo juego de poder en la fábrica?)

🌀 Spoiler Sueños de Libertad 431: Entre recuerdos confusos y alianzas peligrosas

El capítulo 431 de Sueños de Libertad nos sumerge en una atmósfera de tensión, secretos y nuevas estrategias que marcarán el rumbo de los personajes principales. Desde los primeros minutos, la mañana en casa de los De la Reina se percibe diferente, cargada de silencios que esconden emociones reprimidas. María y Andrés comparten el desayuno, una escena aparentemente tranquila, pero bajo la superficie laten dudas, miedos y una ternura contenida.

María, con una mezcla de cariño y preocupación, observa a Andrés. Le comenta que parece haber dormido mejor, que ni siquiera se movió durante la noche. Sin embargo, él está ausente, como si una parte de su mente siguiera perdida en los recuerdos que aún no logra recuperar. Ella lo llama varias veces, hasta que finalmente reacciona, un poco desorientado. Con una sonrisa leve, Andrés responde que tal vez su cuerpo, tras haber pasado por el coma, se ha acostumbrado a dormir profundamente. María asiente, pero su mirada se nubla con cierta tristeza. Confiesa que ella, en cambio, necesita pastillas para dormir y le agradece su compañía en el desayuno, pues pasará el día en Madrid para su rehabilitación.

Andrés se interesa: quiere saber cuándo comenzará la terapia. María, llena de determinación, le explica que en un rato saldrá hacia la clínica, donde hará una sesión doble. Quiere esforzarse al máximo, recuperar la movilidad, reconstruir su vida junto a él. Habla de milagros, de segundas oportunidades. Pero Andrés, con un tono cansado, le recuerda lo improbable que fue su recuperación: ningún médico creía que sobreviviría, y sin embargo, ahí están, desafiando la ciencia. María lo interrumpe emocionada, afirmando que todo ha sucedido como una bendición.

El tema de la sensibilidad perdida reaparece. Andrés, intrigado, le pregunta cómo se dio cuenta de que sus piernas volvían a responder. Ella explica que sintió presión y calambres el mismo día de la explosión, justo antes de que él marchara a la fábrica. Asegura que incluso se lo comentó a Luz. Andrés hace memoria y, aunque el recuerdo le llega borroso, consigue visualizarla de pie. Luz, según le cuenta María, también se sorprendió con la mejoría y ordenó nuevos exámenes médicos. La emoción entre ambos se corta de golpe cuando Begoña aparece en la habitación, interrumpiendo la conversación.

Capitulo 431

Mientras tanto, lejos de la intimidad del hogar, el ambiente en la fábrica es más gélido y estratégico. Marta, con su porte firme pero cansado, recibe a Chloé, la representante de Brosart, la nueva socia que ha venido a evaluar la situación de la empresa. Desde el primer intercambio de palabras, se respira una tensión elegante, una danza de cortesías con espinas ocultas. Chloé, con su acento refinado y mirada analítica, explica que no se presentó antes porque no quería alterar el ritmo del trabajo. Marta, un tanto a la defensiva, percibe su tono evaluador y lanza una ironía: la había confundido con una turista.

La conversación se vuelve una batalla de intelecto. Chloé le recuerda que cualquier nuevo socio debe conocer a fondo lo que ha adquirido. Marta, con orgullo, responde que se retiró temporalmente para apoyar la carrera política de su marido, aunque su voz delata incomodidad. Chloé, en cambio, clava la aguja donde más duele: “Curioso, una mujer que ha llegado tan alto y decide apartarse por un hombre.” Marta intenta mantener la compostura, alegando que hubo razones personales más allá de lo político.

Chloé sigue con sus preguntas incisivas. Quiere entender cómo una empresa tan próspera cayó tan bajo. Marta habla de desgracias, sabotajes y robos industriales, recordando con amargura el episodio de la fórmula robada. Chloé parece disfrutar del intercambio. La elogia por su franqueza, pero sus palabras suenan como un juicio disfrazado de halago. Le dice que, quizás, si hubiera seguido al frente, la fábrica no estaría en ruinas. Marta, firme, le responde que eso jamás podrá saberse.

Con un aire de desafío silencioso, Chloé se levanta y le plantea una pregunta más personal: “¿De verdad se siente cómoda siendo la sombra de su marido?” Marta, dolida pero digna, asegura que no lo es. Chloé entonces cambia el tono, más persuasivo. Le pide que vuelva a trabajar a tiempo completo, que su experiencia será vital para la nueva etapa de la empresa. Marta acepta, pero solicita una semana para reincorporarse totalmente. Chloé, satisfecha, le concede el plazo.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Marta removerá cielo y  tierra para encontrar a Fina

Antes de despedirse, Chloé menciona un detalle aparentemente inocente: aún no ha conocido a don Damián ni a Andrés, los otros accionistas. Marta le explica que su padre no tiene intención de volver por ahora, pues está al cuidado de su hijo. Chloé asiente con cortesía, aunque su sonrisa final, calculada y fría, revela que sus verdaderas intenciones van más allá de una simple visita corporativa.

De regreso a la casa de los De la Reina, la escena se traslada nuevamente a Andrés. Luz le realiza un chequeo de rutina. Él responde sin problemas físicos, pero su inquietud mental crece. Confiesa haber tenido destellos, imágenes sueltas que no sabe si son recuerdos o ilusiones. Luz le pide un ejemplo, y Andrés menciona una visión: María levantándose de su silla. La médica se sorprende. Eso no es posible, dice, al menos antes del accidente. Quizás lo oyó mientras estaba en coma.

Andrés insiste. No puede distinguir qué es real. Necesita saber si su mente le está jugando una mala pasada. Luz le explica que, incluso con ayuda médica, es casi imposible determinar si una imagen es un recuerdo verdadero o una creación del cerebro. Aun así, le sugiere hablar con María o regresar a los lugares donde todo ocurrió. Tal vez allí los recuerdos surjan por sí solos, sin forzarlos.

Él escucha, pero su mirada se pierde en la nada. Siente que la verdad está al alcance, aunque cada paso lo acerca también a un abismo. ¿Y si su mente lo engaña? ¿Y si lo que recuerda es algo que todos intentan ocultar? Luz lo observa con preocupación y le propone ver a un psiquiatra. Andrés acepta. Necesita respuestas, aunque le duelan.

El episodio cierra con una imagen inquietante: Andrés, solo, mirando el vacío, atrapado entre la razón y la duda. Su respiración es lenta, pero sus ojos delatan un torbellino interior. A su alrededor, todo parece en calma, pero algo en su mirada anuncia que está a punto de descubrir una verdad que podría cambiarlo todo.

Porque en Sueños de Libertad, nada es lo que parece, y cada recuerdo, por insignificante que parezca, puede ser la llave de un secreto enterrado bajo años de silencio.