Avance del episodio 710 de THE PROMISE Jueves, 6 de noviembre LEOCADIA se despide de PETRA
El final de un amor imposible y nuevas traiciones en el horizonte
El próximo episodio de La Promesa llegará cargado de emociones intensas, despedidas inevitables y decisiones que cambiarán el rumbo de varias vidas dentro y fuera del palacio. La jornada comenzará con el amanecer de un día que marcará el final de un capítulo y el inicio de otro lleno de incertidumbres. Curro y Ángela, después de tantos sueños compartidos y de haber desafiado las normas sociales que los separaban, verán cómo su fugaz escapada llega a su fin. El tiempo que habían robado al mundo para vivir su amor se agotará, y con él, la ilusión de un futuro juntos.
La pareja se enfrentará a ese amanecer con el corazón dividido entre la esperanza y el dolor. Curro, profundamente enamorado, intentará encontrar una salida, una manera de seguir al lado de Ángela, pero la realidad será implacable. El peso de las responsabilidades, las presiones familiares y el deber moral acabarán por poner fin a su historia. Será una despedida dulce y amarga, con promesas que tal vez nunca se cumplan y miradas que dirán más que las palabras. Ambos sabrán que ese viaje, más que una huida, fue una despedida disimulada bajo el pretexto de un sueño.
Mientras tanto, en el hangar, el ambiente se tensará por completo. Enora, siempre tan segura de sí misma, decidirá poner distancia en su relación con Toño. Lo que comenzó como una complicidad divertida entre compañeros, poco a poco se transformó en un vínculo que ahora le pesa más de lo que la reconforta. Decidirá pedirle una pausa, convencida de que necesitan reencontrarse individualmente. Pero esa decisión no será inocente: afectará el ritmo del trabajo, el clima entre los empleados y la coordinación del equipo. Toño, dolido y confundido, no comprenderá del todo la frialdad con la que Enora se lo comunica.
Manuel, al percibir el malestar general, intentará intervenir para evitar que el conflicto personal derive en un problema laboral. Con su habitual temple, buscará reconciliar a los dos, pero se encontrará con una tensión que ni él podrá calmar del todo. Sin embargo, en medio de la tormenta emocional, habrá un pequeño rayo de luz: finalmente, el equipo del hangar tomará una decisión importante y, con el entusiasmo y la insistencia de Enora, aceptarán la incorporación de don Luis como nuevo colaborador. La joven, a pesar de su crisis sentimental, apostará por la profesionalidad y demostrará su fe en el talento de don Luis, convencida de que aportará equilibrio y experiencia al grupo.

Dentro de la mansión, las intrigas seguirán tejiéndose con hilos cada vez más oscuros. Jacobo, que antes mostraba cierta independencia, ahora se alineará completamente con Leocadia. Ambos compartirán sospechas sobre las misteriosas cartas de Catalina, esas misivas que cada día despiertan más dudas. Jacobo no solo respaldará las teorías de Leocadia, sino que además se convertirá en su aliado estratégico, apoyando sin titubeos su plan para forzar el matrimonio entre Ángela y Beltrán. Lo que antes era una manipulación encubierta ahora se mostrará como un plan calculado, en el que el amor de los jóvenes no tiene cabida.
Sin embargo, no todo será tan simple para Jacobo. Martina, quien solía ser su confidente y cómplice, comenzará a alejarse de él. Lo que antes era entendimiento se convertirá en frialdad, y donde hubo risas ahora habrá silencios incómodos. La distancia emocional entre ambos será evidente, marcando el fin de una relación que parecía inquebrantable. Jacobo intentará acercarse, pero la desconfianza ya se habrá instalado entre ellos. A su vez, trasladará sus sospechas a Adriano, comentándole que las cartas podrían haber sido falsificadas. Para su sorpresa, Adriano admitirá que él también lo había pensado. La semilla de la duda quedará plantada, y pronto germinará en consecuencias imprevisibles.
Lejos de La Promesa, el último día del viaje de Curro y Ángela estará marcado por la nostalgia. Cada palabra, cada gesto y cada mirada parecerán estar cargados de significado. Saber que deben separarse les dolerá más que cualquier castigo o amenaza. Curro, incapaz de imaginar un futuro sin ella, intentará retrasar el momento de la despedida. Pero Ángela, con lágrimas en los ojos, sabrá que deben ser fuertes y enfrentar la realidad. Ese adiós no será un final cualquiera: será una herida abierta que marcará sus destinos para siempre.
En la servidumbre, los sentimientos también estarán a flor de piel. Samuel, siempre dispuesto a ayudar, intentará acercarse a María Fernández para ofrecerle apoyo en un momento de evidente fragilidad emocional. Sin embargo, ella lo rechazará con frialdad. No porque no agradezca su gesto, sino porque su corazón, dolido y confundido, necesita tiempo para sanar. Samuel quedará afectado, pero entenderá que, a veces, el silencio también es una forma de respeto.

Fuera de las paredes del palacio, el nombre de Madame Cocot seguirá expandiéndose como una brisa de éxito por todo el pueblo. Las recetas que han cautivado a todos se convertirán en tema de conversación en cada esquina. Pero no todo será alegría: López comenzará a sospechar que alguien dentro del círculo más cercano ha filtrado sus secretos. Sus sospechas recaerán sobre Vera. Sin rodeos, la confrontará directamente, preguntándole si fue ella quien compartió las fórmulas. Vera, herida por la acusación, lo negará rotundamente. Su dolor será visible, no solo por la desconfianza, sino porque la duda de López le romperá la confianza que habían construido. “¿Después de todo lo que he hecho, aún dudas de mí?”, dirá con la voz quebrada.
Y cuando todo parezca calmarse, el capítulo traerá su golpe más fuerte: Petra, que empezaba a recuperar poco a poco la confianza de Cristóbal, verá cómo sus esperanzas se derrumban de nuevo. Después de días de esfuerzo y paciencia, el médico finalmente le otorgará una valoración positiva, reconociendo su dedicación y buen desempeño. Pero ese gesto, que podría haber marcado un nuevo comienzo, se verá truncado por la sombra de Leocadia. La marquesa, implacable como siempre, no estará dispuesta a perdonarla. Con frialdad y desprecio, exigirá su despido inmediato, anulando cualquier posibilidad de redención para Petra.
Así, el episodio concluirá con un aire de incertidumbre y dolor. Cada personaje quedará atrapado en su propio laberinto emocional: Curro y Ángela separados por el deber; Enora y Toño, distantes por el orgullo; Martina y Jacobo, consumidos por la desconfianza; y Petra, víctima de una venganza silenciosa que amenaza con destruirla por completo.
Mañana en La Promesa, los corazones se romperán, las alianzas se pondrán a prueba y los secretos seguirán creciendo bajo la superficie de una mansión que, aunque brillante por fuera, esconde más sombras de las que nadie imagina. Cada despedida dejará una herida, y cada gesto de poder abrirá un nuevo conflicto. El amor, la traición y la justicia volverán a entrelazarse en un episodio que promete no dejar a nadie indiferente.