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En este capítulo, las noticias sobre Andrés traen un rayo de esperanza para la familia Reina, pero también desatan un peligro inminente para Gabriel, quien al percibir que su secreto está en riesgo decide actuar con rapidez antes de que la verdad salga a la luz. La historia arranca en la imponente casa de los Reina, donde Pelayo y Gabriel se encuentran solos, conversando sobre la situación de la empresa. Gabriel, con un gesto preocupado que apenas logra disimular, rompe el silencio: “¿Cómo va la búsqueda de nuevos inversores?” Pelayo, visiblemente agotado y con el rostro marcado por la preocupación, responde con pesimismo: “Fatal. Solo recibo negativas. Nadie está dispuesto a arriesgar su dinero en estos momentos.”

Gabriel, intentando mantener la calma y proyectar seguridad, replica: “Esperemos encontrar pronto otra alternativa que no sea la de los italianos, porque no veo a mi tío muy convencido con ese trato.” Pelayo suspira y asiente: “Para él, todo esto es un trago muy duro. Además, sigue confiando en que el seguro cubrirá los gastos, pero si aún no se han pronunciado, dudo que lo hagan pronto.” Gabriel finge comprensión y comenta: “Pienso lo mismo que tú.”

Pelayo, intentando aliviar la tensión, añade: “Al menos la leve mejoría de Andrés nos permitió olvidar por un momento los problemas de la empresa. Marta ha estado en contacto con los médicos, y le dijeron que si Andrés logró mover un dedo, hay bastantes probabilidades de que recupere la conciencia.” Gabriel, tratando de ocultar su nerviosismo, esboza una sonrisa forzada y responde: “Es una gran noticia, pero recuerda lo que dijo la doctora Borrel.” Pelayo asiente, recordando la cautela de los profesionales de la salud.

Gabriel, con un tono grave, añade: “He conocido casos como el de Andrés en los que, aunque salieron del coma, quedaron con secuelas muy graves.” Pelayo recuerda con nostalgia un caso similar: “Sí, Miguel Maldonado, que dirigía uno de mis hoteles en Madrid, estuvo casi un mes en coma tras un accidente de tráfico.” Gabriel pregunta intrigado: “¿Y cómo superó esa situación?” Pelayo responde con un dejo de tristeza: “Despertó, pero no podía comunicarse con nadie. Era como si viviera en otro mundo, y así sigue hasta hoy.”

En ese momento, Marta entra en la habitación con paso firme y voz decidida: “Eso no va a pasar con mi hermano. Estoy convencida de que Andrés saldrá del coma y se recuperará. He hablado con el doctor Herrera, y sus palabras me han dado esperanza.” Pelayo, emocionado, le pregunta: “Entonces, ¿él cree posible la recuperación?” Marta asiente con una sonrisa tenue: “Después de consultar con los médicos que lo atienden, el doctor considera que las probabilidades de que Andrés despierte y se recupere son mayores que las de que no lo haga.”

Mientras Marta transmite optimismo, la mirada de Gabriel se oscurece. Su rostro se endurece y sus manos tiemblan ligeramente, aunque intenta ocultarlo. Pelayo, visiblemente emocionado, dice: “Ese diagnóstico es la mejor noticia que podríamos recibir, y más aún viniendo de alguien tan prestigioso como el doctor Herrera.” Marta continúa animando a la familia, relatando el caso de un hombre que, tras pasar tres minutos sin oxígeno en el cerebro, logró despertar del coma y recuperar la movilidad, demostrando que la esperanza nunca se pierde. Pelayo sonríe y comenta: “Eso es maravilloso, Marta. Tu padre estará feliz cuando se entere.”

Gabriel se pone de pie, intentando disimular su incomodidad. Pelayo nota su expresión y pregunta preocupado: “¿Estás bien?” Gabriel asiente rápidamente: “Sí, sí, solo necesitaba estirarme un poco. Por cierto, ¿sabes si Damián está en casa?” Marta responde: “No, se ha quedado en el hospital. Intenté convencerlo de que viniera, pero fue imposible.” Gabriel, aparentando cordialidad, dice: “Entonces iré yo mismo al hospital. Trataré de convencerlo de que vuelva a casa a descansar un poco.” Pelayo se siente aliviado mientras Gabriel se despide, pero por dentro su mente maquina un plan oscuro.

Mientras tanto, en el salón principal, Gema y María conversan tranquilamente tomando té. La charla se ve interrumpida por la llegada de Pelayo, quien es recibido con felicitaciones por su nuevo cargo. María aprovecha para preguntar: “¿Sabes si Damián ha vuelto del hospital?” Pelayo niega con la cabeza: “No, Gabriel ha ido por él. Quiere que venga a casa a descansar un poco.” Al escuchar esto, el rostro de María se transforma, mostrando sorpresa y preocupación. Pelayo, sin notar la reacción, se despide y le pide a Gema que salude a Joaquín de su parte.

Antes de irse, María detiene a Gema y le pide que avise a Emiliano para preparar el coche, ya que desea ir al hospital a ver a Andrés y asegurarse de que todo esté bien. Gema asiente con dulzura: “Está bien, ahora mismo le aviso a Emiliano.”

En el hospital, el ambiente es silencioso y tenso. Gabriel observa a una enfermera que deja los medicamentos en el pasillo y entra a una habitación, aprovechando para acercarse sigilosamente y tomar un frasco de morfina, ocultándolo con movimientos calculados dentro de su chaqueta. Luego, entra a la habitación de Andrés, donde Damián se encuentra vigilando la cama de su hijo, agotado. Gabriel intenta persuadirlo para que descanse: “Tío, déjame relevarte un poco. Vete a casa y recupérate. Yo me quedaré aquí. Se lo debo a mi primo.” Damián, resignado, acepta, y Gabriel queda solo frente a Andrés.

Con frialdad, Gabriel saca la jeringa de morfina y la prepara, mientras su respiración se acelera y sus ojos reflejan odio y desesperación, sin rastro de culpa ni remordimiento. Justo en ese momento, María llega al hospital acompañada de Emiliano, buscando con urgencia la habitación de Andrés. Con astucia, envía a Emiliano a la cafetería para que no sospeche nada, mientras se acerca lentamente a la puerta sin saber que Gabriel está a punto de cometer un acto imperdonable.

El suspenso alcanza su punto máximo: ¿logrará Gabriel completar su plan antes de que María entre? ¿Será descubierto? ¿Qué consecuencias tendrá este nuevo intento de Gabriel por mantener su secreto? Estas preguntas mantendrán a los espectadores al borde de sus asientos.

Déjanos tus teorías en los comentarios: ¿qué crees que pasará con Andrés y el oscuro plan de Gabriel? Gracias por acompañarnos en este avance exclusivo de Sueños de Libertad. Te esperamos en el próximo adelanto especial, donde cada decisión y cada gesto podría cambiarlo todo.