LA PROMESA – Ángela escapa del cautiverio y es rescatada por Curro, revelando un secreto impactante
Los próximos capítulos de La Promesa prometen una de las tramas más intensas y decisivas de toda la serie. Tras la misteriosa desaparición de Ángela, la angustia se apodera del palacio y nada volverá a ser igual. Curro, incapaz de quedarse de brazos cruzados, se lanza a una búsqueda desesperada que lo llevará hasta el límite, enfrentándose cara a cara con la verdad, con Lorenzo y con los secretos más oscuros de Leocadia.
La desesperación por encontrar a Ángela
Desde el primer momento, Curro siente en lo más profundo que Lorenzo está detrás de la desaparición. Su instinto no le falla: recuerda todas las amenazas pasadas, las actitudes arrogantes del capitán y la forma en que siempre trató de manipular a los demás. Día tras día, la espera se hace insoportable. Los pasillos de La Promesa se vuelven silenciosos, los criados bajan la mirada, Pía cumple sus tareas con un nudo en la garganta, y hasta Manuel se nota distraído y preocupado.
Pero la más afectada es Leocadia. Su sufrimiento es silencioso pero devastador. Cada noche sin noticias de Ángela la consume por dentro, y aunque sabe que Lorenzo está implicado, calla. El motivo es aterrador: él guarda los secretos más comprometedores de su vida, verdades que podrían destruirla ante Alonso, los criados y la sociedad entera.
El enfrentamiento entre Leocadia y Lorenzo
La tensión explota cuando Leocadia, incapaz de soportar más el tormento, decide encarar a Lorenzo en sus aposentos. La escena es brutal: ella, con la voz temblorosa pero decidida, le exige que devuelva a su hija. Lorenzo, con su habitual cinismo, le confiesa que Ángela solo saldrá del cautiverio si acepta casarla con él. Una condición imposible, un chantaje cruel que revela hasta dónde está dispuesto a llegar.
Leocadia amenaza con denunciarlo, pero Lorenzo tiene la carta más peligrosa: el recuerdo del atentado contra Hann, un episodio oscuro en el que ella también estuvo implicada. Si lo traiciona, la arrastrará con él a la ruina. Entre acusaciones y reproches, los dos se enfrentan en una guerra verbal que deja claro que su relación es un campo minado de secretos y amenazas.
Curro sigue las pistas
Mientras tanto, Curro recibe un consejo crucial de Pía: seguir a Lorenzo en secreto. Esa misma noche, lo hace. Oculto entre las sombras, lo observa salir con un farol y un paquete bajo el brazo. El camino los lleva hasta una vieja cabaña perdida en el bosque. Tras esperar el momento oportuno, Curro rompe el candado y entra.
Allí encuentra a Ángela, debilitada, atada y al borde del desmayo. La emoción lo desborda. Corriendo hacia ella, la libera con manos temblorosas y promete que nunca más permitirá que alguien la toque. Ángela, entre lágrimas, apenas puede mantenerse en pie, pero su alivio al verlo es inmenso. Con esfuerzo, Curro la sostiene y la saca de aquel lugar que había sido su infierno.
El regreso al palacio
La caminata de regreso es lenta y dolorosa, pero cargada de esperanza. Cuando las luces de La Promesa aparecen a lo lejos, Curro siente que por fin la pesadilla toca a su fin. Leocadia, desde su ventana, los ve llegar. Corre desesperada por los pasillos hasta abrazar a su hija como nunca antes lo había hecho. Por primera vez en mucho tiempo, se permite agradecer a Curro con sinceridad.
La emoción es compartida por todos los criados, que miran con lágrimas en los ojos la escena en el patio. Incluso Alonso, al descubrir lo ocurrido, queda estupefacto. El marqués exige saber quién fue el responsable, pero Ángela, aún débil, inventa una versión a medias: asegura que fue atacada por un desconocido en el jardín y que la amenazaron con dañar a todos si hablaba.
El silencio que esconde un secreto
Aunque la explicación de Ángela calma momentáneamente los ánimos, Curro no queda convencido. En su mirada se refleja la certeza de que Lorenzo está detrás de todo. Y lo más inquietante: que Ángela guarda un secreto que por ahora no se atreve a contar. Su silencio es un muro, pero también un grito de advertencia.
Leocadia, por su parte, sufre un dilema mortal. Sabe la verdad, pero teme que si Lorenzo la expone, toda su vida se desmorone. Sin embargo, ahora que ha recuperado a su hija, el odio y la sed de venganza empiezan a superar el miedo.
Lorenzo, consumido por la ira
La noticia del rescate de Ángela desata la furia de Lorenzo. En sus aposentos, rompe una copa contra la pared y jura venganza. No tarda en irrumpir en los aposentos de Leocadia, acusándola de estar detrás de la liberación de su hija. El enfrentamiento es feroz. Él amenaza con contar al mundo la verdad sobre Hann, mientras ella intenta mantener el control.
El capitán la acorrala con palabras venenosas: si Ángela lo delata, él mismo revelará los secretos de Leocadia. Una vez más, la mantiene atrapada en una red de chantajes que la deja al borde de la desesperación.
Un futuro lleno de incertidumbre
El rescate de Ángela marca un antes y un después en La Promesa. Por un lado, la joven vuelve a casa, debilitada pero viva, en brazos del hombre que la ama. Por otro, el peligro no ha desaparecido. Lorenzo sigue al acecho, dispuesto a hundir a todos con tal de salvarse a sí mismo.
El vínculo entre Curro y Ángela se fortalece más que nunca, y hasta Leocadia comienza a ver al joven con otros ojos, reconociendo que es capaz de dar la vida por su hija. Sin embargo, las sombras del pasado amenazan con destruir la aparente calma.
¿Qué ocurrirá cuando Ángela reúna fuerzas para contar lo que realmente vivió? ¿Cómo reaccionará Alonso al descubrir quién fue el verdadero culpable? ¿Hasta dónde llegará Leocadia para proteger a su hija, incluso si eso significa enfrentarse definitivamente a Lorenzo?
El palacio se prepara para nuevas tormentas. Y aunque Ángela ha escapado del cautiverio, la guerra contra Lorenzo apenas acaba de comenzar.