La Promesa Capítulo 688: PETRA se muere lentamente

En el esperado avance del capítulo 688 de La Promesa, se presentan una serie de giros dramáticos que marcan un antes y un después en la trama de la serie. La tensión se incrementa en cada rincón del palacio, con la enfermedad de Petra agravándose, planes de fuga truncados y revelaciones que alteran el equilibrio tanto en la familia como en el servicio. Lo que se avecina es un episodio cargado de emociones y decisiones difíciles.

Desde el inicio, queda claro que el ambiente está enrarecido. Ángela y Curro, quienes habían alimentado la esperanza de escapar juntos y liberarse de las ataduras sociales y familiares, se ven obligados a cancelar su plan de huida. Sus ilusiones se desmoronan, y con ellas, la oportunidad de construir un futuro lejos de las imposiciones de La Promesa. El anhelo de libertad parece desvanecerse frente a los obstáculos que no dejan de multiplicarse, y lo que antes era un plan valiente, ahora se convierte en una decisión dolorosa.

Al mismo tiempo, Petra, una figura clave dentro de la casa, atraviesa un momento crítico. Su salud se deteriora con rapidez, y cada día que pasa es un recordatorio del frágil estado en el que se encuentra. El servicio observa con creciente preocupación cómo Petra habla sola, se encierra en su habitación y parece perder el contacto con la realidad. La enfermedad la consume lenta y visiblemente, generando un halo de inquietud que afecta tanto a los sirvientes como a los señores de la casa. La sensación de que su final está cerca se extiende entre todos, y la incertidumbre sobre lo que su muerte pueda desencadenar aumenta la tensión.

Por otro lado, Manuel se encuentra en un punto de conflicto personal. Su desconfianza hacia Nora no cesa, y aunque ella no sabe aún qué responder a la propuesta matrimonial de Toño, la duda lo corroe. Nora intenta mantener cierta calma asegurando que aún necesita tiempo, pero Manuel, incapaz de contener sus sospechas, le revela que ha estado investigándola. En un gesto de compromiso con Toño, promete dejar de indagar sobre ella, aunque sus palabras no logran borrar la sombra de recelo que se cierne sobre su relación. El ambiente entre ellos se vuelve más enrarecido, y Nora queda atrapada entre la presión de dar una respuesta y la duda sobre su propio camino.

Adriano, por su parte, se enfrenta a la desesperación tras la marcha de Catalina. Hundido en un profundo dolor, toma la drástica decisión de abandonar La Promesa junto a sus hijos. Esta noticia corre rápidamente por el palacio, desatando alarma en toda la familia. Temen no solo por el vacío que dejaría Adriano, sino también por las consecuencias que su partida podría tener en la estabilidad de la casa. El eco de esta posible despedida resuena con fuerza, alterando aún más la ya frágil armonía familiar.

Mientras tanto, Federico vive un despertar doloroso. Finalmente abre los ojos y enfrenta la dura verdad sobre su padre. Consciente del peligro que representa y del daño que puede seguir causando, decide aliarse con López. Ambos forman un frente común con el objetivo de proteger a Vera de cualquier manipulación o presión. Este nuevo pacto refleja un cambio de actitud en Federico, quien, decidido a enmendar errores del pasado, elige tomar partido por la justicia y la protección de quienes más lo necesitan.

En la zona de servicio, las tensiones no son menores. El sistema de faltas impuesto por Cristóbal genera una rebelión entre el personal. Los sirvientes, hartos de la rigidez y de la constante vigilancia, elevan sus quejas con cada vez más fuerza. Ricardo, desesperado, llega a rogar al mayordomo que permita el regreso de Pía, convencido de que su presencia podría devolver la calma y la unidad entre los trabajadores. Sin embargo, Cristóbal permanece inflexible, negándose a reconsiderar su decisión. La tensión alcanza un punto álgido durante la cena, cuando Santos se convierte en el único que defiende al mayordomo frente a sus compañeros, provocando una confrontación abierta que deja al descubierto la profunda división que recorre el servicio.

Por otro lado, los planes de fuga de Curro y Ángela sufren un nuevo revés cuando Leocadia interviene con un chantaje emocional devastador. Le advierte a Ángela que, si se marcha con un lacayo, su reputación quedará destrozada y será tratada como una paria por la sociedad. Estas palabras hieren profundamente a los jóvenes, que se ven atrapados en una encrucijada imposible. El amor que sienten se enfrenta ahora a la amenaza de un futuro marcado por la deshonra y el rechazo social. El camino hacia la libertad, que parecía al alcance de sus manos, se percibe ahora más lejano que nunca.

Desesperado por encontrar una salida, Curro plantea una última y arriesgada solución: marcharse él solo, lejos de todo, a cambio de que Leocadia le prometa no obligar a Ángela a casarse con el capitán. Este sacrificio revela la magnitud del amor y la desesperación que lo mueven, dispuesto a renunciar a la felicidad compartida con tal de protegerla de un destino impuesto y doloroso. Su propuesta encierra tanto dolor como esperanza, un intento desesperado por salvar lo poco que les queda de control sobre sus vidas.

El episodio 688 de La Promesa se perfila, así, como un capítulo cargado de emociones intensas, revelaciones desgarradoras y decisiones que marcarán profundamente el futuro de todos los personajes. La lenta agonía de Petra, la fractura en los planes de Ángela y Curro, el despertar de Federico y la posible partida de Adriano conforman un mosaico de conflictos que mantienen en vilo a todos los habitantes del palacio. Un entramado de historias donde la lealtad, el sacrificio y la lucha por la libertad se entrelazan, dejando claro que el destino de La Promesa está lejos de encontrar la calma.