Título: “Damián pierde su reino: la traición definitiva de Gabriel y la caída de Perfumerías de la Reina”

Hola amigos, bienvenidos a un nuevo y estremecedor avance de Sueños de Libertad. En este episodio, uno de los más impactantes de toda la temporada, el destino de Perfumerías de la Reina cambia para siempre. Lo que comenzó como una simple operación financiera se transforma en una trampa maestra donde la ambición, la traición y la astucia de Gabriel conducen a Damián hacia su ruina definitiva.

La historia arranca en la fábrica, ese lugar que tantas veces ha sido símbolo de orgullo para Damián y los suyos, pero que ahora se convertirá en el escenario de su derrota. Tasio y Joaquín llegan al despacho tras haber cerrado la venta con los inversores italianos. Por primera vez en mucho tiempo, parecen respirar aliviados; el negocio ha sido salvado y la fábrica, al menos en apariencia, vuelve a tener estabilidad. Sin embargo, esa calma es solo la antesala de la tormenta.

Mientras repasan los últimos detalles, Joaquín cambia de tema y le pregunta a Tasio por Andrés. Este, con evidente preocupación, admite que no ha podido ir a verlo al hospital. Joaquín insiste en que debe hacerlo y lo invita a unirse a él y a Luis esa misma tarde. Saben que Andrés sigue sin recordar nada del accidente ni de los días previos a la explosión, y los médicos aún temen posibles secuelas neurológicas. Tasio suspira, cansado de tantas desgracias seguidas, y promete acompañarlos si no surge ningún imprevisto.

Pero el destino tiene otros planes. El teléfono del despacho suena de pronto, interrumpiendo el silencio. Tasio contesta y su rostro cambia de inmediato: palidece, se levanta de golpe, y balbucea incrédulo. “Eso no puede ser cierto… ¿cómo es posible si hace menos de tres horas?”, repite una y otra vez. Joaquín lo observa sin entender hasta que Tasio, con voz tensa, anuncia que acaban de ser traicionados. Los italianos, con quienes habían cerrado la venta esa misma mañana, han revendido todas las acciones a Brosart.

El nombre retumba como un eco maldito en el despacho. Brosart, el enemigo de siempre, el que había intentado apoderarse de la empresa a través del fraude de Cobeaga, ha conseguido su venganza. Joaquín sale corriendo a avisar a Luis, mientras Tasio se queda intentando asimilar la noticia. En ese momento entran Damián y Gabriel. Damián, visiblemente irritado, exige explicaciones.

Tasio, aún aturdido, explica la llamada. Gabriel finge sorpresa, abriendo los ojos con teatral incredulidad. Damián se enfurece: no entiende cómo ha podido ocurrir algo así en tan pocas horas. “¡Nos han engañado como a niños!”, grita golpeando el escritorio. Gabriel adopta un tono solemne y culpa a sí mismo: asegura que debió incluir una cláusula para impedir la reventa inmediata. Damián, abatido, responde con resignación: “No podías saberlo, nadie podía imaginar esto.”

Tasio intenta calmar los ánimos recordando que todos participaron en la firma, pero el daño ya está hecho. Damián, con la mirada encendida, sospecha que todo fue una jugada planeada desde el principio: los italianos solo fueron una pantalla, y Masina, el intermediario que firmó por ellos, no era más que una pieza del ajedrez de Brosart. “Todo estaba preparado para hacernos caer”, concluye con rabia.

Entonces, Damián se vuelve hacia Gabriel y le pregunta si existe alguna forma de revertir la venta. Gabriel, aparentando pensar con preocupación, niega lentamente. Explica que Masina tenía derecho a disponer de sus acciones y que legalmente no hay nada que hacer. Sin embargo, ofrece un gesto de aparente compromiso: “Puedo ir a París y averiguar los detalles. Si hay una posibilidad mínima de anular esta operación, la encontraré.” Damián acepta su propuesta, aunque su tono deja entrever desesperanza.

En cuanto Gabriel sale del despacho, su expresión cambia por completo. Una sonrisa se dibuja en su rostro: todo ha salido exactamente como él quería. La fábrica ya no pertenece a Damián, y ahora Brosart controla el imperio que tanto le costó construir. En su mente, el plan maestro se despliega como un reloj perfectamente sincronizado. Ha engañado a todos —a Damián, a Tasio, a Joaquín— y se ha asegurado su lugar junto al nuevo poder dominante.

Mientras tanto, dentro del despacho, el ambiente se vuelve cada vez más tenso. Damián, fuera de sí, culpa a Tasio por no prever lo ocurrido. Tasio intenta defenderse, recordando que la venta fue la única forma de evitar la quiebra, pero el empresario no escucha razones. Entre gritos y reproches, la sala se llena de un silencio pesado, el de quienes acaban de perderlo todo sin comprender aún cómo.

Gabriel, caminando por el pasillo, detiene su paso unos segundos. Cierra los ojos, respira hondo y sonríe con satisfacción. Lo ha conseguido: Damián está humillado, derrotado, sin poder ni control. Perfumerías de la Reina, su orgullo y legado, ahora pertenece a Brosart. Y detrás de esa aparente alianza comercial, se esconde una red de venganza cuidadosamente tejida.

En los próximos episodios, todo apunta a que Gabriel seguirá fingiendo lealtad. Su juego no ha terminado. Ante Damián, mantendrá su papel de sobrino arrepentido, pero a espaldas de todos, trabajará mano a mano con Brosart para consolidar el dominio sobre la empresa. Lo que Damián no sospecha es que Gabriel no solo busca el poder económico, sino también destruir su reputación y quedarse con todo lo que le pertenece.

La caída de Damián marcará un antes y un después en la serie. La fábrica, símbolo de lucha y esperanza, pasará a ser el escenario de nuevas traiciones, ambiciones ocultas y verdades que poco a poco saldrán a la luz. Joaquín y Tasio, al descubrir la magnitud del engaño, intentarán revertir la situación, pero cada paso que den los acercará más a la trampa que Gabriel y Brosart han tendido.

¿Logrará Damián descubrir la doble cara de su propio sobrino antes de que sea demasiado tarde? ¿Podrá Andrés, cuando recupere la memoria, aportar una pista que cambie el rumbo de todo? ¿O será este el principio del fin para Perfumerías de la Reina?

Una cosa es segura: nada volverá a ser igual. Gabriel ha movido sus piezas con precisión, y la sombra de Brosart se cierne sobre todos los que alguna vez creyeron en la lealtad. El destino de la familia, de la fábrica y de sus trabajadores pende de un hilo, y el futuro promete una guerra silenciosa donde cada mirada, cada palabra y cada gesto puede ser una nueva traición.

Este ha sido un avance exclusivo de Sueños de Libertad, un episodio cargado de tensión, engaños y giros inesperados que prometen cambiarlo todo. Déjanos en los comentarios qué crees que pasará ahora: ¿podrá Damián recuperar su trono perdido o quedará atrapado en las redes de su propio enemigo? Nos leemos en el próximo avance. ¡Hasta pronto!