¡DESTROZADO! Marta, al límite, comunica a Tasio que necesita dejar sus funciones – Sueños de Libertad
La tensión en la fábrica alcanza un punto insostenible cuando Marta, visiblemente agotada y sin fuerzas para seguir adelante, toma la decisión más drástica de su trayectoria: comunicar a Tasio que necesita detener su participación en todas las funciones de la empresa, al menos de manera temporal. La conversación que ambos mantienen deja al descubierto no solo la fragilidad emocional de Marta, sino también el delicado equilibrio que sostiene a la compañía en medio de múltiples crisis. Este instante, cargado de confesiones y sentimientos encontrados, supone un auténtico punto de inflexión en la historia de Sueños de Libertad.
Todo comienza con la iniciativa de Marta de acercarse a Tasio, quien, sin sospechar la gravedad del asunto, espera escuchar de ella una de sus brillantes ideas para sacar adelante los problemas que enfrentan. Tasio arrastra la preocupación por las bajas ventas de “Pasión Oculta”, el proyecto que debía ser la apuesta fuerte y que, sin embargo, se ha convertido en un fracaso comercial que lo desborda. El joven expresa su frustración, incapaz de comprender cómo no logran remontar las cifras, y busca en Marta ese impulso que tantas veces le ha ofrecido. Sin embargo, en lugar de soluciones, ella le trae una confesión que cambiará el rumbo de todo: anuncia con serenidad, pero también con dolor, que necesita dejar de lado sus responsabilidades y apartarse de la empresa.
Las palabras de Marta caen como un balde de agua fría sobre Tasio. Su reacción inmediata es la incredulidad, negándose a aceptar lo que acaba de escuchar. Para él, Marta es un pilar fundamental, alguien indispensable que ha estado siempre al frente de las operaciones. Intentando frenarla, la cuestiona, la apela a reflexionar y le recuerda la seriedad de lo que está diciendo. Marta, con firmeza, le explica que no es una decisión precipitada, sino algo que lleva tiempo meditando, porque la presión la ha sobrepasado y su estado actual no le permite ser útil ni para ella ni para la fábrica.
Tasio, herido y preocupado, le suplica que reconsidere. Le explica que la necesita aunque sea en segundo plano, trabajando junto a Andrés. Para él, Marta y Andrés son los dos motores más importantes de la fábrica, las personas en las que más confía y que más lo sostienen en este duro momento. Pero Marta insiste: asegura que en su estado actual solo sería una carga, que no tiene la claridad ni la energía para contribuir positivamente. Reconoce que ha tocado fondo y que, aunque desee apoyar, simplemente no puede continuar.

El intercambio entre ambos se vuelve cada vez más emotivo. Marta intenta restar importancia a su papel, mencionando a otros nombres clave de la familia y del equipo, como Joaquín, Luis y su propio padre, quienes también pueden sostener la fábrica en su ausencia. Sin embargo, Tasio, visiblemente quebrado, no deja de insistir en la centralidad de Marta en el proyecto. Además, confiesa su propio estado de fragilidad: tras la muerte de su madre, se encuentra devastado y siente que la pérdida ha roto sus fuerzas. Sus palabras revelan que no solo necesita a Marta como socia en la empresa, sino también como apoyo humano en este duro camino.
Marta escucha a Tasio, pero mantiene su posición. Explica que, si bien entiende su dolor y las dificultades que atraviesan, ella no está en condiciones de ser la ayuda que él espera. Por el contrario, cree que su presencia actual solo entorpecería más las cosas, generando nuevos problemas en lugar de resolverlos. Reconoce que trabajar podría ser una vía de escape, un modo de distraerse, pero asegura que su situación es distinta: lo que necesita no es distraerse, sino detenerse y sanar.
Su decisión está tomada. Con determinación, aunque con un nudo en la garganta, Marta insiste en que debe parar y recuperarse, no solo por su bienestar personal, sino también por el bien de la empresa. Si sigue adelante en este estado, se convertirá en un obstáculo y no en un motor. Su confesión deja claro que su marcha temporal es un sacrificio necesario para poder volver más fuerte en el futuro.
En medio de este diálogo, Marta también carga con la culpa de uno de los fracasos más recientes: la venta privada de “Pasión Oculta”. Asegura que si el evento fue un desastre no fue por causas externas, sino por su responsabilidad directa. Su autocrítica muestra no solo el nivel de exigencia con el que vive, sino también la dureza con la que se juzga, lo que evidencia aún más el peso emocional que la ha llevado a colapsar.
La escena culmina con la sensación de que algo se rompe definitivamente dentro de la familia y de la empresa. Tasio, que esperaba recibir soluciones, queda desarmado al enfrentarse a la marcha de su mayor aliada. Marta, en cambio, da un paso doloroso pero inevitable: reconocer que ha tocado el límite de sus fuerzas y que lo más sensato es retirarse para poder volver renovada.
Este momento marca un antes y un después en la trama de Sueños de Libertad. La salida de Marta deja a la empresa en un punto vulnerable, justo cuando más necesitan unidad y fortaleza. Al mismo tiempo, abre un camino de incertidumbre: ¿cómo afrontará Tasio la gestión sin ella? ¿Quién ocupará ese vacío? ¿Y podrá Marta recomponerse para regresar con la energía que la caracteriza?
La secuencia no solo refleja la crisis de una mujer que se derrumba por el peso de las responsabilidades, sino también la compleja red emocional que envuelve a la familia. Tasio y Marta no son solo socios en un negocio, son hermanos que cargan heridas personales y pérdidas dolorosas, lo que hace que cada decisión empresarial tenga un eco profundo en su vida íntima. El retiro de Marta no es un simple movimiento administrativo, sino un terremoto emocional que arrastra a todos los que la rodean.
Así, Sueños de Libertad nos presenta un capítulo cargado de intensidad, en el que el agotamiento emocional, la culpa y la necesidad de cuidar de uno mismo se convierten en el centro de la historia. Marta, con valentía, elige detenerse para salvarse, aunque ello implique dejar a su hermano en un momento crítico. Y en esa elección, se revela no solo la fragilidad de los personajes, sino también la dureza de un entorno donde el dolor personal y las responsabilidades laborales se entrelazan de manera inevitable.