LA VERDAD SALE A LA LUZ: TRES MUJERES, UNA ASESINA || CRÓNICAS de #LaPromesa #series

La historia de La Promesa alcanza uno de sus puntos más oscuros y reveladores en este capítulo, donde la verdad sobre los asesinatos que han marcado la vida de varias familias finalmente sale a la luz. Después de 670 capítulos llenos de secretos, traiciones y venganzas, el público descubre que detrás de la muerte de tres mujeres se encuentra la fría y calculadora Leocadia de Figueroa, cuya ambición y sed de poder no conocen límites. Este episodio no solo confirma su culpabilidad, sino que también expone los motivos, manipulaciones y alianzas que han sostenido toda su trayectoria criminal a lo largo de los años.

El primero de estos crímenes ocurre años atrás con doña Carmen, la primera esposa del marqués Don Alonso y madre de Tomás y Catalina. Era una mujer discreta, pero de enorme importancia en los orígenes de la historia de la promesa. Su muerte no fue un accidente ni un crimen pasional, sino una acción planificada por Leocadia bajo la presión y promesa de beneficio por parte de su amiga de juventud, doña Cruz Izquierdo. Cruz, consciente de que doña Carmen se interponía en sus ambiciones de casarse con el marqués, decide no mancharse las manos y delega en Leocadia la ejecución del asesinato. Movida por la ambición, la joven Leocadia cumple con la misión, confiando en que recibiría recompensas como títulos, una posición social elevada e incluso un matrimonio ventajoso. Sin embargo, la realidad no fue la esperada: Cruz nunca le devolvió el favor prometido, dejando a Leocadia frustrada y traicionada.

El segundo crimen se centra en Dolores, la doncella que se convirtió en la madre biológica de Curro y Hann. Dolores era el verdadero amor del marqués Don Alonso, quien la había cuidado y acompañado en silencio durante años. Cuando quedó embarazada, se convirtió en un obstáculo inesperado para los planes de Cruz. Una vez más, Leocadia intervino, buscando asegurarse de que Cruz obtuviera el control total sobre el marqués y, al mismo tiempo, esperar algún beneficio personal. En esta ocasión, Leocadia no actuó sola: solicitó la ayuda de su amante de entonces, el varón de Linaja, Juan Izquierdo, padre de Cruz. Juntos organizaron la famosa batida en el bosque, un operativo que culminó con la muerte de Dolores, el secuestro de su hijo Marcos —quien luego fue rebautizado como Curro— y la desaparición de Hann. Esta acción selló su segunda víctima y cimentó su reputación como asesina despiadada, dispuesta a eliminar cualquier obstáculo que se interpusiera entre ella y su ambición.

El tercer y último crimen de la serie es el asesinato de Hann Expósito, quizás el más doloroso para los espectadores. Hann, conocida y querida por la audiencia, estaba viviendo el inicio de su historia de amor con Manuel y esperando un hijo. Sin embargo, su vida fue arrebatada de manera cruel por Leocadia, quien la utilizó como instrumento de venganza y manipulación. La decisión de asesinar a Hann fue el resultado de una planificación meticulosa: Leocadia buscaba no solo eliminar a Hann, sino también incriminar a Cruz, su antigua amiga, asegurándose de que fuera la responsable de la tragedia. Esta jugada maestra consolidó su control sobre el palacio y la posición de poder que tanto anhelaba, convirtiéndose en la marquesa postiza mientras los demás permanecían ajenos a sus crímenes.

El ascenso de Leocadia como figura central de intriga y terror dentro del palacio está marcado por su capacidad de manipular, mentir y ejecutar con precisión sus planes. Desde su regreso al palacio de los Luján, tras veinte años de ausencia, Leocadia confronta a Cruz directamente, anunciando su intención de vengarse y llevar a cabo su venganza sin titubeos. Su objetivo final no era solo tomar el control del palacio, sino también eliminar a quienes representaban una amenaza para su ambición: Hann, Dolores y doña Carmen, dejando un rastro de dolor y muerte que transformó para siempre el destino de todos los involucrados.

Este capítulo revela que, detrás de la fachada de madre coraje y protectora, Leocadia ha sido durante décadas una figura calculadora, capaz de eliminar a cualquiera que se interponga en su camino. Su historia está marcada por traiciones, alianzas secretas y crímenes meticulosamente planificados, donde cada acción está guiada por el deseo de poder y venganza. La audiencia puede apreciar cómo la combinación de inteligencia, frialdad y ambición extrema ha permitido a Leocadia ejecutar sus planes sin ser descubierta hasta ahora.

Sin embargo, el equilibrio de poder empieza a mostrar grietas. Curro comienza a hacer preguntas, desafiando la narrativa oficial y buscando respuestas sobre la desaparición y muerte de su madre y su hermana. Ángela, por su parte, empieza a notar inconsistencias en la versión que su madre, Leocadia, le ha dado durante años. La tensión aumenta a medida que los secretos empiezan a salir a la luz y la verdad sobre los tres asesinatos comienza a desenmascarar a la asesina, poniendo en riesgo su posición y su control sobre el palacio.

La revelación de estos crímenes, después de más de dos años y medio de espera, no solo confirma la culpabilidad de Leocadia, sino que también expone la red de manipulaciones y traiciones que la ha sostenido. Cada víctima representa un eslabón en la cadena de ambición y venganza que define a la protagonista: doña Carmen como el primer obstáculo para los planes de Cruz; Dolores, la doncella y madre de Curro y Hann, como víctima de la manipulación y los celos; y finalmente Hann, cuya muerte simboliza la culminación de una venganza personal y estratégica de Leocadia.

Lo escalofriante de esta historia no es solo la frialdad de los asesinatos, sino también la planificación y la meticulosidad con la que Leocadia llevó a cabo cada uno de ellos, siempre con la esperanza de obtener beneficios que nunca llegaron. Su relación con Cruz, marcada por la amistad, secretos y pactos oscuros desde Cuba, muestra cómo la traición y la ambición pueden corroer incluso los vínculos más cercanos. La capacidad de Leocadia para manipular a quienes la rodean, desde aliados hasta amantes, refleja una astucia que la convierte en uno de los personajes más complejos y peligrosos de la serie.

En conclusión, el spoiler del capítulo revela una verdad que la audiencia llevaba esperando más de 670 capítulos: tres mujeres asesinadas, un patrón de venganza y manipulación, y la implacable ambición de Leocadia de Figueroa. Mientras ella pasea por el palacio con Cruz en la cárcel y Don Alonso ciego ante los crímenes, la tensión aumenta, y la pregunta final resuena en el aire: ¿pagará Leocadia por todo lo que ha hecho? Con Curro cuestionando y Ángela observando grietas en la historia de su madre, el futuro de la asesina parece estar lleno de amenazas y posibles consecuencias. La verdad finalmente ha salido a la luz, y la audiencia puede apreciar el alcance de la maldad, la astucia y la ambición que han definido la narrativa de La Promesa durante años.

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