AVANCE DE SUEÑOS DE LIBERTAD, LUNES 10 DE NOVIEMBRE ANTENA 3, CAPITULO 436, DAMIÁN CONTRA GABRIEL
Hola amigos, hoy les traigo el avance del capítulo 436 de Sueños de Libertad.
El episodio arranca en la fábrica, donde Chloe se encuentra en su oficina, sosteniendo el teléfono con tensión evidente. Su rostro refleja preocupación mientras mantiene una conversación seria: “Sí, señor Brosart, él no acepta. Está bien, les llamaré en cuanto sepa algo más. Adiós.” Tras colgar, suspira con impaciencia, claramente afectada por la situación. En ese instante, Marta entra en la oficina, y Chloe levanta la vista, percibiendo de inmediato el frío aire de la conversación que se avecina. “Celeste me dijo que quería verme”, comenta Marta con cierta distancia. Chloe asiente, respondiendo con cortesía, aunque el ambiente sigue cargado de tensión: “Sí, quiero preguntarle algo. ¿Sabe por qué su primo ha rechazado el puesto de director?”
Marta, sorprendida, responde con seguridad: “Simplemente no se ve en ese cargo.” Chloe frunce el ceño, interrogativa: “¿Eso es todo?” Marta añade con serenidad: “Opino igual que él. Creo que hay personas más capacitadas dentro de la empresa para ocupar ese puesto, como Joaquín, a quien acabamos de perder.” Chloe, mostrando indiferencia, pregunta: “¿Ha sido su decisión dimitir?” Marta, visiblemente molesta, responde: “Después de que lo degradaran, era de esperar.” Chloe mantiene su postura fría y profesional: “Por favor, seamos profesionales.”
Marta insiste, señalando la importancia de Joaquín para la empresa durante años. Chloe, sin alterar su tono, replica: “Según tengo entendido, su período como director no fue precisamente el mejor. No se preocupe por él; con su valía encontrará pronto un lugar donde se sienta cómodo.” Marta, fijando la mirada, le recomienda: “Recapacite y considere recuperar a Joaquín por el bien de la empresa. Tal vez ofrecerle nuevamente el puesto de adjunto a dirección.” Chloe, algo molesta, responde con firmeza: “Considero más valioso a Tasio como adjunto y futuro director que a Joaquín.”
Marta, sin perder la calma, señala que la reciente tarea de Tasio, despedir a la mitad de la plantilla, le ha dado ventaja sobre Joaquín. Chloe contesta con frialdad: “Sí, él ha demostrado su compromiso, incluso cuando no está de acuerdo con decisiones que vienen de Francia.” Marta argumenta que Tasio aceptó esa responsabilidad para evitar conflictos mayores y recuerda que la idea original fue de Joaquín. Chloe, impaciente, concluye: “No hemos llegado a ningún acuerdo con Joaquín desde que estamos aquí. Me parece una persona problemática que se deja llevar demasiado por el sentimentalismo.”

Marta, firme, insiste: “Tanto mis primos como mis hermanos y yo hemos crecido en esta empresa. Merecemos respeto, respeto por la historia de la fábrica y por sus fundadores.” Chloe, con tono distante, responde: “Quizás ese ha sido precisamente el problema: que el pasado y las relaciones personales han pesado demasiado sobre los criterios empresariales.” Marta, manteniendo la compostura, replica: “Tiene una visión muy particular sobre el sentimentalismo y las emociones, pero veo que no vamos a ponernos de acuerdo.” Chloe responde secamente: “En eso le doy la razón. No creo que lleguemos a un punto común.”
Decidida, Marta va al grano: “¿Qué pasará ahora que mi primo Gabriel ha rechazado el puesto de director?” Chloe responde con franqueza: “Muy posiblemente el señor Brosard enviará a un directivo francés.” Preocupada, Marta pregunta: “¿Fue también su recomendación?” Chloe niega con la cabeza: “No, yo la recomendé a usted para el puesto.” Marta, sorprendida, indaga: “Pero acabamos de conocernos. ¿Por qué me considera más valiosa que al resto?” Chloe la observa unos segundos antes de responder: “Porque tuvo una gestión impecable al frente de la empresa. Su destitución fue injusta y posee las cualidades necesarias para ese cargo. Y además, algo más.” Marta, cautelosa, pregunta: “Espero que ese algo más no tenga que ver con que soy mujer.” Chloe asiente sinceramente: “Sí, eso también importa, pero lo principal es que me gusta la forma en que defiende su sistema de gestión. Bajo otras circunstancias, nos habríamos entendido muy bien.”
Marta concluye con calma: “Más allá de su opinión, los superiores han preferido a Gabriel.” Chloe, con un dejo de resignación, añade: “Sí, parece que su visita a París los impresionó lo suficiente para ofrecerle el puesto. Pero si tu primo no lo acepta, enviarán a otro directivo francés. Y si usted no quiere que eso ocurra, debería convencerlo para que acepte.”
Horas más tarde, en la casa de la familia Reina, Marta habla con su padre sobre las recientes decisiones de los franceses. “Papá, Gabriel ha sido elegido como nuevo director de la fábrica”, informa. Damián, sorprendido, responde: “Desde luego, no es la peor noticia, aunque pensé que te elegirían a ti. Estás mucho más preparada para ese cargo.” Marta suspira y añade: “También debo decir que Gabriel ha rechazado el puesto.” En ese momento, Gabriel entra en la habitación.
Damián, molesto, le pregunta: “¿Por qué demonios rechazaste el puesto que te ofrecieron? Era nuestra oportunidad de tener a alguien de la familia al frente.” Gabriel, con calma, explica: “Precisamente eso venía a explicarles.” Damián interviene con dureza: “Pues te has tardado.” Gabriel detalla su decisión: “He rechazado el cargo porque no pienso plegarme a los deseos de Brosard. Además, creo que hay gente más capacitada que yo.”
Mientras tanto, desde fuera del salón, María escucha la conversación con interés, aunque con cierta ironía. Marta advierte: “Gabriel, Chloe ya me dejó claro que en París no me quieren en la dirección. Si no aceptas tú, enviarán a un directivo francés.” Damián refuerza: “Eso no podemos permitirlo. Perderíamos la esencia de Perfumerías Reina. Debes aceptar el puesto, aunque sea por estrategia.” Gabriel, firme, responde: “No tendré poder real; solo tendría que obedecer órdenes de París.” Damián insiste: “Aun así podrías influir. Has demostrado ser un buen negociador y aquí podrías lograr más que en París.” Marta añade: “Eres nuestro último as, Gabriel.”

Gabriel suspira: “Gracias por la confianza, pero no lo haré. Tienes que tomar las riendas para que no perdamos el control de la empresa.” Ante la presión de ambos, finalmente cede: “Está bien, aceptaré el cargo, pero solo si aceptan mis condiciones.” Marta pregunta: “¿Qué condiciones?” Gabriel explica: “Intentaré reducir los despidos que no logré evitar en París.” Damián advierte preocupado: “No estés tensando demasiado la cuerda; si lo toman a mal, podrían traer a alguien de fuera.” Gabriel, decidido: “Es un riesgo que vale la pena, por los trabajadores a punto de perder su empleo.”
María, desde fuera, sonríe con sarcasmo, mientras Marta observa emocionada: “Muestras gran sensibilidad, Gabriel. Sería maravilloso si logras evitar los despidos.” Gabriel se retira confiado, dejando a Damián y Marta esperanzados: “Sé que Gabriel puede ayudarnos a salvar la empresa”, dice Marta.
Por otro lado, Andrés visita a su primo Luis en el laboratorio y conversan sobre la situación de la fábrica y la dimisión de Joaquín. Andrés confiesa su preocupación: “No me gusta ver cómo los franceses manejan todo a su antojo. Cada día hay más despidos y no podemos hacer nada.” Luis asiente, triste: “Es una situación muy dura. ¿Y tú cómo lo llevas?” Andrés, pensativo, responde: “Hay algo que me ronda la cabeza. Sobre Gabriel.” Luis, curioso: “¿Sigues pensando que está implicado en el sabotaje?” Andrés niega: “Precisamente no. Me doy cuenta de que está luchando por la empresa, no en su contra.”
Luis sonríe: “Exacto. Me alegra que empieces a ver las cosas con claridad.” Pero Andrés sigue inquieto: “Aún me preocupan los recuerdos de Gabriel antes de la explosión. Si son falsos, ¿por qué los veo tan claros?” Luis, con humor, le asegura que no está loco. Andrés suspira: “Puede ser, pero estas fantasías no dicen mucho de mí.” Luis sonríe: “No seas tan duro contigo mismo. Que Gabriel se case con Begoña no lo convierte en mala persona.” Andrés aparenta tranquilidad, aunque sus dudas persisten, dejando un final cargado de intriga y expectativa para el capítulo.