LA PROMESA: Enora Detenida por la Guardia Civil (Capítulo 703)

Bueno, bueno, bueno, agarraos fuerte porque lo que se nos viene encima en La Promesa es de traca

En el capítulo 703 de La Promesa, la tensión alcanza niveles insospechados. Desde el primer momento, la historia nos golpea sin piedad: Toño y Manuel, ambos dolidos y traicionados, se enfrentan finalmente a Nora. Tras haber confiado ciegamente en ella y entregarle todo, descubren que la respuesta de Nora ha sido una traición directa. Esa frase, “Tú nos has traicionado y nos has engañado”, no es solo un comentario más; es el detonante que encenderá todos los conflictos del episodio. La desconfianza impregna cada rincón, y los secretos que hasta ahora flotaban a medias empiezan a salir a la luz. La atmósfera se siente densa, cargada de recelo, y se intuye que alguien del servicio está al borde de ser descubierto: la supuesta enfermedad que había protegido a esa persona ya no engaña a nadie, y la tensión promete estallar de forma inminente.

Leocadia, como siempre, es implacable. No se ha tragado ni una sola palabra sobre la “recuperación milagrosa” de Petra del Tanos. Su instinto, siempre certero, le grita que algo huele a podrido, y no descansará hasta desentrañar la verdad. Para ello, recurre a Cristóbal, su aliado de confianza. La orden que le da es clara y rotunda: vigilar a Petra sin descanso, presionarla hasta que cometa un error, y obligarla a confesar. La paciencia de Leocadia se ha agotado, y deja claro que no tolerará más mentiras. La cuenta atrás ha comenzado para Petra, y cada movimiento de Leocadia está diseñado para que no quede ni un resquicio de engaño.

Pero la presión no se limita a la nobleza; abajo, en la cocina, la tensión se corta con cuchillo. Simona y Candela, quienes habían cuidado de Petra con buena fe, se sienten ahora traicionadas. La sensación de haber sido utilizadas rompe la confianza y planta una semilla de rencor difícil de erradicar. La relación entre ellas empieza a resquebrajarse; la frustración de Simona es palpable, mientras que Candela, siempre atenta, recuerda que nunca creyó del todo la historia del tobillo. Sus comentarios, lejos de aliviar la tensión, la exacerban, dejando claro que la guerra contra Petra no solo involucra a Leocadia, sino que también amenaza con dividir al servicio por completo.

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El capítulo avanza hacia el segundo acto, donde las máscaras caen y las confrontaciones salen a la luz. No hay más susurros ni miradas furtivas; todo se dice de frente, y las palabras cortan como cuchillos. La relación de Jacobo y Martina, que parecía estable, empieza a desmoronarse con una conversación en el jardín que revela diferencias profundas: Jacobo se siente invisible y abandonado, mientras que Martina está absorbida por el patronato y los niños de Catalina y Adriano. Este desajuste plantea la pregunta: ¿es su distancia consciente o un escape inconsciente de la realidad?

Mientras tanto, Manuel y Toño, que habían apostado todo por Enora, ahora la tienen contra las cuerdas. La joven no encuentra escapatoria; se enfrenta a quienes ha engañado y decepcionado profundamente. Finalmente, se rinde y pronuncia una frase devastadora: “Si queréis denunciarme a la Guardia Civil, lo entenderé”. Aquí no hay lucha ni justificación, solo aceptación de culpa. Surge la duda: ¿es un arrepentimiento genuino o su última táctica para despertar lástima?

Leocadia no pierde tiempo. Con Petra en el punto de mira, centra ahora su atención en Ángela y su noviazgo con Curro. Sabe que algo no encaja y somete a Curro a un interrogatorio exhaustivo, buscando desentrañar todos los secretos que podrían afectar a su hija. Con su ingenio característico, Leocadia demuestra que detecta la farsa detrás de la relación entre Ángela y Beltrán, burlándose de la pretensión del capitán Lorenzo con una frase que destila ironía y verdad: “Entre Ángela y Beltrán hay menos pasión que entre dos piedras de un bancal”.

Toda esta presión y confrontaciones desembocan en el tercer acto, con dos revelaciones que sacuden los cimientos de La Promesa. La primera ocurre en la cocina, cuando Doña Pía detecta que María Fernández no está bien. Con su mezcla de autoridad y afecto, la hace confesar, y la bomba estalla: María está embarazada. En un entorno donde ser doncella soltera y estar encinta es una catástrofe social, esta noticia pone a María en una vulnerabilidad extrema, enfrentándola a la vergüenza y al riesgo de quedarse sola.

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Casi simultáneamente, Ángela alcanza su límite. Incapaz de mantener la farsa de su compromiso, busca a Curro y le confiesa la verdad: el matrimonio con Beltrán no es un asunto de conveniencia, sino un chantaje. El capitán Lorenzo, usando un secreto que podría destruirla, la obliga a casarse. El cinismo del capitán, que se presenta como protector mientras ejerce su control, deja a Ángela aterrada. Curro, lejos de quedarse paralizado, elabora un plan valiente y arriesgado: propone que Ángela finja interés por Beltrán para hacer que Lorenzo baje la guardia y preparar un contraataque desde las sombras. La estrategia es brillante, pero peligrosísima para la salud mental de Ángela, que se enfrenta a tener que acercarse al hombre que la amenaza mientras mantiene una actuación convincente.

La reacción de Ángela ante el plan de Curro lo dice todo: un simple “¿Qué?” encapsula sorpresa, incredulidad y pánico ante la magnitud del riesgo que implica. La pregunta que queda en el aire es inevitable: ¿funcionará el plan, o acabará desatando la ira del capitán y provocando un desastre aún mayor? El episodio termina con esta tensión al máximo, dejando claro que la partida de ajedrez más peligrosa de La Promesa acaba de comenzar, y que el jaque mate aún está por definirse.

En definitiva, el capítulo 703 se convierte en un torbellino de revelaciones, traiciones, estrategias y secretos. Desde las confrontaciones de Toño y Manuel con Nora hasta la presión de Leocadia sobre Petra y Curro, y la confesión de María y Ángela, cada escena intensifica la intriga. La desconfianza y la tensión recorren todos los pasillos de La Promesa, mientras los personajes se enfrentan a sus peores miedos y a situaciones que pondrán a prueba su ingenio y coraje. Con secretos al descubierto, alianzas quebradas y estrategias audaces, este episodio promete cambiar la dinámica de la historia para siempre, dejando a todos los espectadores al borde del asiento.