LA PROMESA: Capítulo 713 RESUMEN COMPLETO de La Promesa Series || HUMILLACIONES Y VERDADES
Bienvenidos al canal Novelas y series: Resumen del capítulo 713 de La Promesa
El capítulo 713 de La Promesa se abre con un ambiente cargado de tensiones que amenazan con estallar en cualquier momento. Las emociones están a flor de piel, los secretos comienzan a salir a la luz y las confrontaciones se vuelven inevitables, marcando un episodio donde la verdad y la venganza se entrelazan en un juego de poder y orgullo. La historia nos lleva primero al imponente palacio, donde Leocadia y Lorenzo se enfrentan en un duelo verbal cargado de furia contenida. La postiza, como siempre fría y calculadora, confiesa que fue ella quien permitió que su hija Ángela se marchara con Curro. La reacción de Lorenzo es inmediata: gritos, gesticulaciones y palabras hirientes que buscan quebrarla. Leocadia, con su habitual serenidad cortante, le explica que conocía a Ángela mejor que nadie: como un gato panza arriba, que necesita encontrar su propio camino para sobrevivir. La postiza le advierte que a veces es necesario perder pequeñas batallas para ganar la guerra, dejando a Lorenzo rojo de ira y al borde de la explosión. Con un tono grave y amenazante, él le recuerda que es un enemigo sin escrúpulos y que ambos están jugando con fuego.
Mientras tanto, en el patio, la rutina del servicio continúa, aunque con tensiones latentes. Teresa Vera y María Fernández tienden la ropa y, entre conversaciones y susurros, especulan sobre quién podría ocupar el puesto de ama de llaves tras la ausencia de Petra. Sus deseos parecen coincidir en Pía, quien aparece en ese momento escuchándolas atentamente. Con voz firme, les comunica que no tiene intención de volver a trabajar como ama de llaves, prefiriendo seguir siendo doncella. Explica que su decisión está motivada por su rechazo a colaborar con Ballesteros, a quien culpa de la partida de Ricardo de la Promesa, y les advierte con serenidad que no propongan su nombre nuevamente.
En la cocina, el episodio adquiere un tono más tierno con la aparición de Adriano y Martina bajando con los bebés. Las cocineras los reciben con afecto y Adriano aprovecha la oportunidad para confesar su vulnerabilidad: desde la partida de Catalina, pensó que no podría seguir adelante, pero ahora siente que, gracias a la ayuda de todos, puede mantener la esperanza y mirar al futuro con determinación. Candela lo anima y él sonríe con gratitud, consciente de que rodearse de personas leales es la clave para superar la adversidad.

El episodio también muestra las tensiones en el hangar, donde Toño y Enora discuten nuevamente. Manuel, cansado de sus riñas constantes, interviene con firmeza, recordándoles que no se puede mezclar lo personal con lo profesional y que la empresa no puede pagar las consecuencias de sus conflictos. Aunque ambos se disculpan, Manuel deja claro que cualquier repetición de esta conducta será sancionada, estableciendo límites que buscan proteger a todos de una caída inevitable.
En otra parte del palacio, Petra enfrenta sus propias batallas internas. Sus manos doloridas y el agotamiento físico y emocional la abruman. María Fernández llega para apoyarla y juntas se disponen a limpiar las ventanas de la habitación de Leocadia. Petra se disculpa por no poder mantener el ritmo, y las cocineras le aconsejan paciencia y cuidado, recordándole que sobreexigirse podría costarle caro. Más tarde, el padre Samuel la encuentra y, percibiendo su tristeza, le ofrece palabras de consuelo. Petra confiesa que le duele la falta de apoyo de sus compañeros ante Ballesteros, y Samuel le recuerda con sabiduría que todo acto de cuidado y entrega vuelve en forma de amor: para recibir, primero hay que dar. Una lágrima recorre la mejilla de Petra mientras asimila la enseñanza.
La historia regresa a las tensiones familiares cuando Beltrán llega con un ramo de tomillo y se prepara para cabalgar junto a Lorenzo, quien finge cordialidad mientras mantiene su habitual veneno en las palabras. Ángela presencia la escena, pero pronto el ambiente se enrarece por las humillaciones de Lorenzo y el capitán Garrapata, quien amenaza con reemplazar a los sirvientes actuales por otros más competentes para su próxima boda. La presión se hace insoportable para Ángela, que sale del salón entre lágrimas, dejando ver el dolor profundo que siente por las injusticias que presenció.
Pía y Curro, por su parte, revisan un pedido en la lavandería y conversan sobre las tensiones recientes. Curro revela su frustración ante la crueldad de Lorenzo y su dolor por lo que considera un amor imposible con Ángela. Pía, con dulzura y firmeza, lo aconseja sobre la necesidad de olvidar para poder avanzar, ofreciendo un respiro emocional en medio del caos.
Simona y Candela, decididas a esclarecer los secretos detrás de las recetas robadas, comienzan a investigar con Vera, quien muestra un plan estratégico. Juntas buscan la carpeta donde López había escondido las recetas, y finalmente la encuentran, un descubrimiento que promete cambiar la dinámica de poder en la Promesa.
Mientras tanto, Leocadia busca desahogarse en el despacho de Ballesteros, revelando su molestia ante los logros de Manuel y confesando su miedo a que la competencia eclipse su propio estatus. Cristóbal le comenta las quejas del servicio por la degradación de Petra, pero la postiza responde con frialdad que lo único que le importa es el cumplimiento de órdenes, no la aprobación de nadie.
Jacobo, en un movimiento discreto y calculado, comparte con Leocadia todo lo que ha descubierto sobre la llegada de las cartas, mientras el padre Samuel conversa con Pía para proteger a Petra de más cargas innecesarias. La tristeza de María Fernández por la ausencia de Catalina también se hace evidente, mostrando cómo la nostalgia y el cariño por los bebés revelan emociones profundas en el servicio.
La tensión alcanza su clímax cuando Lorenzo hace llamar a Curro para confrontarlo directamente sobre su desaparición y la relación con Ángela. Curro evita dar respuestas claras, pero Lorenzo no cede, disfrutando cruelmente del dolor del joven y anticipando la boda que sellará su victoria. La escena refleja el rostro más despiadado del capitán Garrapata, quien se regodea en el sufrimiento ajeno mientras Leocadia continúa moviendo los hilos desde las sombras.
El capítulo concluye con un episodio de humillaciones, secretos revelados y corazones rotos. Cada gesto y cada palabra tienen un peso, y cada silencio oculta verdades que esperan ser descubiertas. La tensión, la venganza y la lucha por el poder se mezclan en un cóctel que mantiene al espectador al borde del asiento, dejando la sensación de que, en La Promesa, nada es lo que parece y cada acción tiene consecuencias que pronto se manifestarán.
En resumen, el episodio 713 de La Promesa es un torbellino de emociones, confrontaciones y decisiones que cambian para siempre la dinámica entre los personajes. Entre secretos familiares, rivalidades y pequeños actos de bondad, la historia sigue mostrando que cada palabra y cada gesto tiene un precio, y que la lealtad, la justicia y el amor verdadero siempre encuentran su camino, incluso entre la oscuridad de la traición y la crueldad de quienes buscan controlar el destino de los demás.