La Promesa: Martina desenmascara a Jacobo: el impostor que secuestró a Catalina
Martina desenmascara a Jacobo: el impostor que secuestró a Catalina
El escándalo estalla en La Promesa con una revelación que sacude los cimientos de la noble familia Luján. Martina, decidida y con el corazón roto, rompe su compromiso delante de toda la aristocracia reunida, acusando públicamente a su prometido de haberla humillado. Lo que parece un drama amoroso pronto se transforma en una pesadilla criminal que nadie vio venir.
Jacobo, el hombre que todos creían conocer, resulta ser un impostor. Detrás de su rostro elegante se esconde Esteban Márquez, un estafador sin escrúpulos que había suplantado una identidad para infiltrarse en la familia y robarles. Sus crímenes van más allá del engaño amoroso: chantaje, fraude y, lo más terrible, el secuestro de Catalina, la prima desaparecida de Martina.
La tensión crece en el palacio mientras las máscaras caen una por una. Alonso, furioso, exige que el impostor abandone La Promesa, pero Esteban no se deja intimidar. Con una sonrisa venenosa, amenaza con revelar los secretos más oscuros de la Marquesa Cruz, insinuando su implicación en la misteriosa muerte del Barón de Linaja. El chantaje está servido.
Martina, rota pero valiente, se apoya en Curro, quien se convierte en su aliado y protector. Juntos deciden desenmascarar la verdadera identidad del impostor. Su investigación los conduce a un hallazgo aterrador: en la habitación de Jacobo descubren un pasaporte con el nombre “Esteban Márquez” y una serie de cartas firmadas por un tal R.G., cómplice del impostor. En esas cartas se menciona al “verdadero Jacobo”, internado en un sanatorio de Carabanchel, y se revela que la desaparición de Catalina fue consecuencia de haber descubierto la verdad.
Martina apenas puede creer lo que lee. El hombre con quien iba a casarse no solo había mentido sobre su identidad, sino que también habría ordenado el secuestro de su propia prima. Curro y ella deciden actuar con inteligencia: crean una carta falsa haciéndose pasar por R.G., su supuesto socio, amenazando con traicionarlo y revelar lo del sanatorio y lo de Catalina. La carta logra su cometido.
A la mañana siguiente, Esteban explota en furia. El impostor, ahora acorralado, pierde el control y muestra su verdadero rostro. En un arranque de pánico y rabia, enfrenta a Martina, exigiéndole respuestas. Pero Curro llega justo a tiempo, llamándolo por su verdadero nombre: Esteban Márquez. El impostor entiende entonces que todo se ha derrumbado. La Guardia Civil irrumpe en el palacio, alertada por el Marqués, y lo arresta entre gritos y amenazas.

Catalina, milagrosamente viva, reaparece al poco tiempo. Está destrozada pero libre. Su testimonio confirma lo que Martina y Curro temían: Esteban la había mandado secuestrar para mantenerla callada. La revelación conmociona a todos. El marqués Alonso se siente devastado por haber permitido que semejante criminal se colara en su casa, y Cruz, pálida y temblorosa, comprende que sus propios secretos podrían ser los siguientes en salir a la luz.
En la escena final, Martina enfrenta a Esteban esposado. Lo mira con una mezcla de desprecio y alivio antes de pronunciar las palabras que lo destruyen:
—“Solo siento asco de ti. Has sido lo peor que me ha pasado en la vida.”
El impostor la observa con una sonrisa amarga y murmura su amenaza final: “Esto no ha terminado, Martina. Volveré.”
La Guardia Civil lo arrastra fuera del salón mientras el silencio vuelve a caer sobre el palacio. Catalina abraza a Martina, y Curro las observa, sabiendo que, aunque el peligro inmediato ha pasado, el eco de lo sucedido marcará para siempre a la familia.
La Promesa parece a salvo… pero todos saben que la calma es engañosa. Los secretos del pasado aún no han sido revelados, y la sombra de Esteban Márquez promete volver a nublar los cielos de la finca.
¿Ha terminado realmente la pesadilla, o este es solo el principio del capítulo más oscuro de La Promesa?