ÁNGELA DICE SÍ… EL PLAN MÁS FRÍO DE LEOCADIA || CRÓNICAS de La Promesa Series

** Mira, yo quiero lo mejor para ti y por eso debes casarte con Donentron.**

Amigos, prepárense porque lo que se avecina en La Promesa es un torbellino de emociones, engaños y decisiones que rompen el corazón. En este episodio, vemos cómo el amor se enfrenta al deber y cómo un simple “sí, quiero” puede convertirse en la más cruel de las condenas. Curra, nuestra protagonista, se encuentra en un dilema imposible: su corazón pertenece a alguien que no tiene título ni fortuna, pero su destino parece estar marcado por las ambiciones de su madre postiza, Doña Leocadia.

Desde el inicio, queda claro que no todos los “sí quiero” son iguales. Hay matrimonios que nacen de un amor puro, donde dos almas se eligen sin reservas ni condiciones. Están los que se hacen por compromiso o por conveniencia, y también aquellos que emocionan, los que devuelven la fe en el amor. Pero hay otros que duelen, pronunciados con lágrimas en los ojos y corazones destrozados. Y en esta nueva fase de la historia, la llegada de Beltrán ha traído uno de esos segundos, dolorosos y llenos de manipulación.

Doña Leocadia, siempre calculadora, ha movido sus piezas con maestría. Sabe que su posición dentro del palacio peligra y que necesita asegurar el futuro de su hija, lejos del capitán Garrapata. Lo que parece un plan para proteger a Ángela, en realidad es un entramado de control y ambición: ella quiere un matrimonio que eleve el apellido familiar y que borre cualquier rastro de escándalos pasados. Y, claro, la postiza no deja de lado su propio interés: quiere un título nobiliario a través de su hija, y el joven Beltrán de Azcárate, educado, culto y con buena presencia, es la pieza perfecta para lograrlo.

Curro se la juega por Esmeralda en el nuevo capítulo de 'La Promesa'

El problema es que Ángela no ama ni al marqués ni al capitán. Su corazón pertenece a Curro de Luján, y Leocadia, consciente de ello, decide manipularlo. Sabe que él es el único capaz de convencer a Ángela de hacer algo que jamás haría por voluntad propia. Así, con palabras envenenadas y discursos cargados de culpa y deber, logra que Curro caiga en su trampa, atrapado entre el amor y la obligación. La escena que sigue es desgarradora: el joven habla con Ángela, ella lo escucha y finalmente se derrumba, aceptando un destino que no desea.

Ángela, en un acto de sacrificio, decide casarse con Beltrán. No es un matrimonio nacido del amor, sino de la obediencia, de la protección hacia Curro, de evitarle más dolor. Detrás de su sonrisa triste, hay una mujer rota, consciente de que está perdiendo todo lo que ama mientras su madre celebra lo que cree un triunfo. Pero como en toda buena historia de La Promesa, los planes nunca salen como se esperan. Beltrán, aunque amable y prudente, tiene su propia voz y quizá no esté dispuesto a seguir ciegamente el plan de Leocadia. Aquí puede aparecer el conflicto: ¿aceptará él casarse con Ángela sin amor, sabiendo lo que siente por otro? El triángulo amoroso promete más tensión de la que cualquiera podría anticipar.

Para entender la magnitud de este drama, debemos situarnos en 1916, en un contexto histórico donde los matrimonios entre nobles y burgueses adinerados eran más contratos sociales que uniones de amor. El apellido, la posición y las alianzas pesaban más que el corazón. Las mujeres, muchas veces, eran moneda de cambio, obligadas a decir sí cuando su verdadero deseo era gritar que no. Ángela no es solo un personaje de ficción: representa a todas esas mujeres que tuvieron que sacrificar su felicidad por conveniencia, miedo o presión familiar.

Además, el chantaje de Lorenzo añade otra capa de tensión. Doña Leocadia, que en un momento cedió ante las amenazas, ahora parece olvidar cualquier riesgo que eso conlleve. Ha decidido que Ángela se case con Beltrán, y si Lorenzo intenta interferir, se encontrará con un matrimonio ya consumado. La manipulación y la estrategia son evidentes, pero también el riesgo: nadie puede controlar por completo los sentimientos ni las decisiones de los demás.

En esta historia, el “sí quiero” adquiere múltiples significados. No es solo un compromiso legal o social, sino una rendición, una renuncia a la propia felicidad por proteger a alguien más. Ángela acepta casarse por obediencia y por amor oculto a Curro, sacrificando su libertad y su corazón. La escena de la aceptación de Ángela rompe el alma: un matrimonio que debería ser la celebración del amor se convierte en un acto de dolor silencioso, donde todos los involucrados sienten la carga de los secretos y las manipulaciones.

Avance semanal de 'La Promesa': Ángela le planta cara a Leocadia para  evitar marcharse a Zúrich | Series

Leocadia, mientras tanto, sigue creyendo que su plan es perfecto. Ha conseguido la unión que eleva el apellido y asegura la posición de su familia dentro de la nobleza. Sin embargo, su visión es limitada: no puede prever cómo reaccionará Beltrán o si Curro encontrará una forma de desbaratar sus planes. La historia nos recuerda que, por más calculadora que sea una estrategia, el amor y la voluntad de los individuos son fuerzas que no se pueden controlar completamente.

Finalmente, este episodio no solo trata de intrigas y matrimonios arreglados, sino de las complejidades del corazón humano. Entre deber, ambición y amor, cada decisión tiene consecuencias devastadoras. Ángela podría casarse, pero su felicidad personal queda relegada a un segundo plano. Curro será testigo del sacrificio de su amada, y Leocadia podría ver cómo su plan, aparentemente infalible, comienza a desmoronarse. La historia nos deja con un suspense inquietante: ¿podrá el amor verdadero abrirse camino entre la manipulación y los compromisos sociales?

Así que, amigos, prepárense para ver cómo cada “sí quiero” en La Promesa tiene su propio precio. La serie nos recuerda que no todo matrimonio es fruto del amor y que, en ocasiones, la obligación y la estrategia pueden convertir un momento de felicidad en un acto de dolor silencioso. Ángela, Curro y Beltrán serán los protagonistas de este drama donde el corazón y la razón chocan, y donde el futuro de los personajes está tan incierto como emocionante.

Soy tu Gustav, y como siempre, te traigo las historias más completas y verificadas de La Promesa. Mantente atento, porque la tensión y las sorpresas apenas comienzan. ¿Se casará Ángela realmente con Beltrán, o el destino le dará otra oportunidad de luchar por su verdadero amor? Solo el tiempo lo dirá, pero mientras tanto, cada escena promete dejar huella en el corazón de los espectadores.