ANDRÉS COMIENZA A DESCUBRIR UN ENGAÑO PERFECTAMENTE PLANEADO EN SUEÑOS DE LIBERTAD

💼 “El golpe silencioso de Gabriel: el nuevo director que nadie esperaba” – Spoiler extendido de Sueños de Libertad

En el próximo capítulo de Sueños de Libertad, las tensiones dentro de la fábrica alcanzan un punto de ebullición con un giro que nadie veía venir. Los engranajes del poder se mueven en silencio y, cuando parece que todo está bajo control, una decisión de Brosard sacude los cimientos de la empresa y de la familia De la Reina.

La jornada comienza en el despacho de Chloe, que luce más tensa que de costumbre. Habla por teléfono con voz contenida, pero firme. En el otro extremo, el mismísimo Brosard parece haber tomado una determinación que deja a la joven directora al borde del colapso. “¿Está completamente seguro de su elección?”, pregunta intentando no perder la compostura. Sin embargo, la respuesta de su interlocutor no deja espacio para dudas. Chloe suspira, guarda silencio unos segundos y, resignada, responde: “Por supuesto, así será”. Al colgar, se recuesta en la silla con un suspiro de frustración. Lo que acaba de oír cambia por completo su posición dentro de la fábrica.

Sin perder tiempo, marca otro número. “Tasio, convoca a todos los accionistas en veinte minutos”, ordena con tono autoritario. “Y asegúrate de que esté presente el secretario de la junta, el señor Gabriel de la Reina. Es fundamental.” Tasio obedece sin cuestionar, aunque su expresión refleja inquietud: algo grave está por ocurrir.

Poco después, los accionistas comienzan a llegar. Luis y Cristina son los primeros en entrar, aún intrigados por la convocatoria. Luis sostiene una carpeta con la nueva fórmula de perfumes que Chloe había exigido días atrás. “¿A qué se debe tanta urgencia, señorita Dua?”, pregunta con cautela. Ella, sin apartar la vista de los documentos, responde escuetamente: “Lo sabrán cuando lleguen los demás.”

Avance semanal de Sueños de libertad: Andrés conseguirá por fin demostrar  su inocencia

A medida que la sala se llena, el aire se vuelve más pesado. Los murmullos aumentan, las miradas se cruzan, y la tensión se palpa en cada rincón. Finalmente, Joaquín irrumpe en la sala con semblante cansado. Se aclara la garganta y, antes de que Chloe tome la palabra, anuncia algo que deja a todos boquiabiertos: “He presentado mi dimisión”. Un silencio sepulcral se adueña del ambiente.

Marta, confundida, le pregunta con voz temblorosa: “¿Qué estás diciendo, Joaquín?” Él baja la mirada y responde con calma: “Brosard decidió devolverme a mi antiguo puesto, pero no puedo seguir formando parte de una empresa que toma decisiones tan drásticas sin consultar a su gente. A partir de ahora solo seguiré vinculado como accionista.”

Tasio, incrédulo, lo encara: “¿Estás completamente seguro de eso?” Joaquín asiente, convencido. “Sí. No hay marcha atrás.”

La sala vuelve a llenarse de silencio. Entonces, Gabriel toma la palabra por primera vez. Con su habitual serenidad, pregunta: “Señorita Dua, ¿podría decirnos cuál es el motivo de esta reunión urgente?”

Chloe recupera su compostura profesional. Su tono es diplomático, pero cada palabra está cargada de intención. “A partir de hoy, la empresa pasará a llamarse Perfumerías Brosard de la Reina. Es una decisión tomada directamente por la dirección general.”

El impacto es inmediato. Los murmullos resurgen, y Marta, indignada, no tarda en reaccionar: “¿Y no cree que vuelve a avisarnos demasiado tarde? Ayer mi padre, don Damián, vio uno de esos carteles y se llevó un disgusto enorme.” Chloe la observa con frialdad. “Lamento mucho lo ocurrido, doña Marta. Intentaré que no vuelva a repetirse.”

Pero antes de que alguien pueda replicar, añade con tono solemne: “Y ahora, lo más importante. El señor Brosard me ha comunicado quién asumirá la dirección de la fábrica a partir de este momento.” Todos se tensan. Los rostros reflejan ansiedad, expectación y miedo. Chloe deja pasar unos segundos antes de revelar el nombre: “El nuevo director será el señor Gabriel de la Reina.”

El silencio que sigue es ensordecedor. Las miradas se cruzan. Algunos parpadean incrédulos; otros apenas disimulan su disgusto. Andrés se inclina hacia delante, con el ceño fruncido, buscando una explicación. Marta abre la boca sin poder articular palabra. Gabriel, fingiendo sorpresa, se queda inmóvil por unos segundos antes de reaccionar: “¿Yo?”

Chloe asiente con una sonrisa diplomática. “Así es. Enhorabuena, señor De la Reina.”

Tasio interviene inmediatamente: “Disculpe, Chloe, pero ninguno de nosotros tiene nada en contra de Gabriel, claro está. Sin embargo, ¿cómo es posible que alguien que apenas conoce la fábrica sea nombrado director de la noche a la mañana?”

Andrés, visiblemente molesto, respalda la queja. “Me uno a lo que dice Tasio. Esto es muy irregular. Gabriel acaba de llegar, no conoce el funcionamiento interno ni las dinámicas del personal.”

Chloe, impasible, contesta: “Yo solo transmito las decisiones del señor Brosard. Él quedó muy impresionado con la visita que el señor De la Reina le hizo en París.”

Esa frase despierta aún más sospechas. Andrés lo mira con una mezcla de rabia y desconfianza. “Entonces, ¿todo esto lo planearon en aquel viaje?”, pregunta en voz baja.

Chloe lo enfrenta sin inmutarse: “Precisamente eso fue lo que terminó de convencerlo. Gabriel no es accionista ni parte de las viejas disputas internas. Y según el señor Brosard, eso es exactamente lo que esta empresa necesita.”

Marta, tratando de mantener la cordialidad, interviene: “Bueno, primo… felicidades.” Pero su tono suena distante, forzado. Gabriel responde con una sonrisa modesta, aunque en el fondo su mirada delata satisfacción. Lo ha conseguido.

Sin embargo, lo que sucede a continuación sorprende a todos. Gabriel se levanta despacio, mira a Chloe y al resto de la junta, y con voz serena declara: “Lo siento, pero no puedo aceptar el cargo.”

Un murmullo de desconcierto recorre la sala. Chloe parpadea incrédula, intentando procesar la negativa. “¿Cómo dice?”, pregunta con frialdad. Gabriel explica: “Como bien han señalado, no soy la persona adecuada. Apenas estoy aprendiendo el funcionamiento de la fábrica. No sería correcto ocupar un cargo tan importante sin estar preparado.”

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Andrés se enfrenta a su  hermano por sus infidelidades, ¿quiere romper su matrimonio?

Dicho esto, se inclina brevemente y abandona la sala, dejando tras de sí un silencio cargado de sospecha.

Cuando la puerta se cierra, Andrés lo observa marcharse con gesto sombrío. “Esto no me huele bien”, murmura. Marta asiente. “Gabriel no da un paso sin calcular las consecuencias. Si rechazó el cargo, es porque tiene un plan oculto.”

Y tal vez tengan razón. Afuera, lejos de las miradas, Gabriel se detiene en el pasillo y respira hondo. La máscara de humildad desaparece, dejando al descubierto una expresión fría y calculadora. Sabe perfectamente lo que hace. Rechazar el cargo públicamente solo aumentará su prestigio y obligará a Brosard a insistir. Y cuando eso ocurra, él regresará, pero con condiciones.

Mientras tanto, en la residencia De la Reina, Damián recibe la noticia con estupor. “¿Gabriel… director?”, repite incrédulo. “¿Y Andrés no sabía nada?” Su reacción deja claro que este nombramiento provocará nuevas fracturas en la familia.

El episodio cierra con una secuencia llena de tensión: Chloe mirando por la ventana, frustrada, comprendiendo que ha perdido parte del control; Andrés, decidido a investigar lo que Gabriel oculta; y Gabriel, caminando hacia su despacho con una sonrisa que lo dice todo.

Los espectadores se quedan con una sola pregunta:
¿Fue este rechazo un acto de humildad o la jugada maestra de un estratega?

🔹 Sueños de Libertad continúa demostrando que el poder, el amor y la ambición nunca se mezclan sin consecuencias… y que, en esta fábrica, cada decisión tiene un precio.