El capítulo 687 de La Promesa se presenta cargado de emociones intensas, decisiones drásticas y tensiones familiares que marcarán un antes y un después en la vida de los personajes. En esta ocasión, el relato avanza con giros que afectan tanto a las relaciones personales como al futuro de la hacienda, mostrando cómo cada elección puede convertirse en un punto de inflexión para todos.

La historia comienza con Enora, quien percibe que Toño se comporta de manera extraña. Su inquietud se debe a la revelación de Manuel, quien le ha confesado que desconfía de ella, puesto que nadie de la zona parece conocerla ni tener referencias de su pasado. Esta falta de raíces despierta sospechas y Enora, sintiéndose señalada, decide indagar para descubrir el motivo exacto de esa desconfianza que amenaza con marcar su permanencia en el lugar.

Paralelamente, la relación entre Vera y Lope se encuentra en un punto crítico. Vera no le perdona que haya revelado a Federico Comas información delicada sobre la cuenta, algo que ella considera una traición. Lope, por su parte, insiste en que lo único que busca es transparencia, y le reclama a Vera que no haya confiado en él lo suficiente como para contarle a su propio hermano la verdad sobre el oficio de su padre en la joyería. Esta falta de comunicación y confianza genera un abismo que los separa cada vez más, aunque Vera logra encontrar un respiro al reconciliarse con Teresa. Ambas amigas, tras un tiempo de tensión, deciden dejar atrás las diferencias y vuelven a estrechar lazos, uniendo fuerzas en medio de tantas adversidades.

El regreso de Pía es otro de los puntos álgidos del episodio. Su vuelta a La Promesa no se desarrolla con la tranquilidad esperada, sino que se convierte en un camino lleno de complicaciones. Leocadia, fiel a su palabra, cumple con lo que prometió a Cristóbal: interceder para evitar que Alonso se involucre directamente en el asunto. Sin embargo, su intervención no logra disipar las tensiones, ya que Leocadia se muestra profundamente decepcionada con su propia hija. Pese a los intentos de la joven por acercarse y restablecer un vínculo, la madre parece incapaz de superar la brecha que se ha abierto entre ambas. Mientras tanto, Lorenzo, siempre calculador, aprovecha la situación para insistir en que Leocadia destaque ante su hija todas las virtudes que posee, al mismo tiempo que continúa presionando con el tema de la boda, generando así un nuevo frente de conflicto.

Uno de los giros más dramáticos del capítulo llega de la mano de Adriano. Su decisión resulta tan inesperada como dolorosa para quienes le rodean. Tras meditar sobre su lugar en La Promesa y las circunstancias que lo rodean, anuncia al marqués Alonso que ha decidido marcharse de la hacienda junto a sus hijos. Cree que su sitio ya no está en ese lugar, y que lo mejor para él y su familia es iniciar un nuevo camino lejos de los muros que han marcado tantas alegrías y desgracias. Esta declaración sacude por completo la dinámica de la hacienda, abriendo un interrogante sobre el vacío que dejará su partida y las consecuencias que tendrá para todos los que dependen de su presencia y apoyo.

Mientras tanto, Petra continúa enfrentándose a un cuadro de salud sumamente delicado. Encerrada en su habitación, su deterioro físico y emocional preocupa profundamente a quienes la rodean. Ni siquiera los masajes y cuidados de María Fernández logran mejorar su estado, lo que aumenta la sensación de impotencia en la hacienda y genera un ambiente de preocupación constante. La fragilidad de Petra simboliza también la vulnerabilidad que atraviesan todos los personajes en este momento de la trama.

En contraste con estas historias marcadas por el dolor y la incertidumbre, surge un rayo de esperanza con Curro y Ángela. La pareja sueña con un futuro juntos, aunque las circunstancias parecen oponerse constantemente a sus deseos. A pesar de las dificultades, ninguno de los dos renuncia a la idea de construir una vida en común. Es entonces cuando aparece Lope, dispuesto a ofrecerles una salida: anima a Curro a huir, convencido de que esa es la única manera de que puedan estar juntos sin las cadenas de las imposiciones familiares y sociales. Ángela, después de luchar contra sus dudas, finalmente acepta la propuesta, lo que marca un giro esperanzador en medio de tanto drama.

Este episodio 687 de La Promesa se convierte así en un mosaico de emociones intensas y decisiones cruciales. Enora intenta defender su honor y su lugar en la hacienda frente a las sospechas que recaen sobre ella; Vera y Lope se distancian cada vez más por sus diferencias irreconciliables, aunque Vera encuentra consuelo en la reconciliación con Teresa; Pía se enfrenta a un regreso tormentoso con una madre decepcionada y un Lorenzo manipulador; Petra lucha contra una enfermedad que la debilita cada vez más; y, mientras todo esto ocurre, Adriano sacude a todos con el anuncio de su marcha, mientras Curro y Ángela alimentan la esperanza de un futuro juntos lejos de las ataduras de La Promesa.

Cada una de estas tramas refleja los dilemas entre el deber y el deseo, entre la tradición y la libertad, entre el miedo y la esperanza. La Promesa se convierte una vez más en el escenario donde los secretos, las decisiones y los sentimientos más profundos ponen a prueba a sus personajes, obligándolos a elegir entre permanecer en el pasado o arriesgarse a construir un futuro incierto pero propio.