GABRIEL DEMUESTRA QUE NO TIENE LÍMITES PARA ALCANZAR EL PODER EN SUEÑOS DE LIBERTAD
Hola amigos, bienvenidos a un nuevo avance exclusivo de Sueños de Libertad
En este impactante adelanto del episodio del miércoles 22 de octubre de 2025, las máscaras comienzan a caer y las verdaderas intenciones salen a la luz. Gabriel continúa moviendo los hilos de su maquiavélico plan para destruir a Damián y hacerse con el control de la empresa, mientras María, cegada por su ambición y el deseo de recuperar su poder, empieza a soñar con un futuro en el que ella y Andrés se erijan como la pareja dominante del negocio familiar. Sin embargo, lo que al principio parece un simple juego de intereses y estrategias empresariales, se transformará poco a poco en una peligrosa telaraña de mentiras, traiciones y alianzas imposibles.
La escena se abre en la majestuosa casa de los De la Reina. Damián llega acompañado de María, ambos intentando mantener la compostura tras una jornada tensa. En la sala los espera Gabriel, sentado con una serenidad que resulta casi perturbadora. La tensión en el aire se palpa desde el primer segundo. Las miradas se cruzan con cautela, las sonrisas son meras fachadas y los silencios hablan más que cualquier palabra. Cada gesto parece tener un doble significado, cada palabra es una jugada calculada.
Intentando mantener las apariencias, Damián y María se acercan a Gabriel. Él, con su habitual tono fingidamente amable, pregunta por la salud de Andrés, ese hermano postrado entre la vida y la muerte que se ha convertido en el centro de todas las preocupaciones. Damián, con gesto serio, responde que todo sigue igual, ni mejora ni empeora. Gabriel asiente con fingida compasión y comenta, “A veces los milagros suceden. Hay quienes despiertan de un coma sin recordar nada… Ojalá Andrés tenga esa suerte.” Su tono es tan ambiguo que ni siquiera María sabe si creer en su buena fe o en su ironía disfrazada.

María, conmovida, baja la mirada y susurra que si pudiera, se cambiaría por su marido. El silencio vuelve a dominar la estancia. Damián, incómodo, cambia de tema y le pregunta a Gabriel por sus lesiones. Él responde con indiferencia, restando importancia a su estado. Damián, meticuloso, no se detiene y le pregunta por los trámites con la aseguradora. Gabriel contesta que todo está en marcha y que la respuesta llegará pronto. El patriarca asiente, aunque su mirada denota una creciente desconfianza.
El siguiente punto de conversación es más delicado: Damián le pregunta si ya ha contactado con los representantes de Macina, una posible empresa inversora. Gabriel, con un aire frío y calculador, responde que no, que ha preferido esperar la opinión de su tío antes de avanzar. Damián lo observa con cautela, intentando leer entre líneas. “¿Aún crees que son una buena opción?”, le pregunta. Gabriel, jugando con la ambigüedad, se encoge de hombros. “No lo sé. Pero si llega el momento de vender, lo mejor sería abrirnos al mercado internacional, como hicimos con las bases americanas. Ahí está el futuro.”
Damián escucha con atención, intrigado. Gabriel, al ver que su argumento comienza a calar, continúa su discurso con habilidad. “He investigado. Macina es una empresa sólida, ha crecido rápidamente y cuenta con una excelente reputación. Sería una alianza segura.” Pero Damián, prudente como siempre, le recuerda que no deben precipitarse, que antes de tomar una decisión deben asegurarse de todos los detalles. Dicho esto, se retira, dejando solos a María y Gabriel.
El ambiente cambia de inmediato. María lo mira fijamente, cruzando los brazos con desconfianza. “¿A qué estás jugando, Gabriel? ¿Por qué insistes tanto con Macina? ¿Qué pasa con Brosard?”, le reprocha con tono sarcástico. Gabriel sonríe con superioridad. “Querida, ocúpate de lo tuyo. Bastante milagro es que vuelvas a caminar.”
La provocación enciende la chispa. María, furiosa, se pone en pie. “No te hagas el gracioso. Estamos en esto juntos, y si vas a mover piezas sin decírmelo, más te vale empezar a confiar en mí.” Gabriel, sin alterarse, se levanta, cierra la puerta con llave y la mira con una intensidad fría. “Tranquila. Solo te diré una cosa: ni los Reina ni los Merino aceptarían jamás una oferta directa de Brosard. Por eso necesitamos un intermediario. Y ahí entra Macina.”
María se queda inmóvil, intentando procesar la revelación. “¿Qué quieres decir? ¿Que Macina pertenece a Brosard?” Gabriel sonríe con ironía. “No directamente, claro. Si Damián investigara y descubriera el vínculo, todo se derrumbaría. Pero el plan es simple: cuando Perfumerías De la Reina venda sus acciones a Macina, ellos las revenderán a Brosard. Ya está pactado. En cuanto Brosard obtenga el 51% de las acciones, ni los Reina ni los Merino podrán hacer nada. El control será nuestro.”
María, sorprendida, murmura: “Una jugada maestra…” Gabriel asiente satisfecho. “Siempre y cuando el gobernador no consiga otro inversor, o el seguro no nos pague antes, claro.” María, cada vez más intrigada, le responde con malicia: “Entonces ya sabes lo que tienes que hacer. Convence a tu tío para cerrar el trato cuanto antes. No olvides que yo también tengo mi propio acuerdo con Brosard.”
Él la observa con burla, consciente de su ambición. “Sí, no dejas de recordármelo cada vez que puedes.” María sonríe, desafiante. “Y seguiré haciéndolo. Estoy recuperándome rápido. Pronto volveré a caminar completamente… y cuando lo haga, lucharé por esta empresa junto a mi marido. Los dos dominando desde lo más alto.”
Gabriel la contempla en silencio. En su mirada se mezclan la admiración y la amenaza. Sabe que María puede ser su aliada más valiosa o su enemiga más peligrosa. Su recuperación lo inquieta, pero aún necesita su complicidad para ejecutar su plan.
Ambos quedan frente a frente, como dos jugadores de ajedrez a punto de mover sus piezas decisivas. Entre ellos no hay confianza, solo conveniencia. Lo que los une es el poder… y el deseo de no caer antes que el otro.

En los pasillos del poder, las alianzas son tan frágiles como el cristal, y los secretos se convierten en armas. Gabriel está dispuesto a todo para lograr su propósito, incluso a destruir a quienes una vez llamó familia. María, en cambio, empieza a descubrir que su ambición podría costarle más de lo que imagina.
Mientras tanto, el destino de Andrés pende de un hilo. Su silencio es el único obstáculo entre Gabriel y su victoria definitiva. Pero ¿y si despertara? ¿Y si todo saliera a la luz antes de tiempo?
El juego está en marcha, y cada movimiento puede ser el último.
¿Podrá Gabriel engañar a Damián hasta el final? ¿Se convertirá María en su aliada o en su mayor amenaza? ¿Y qué pasará cuando Andrés despierte?
Las respuestas llegarán en un nuevo episodio lleno de tensión, secretos y revelaciones.
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