LEOCADIA LOS ATRAPA: BESOS Y CONSECUENCIAS || CRÓNICAS de #LaPromesa #series
En La Promesa nada permanece oculto para siempre, y este principio se confirma con una de las revelaciones más impactantes de la historia reciente de la serie. Durante mucho tiempo, Leocadia sospechó que entre su hija Ángela y el joven Curro existía algo más que una simple amistad. Aunque en su momento logró apartar esas ideas de su mente, las circunstancias, manipuladas por el oscuro capitán Lorenzo de la Mata, la empujan a convertirse en vigilante de su propia hija. Lo que Leocadia descubre a través de la rendija de una puerta marcará un antes y un después en la trama: el beso entre Curro y Ángela.
Este hecho, aparentemente íntimo y cargado de amor, se convierte en una prueba irrefutable que dará un vuelco al destino de los personajes. El capitán Lorenzo, conocido por sus artimañas y apodado “capitán garrapata”, chantajea a Leocadia con la amenaza de revelar secretos devastadores si no consiente que su hija se case con él. La presión es brutal: Lorenzo está dispuesto a contarle al duque de Carvajaliz y Fuentes, don Lisandro, que Ángela mantiene un romance con un “bastardo”. Y en el contexto social de 1916, esa palabra no es un simple insulto, sino dinamita pura que puede destruir la reputación de una familia entera.
De esta manera, Leocadia, empujada por el miedo y la coacción, comienza a actuar como una espía dentro de su propio hogar. Ya no se mueve con la intención de proteger a su hija, sino de salvarse a sí misma de las garras de Lorenzo, quien además la acorrala con insinuaciones de que conoce su implicación en la muerte de Jana. La obsesión de Leocadia por obtener pruebas se materializa cuando sorprende a Ángela y Curro en pleno beso, confirmando todas sus sospechas. Para ella no hay margen de duda: su hija está enamorada del joven que siempre despreció por su origen.
La escena del beso será un momento clave en la serie. Por un lado, representa la entrega de Ángela a Curro en un amor sincero y lleno de ilusión. Por otro, simboliza la sentencia que Leocadia dicta en silencio sobre ambos. La postiza queda devastada al confirmar lo que intuía, pero también se enfrenta a un dilema terrible: ¿usará esa información para doblegar a su hija y forzarla a aceptar el matrimonio con Lorenzo, o mantendrá en secreto lo que ha visto arriesgándose a que todo estalle?
El chantaje de Lorenzo coloca a Leocadia contra la pared. Si revela el secreto, no solo destruye el amor de Ángela y Curro, sino que también entrega a su hija a un hombre mayor, despreciado y obsesionado con casarse a toda costa. Si decide ocultar la verdad, se expone a que Lorenzo actúe por su cuenta, desatando un escándalo que podría arruinar a toda la familia. La trama se convierte así en un juego de ajedrez en el que cada movimiento tiene consecuencias devastadoras.
Lorenzo, por su parte, sigue afilando sus garras. Su estrategia es clara: humillar a Leocadia, demostrarle que no tiene escapatoria y forzarla a abrirle las puertas del altar. Sin embargo, la gran incógnita es hasta dónde estaría dispuesto a llegar el capitán para conseguir esa boda imposible. ¿Revelaría un escándalo que, en parte, también podría salpicarlo? Su ambición parece no conocer límites, y su presión constante mantiene a Leocadia en un estado de pánico y sumisión.
Lo más trágico de esta situación es que Leocadia, lejos de priorizar el bienestar de su hija, se preocupa más por proteger su propia reputación y por evitar que se descubran sus secretos más oscuros. Ángela, convertida en víctima de esta red de chantajes, se encuentra atrapada entre el amor puro que siente por Curro y las imposiciones de una madre que parece más enemiga que protectora. La tensión aumenta al saber que lo visto por Leocadia puede convertirse en la herramienta que incline la balanza hacia una boda forzada con Lorenzo.
El dilema se intensifica cuando consideramos las posibles decisiones de Leocadia. Puede utilizar lo que ha presenciado para manipular a Ángela, recordándole que la ha sorprendido en un acto considerado pecado en esa época, un beso clandestino con un bastardo. También puede ocultar lo ocurrido, arriesgándose a que Lorenzo descubra la verdad por otros medios. Ninguna opción es sencilla y ambas arrastran consecuencias dolorosas.
El futuro de Curro y Ángela pende de un hilo. Su amor clandestino, marcado desde el inicio por la desaprobación social, ahora se enfrenta a una amenaza mayor: la mirada vigilante de Leocadia y la ambición enfermiza de Lorenzo. Para proteger a Ángela, Curro deberá enfrentar no solo al capitán, sino también a la sombra de una madre dispuesta a sacrificar todo con tal de salvarse.
La tensión narrativa crece episodio tras episodio. Todo indica que el camino de Curro lo llevará a enfrentarse directamente con Lorenzo, en lo que podría convertirse en el jaque mate definitivo al capitán garrapata. El beso que Leocadia presencia no es solo un gesto de amor juvenil, sino la chispa que enciende un conflicto mayor, una guerra de poder, chantajes y secretos que amenazan con arrasar la vida de todos los involucrados.
La pregunta que queda abierta es inevitable: ¿qué pasará ahora que Leocadia sabe la verdad? Lo único seguro es que La Promesa nos llevará a vivir un torbellino de emociones, donde los besos no son solo muestras de afecto, sino detonantes de tragedias, traiciones y consecuencias que cambiarán el rumbo de la historia.