LLEGA MARGARITA: DOS REINAS, UN SOLO TRONO EN LA PROMESA || CRÓNICAS de La Promesa Series

✨ En La Promesa, las batallas más feroces no se libran con espadas, sino con miradas ✨

En La Promesa, los enfrentamientos no siempre necesitan sangre ni acero. A veces, basta una mirada para desatar una guerra, y eso es exactamente lo que está a punto de ocurrir cuando doña Leocadia de Figueroa, la temida “postiza”, cruce los ojos con Margarita Yopis, la mujer que regresa al palacio dispuesta a reclamar lo que es suyo. Dos fuerzas imponentes, dos personalidades tan diferentes como peligrosas, están a punto de colisionar en un duelo que no dejará piedra sobre piedra.

Por un lado, Leocadia representa el engaño, la manipulación y la supervivencia a cualquier precio. Ha gobernado el palacio sin trono ni corona, pero con un poder más real que cualquier título: el dominio absoluto sobre las personas. Su arma no es la espada, sino la palabra; no gobierna con leyes, sino con miedo. Durante meses, ha movido los hilos de La Promesa a su antojo. Ha convertido a su hija Ángela en una pieza dentro de su tablero de ambiciones, ha manipulado al servicio con amenazas veladas y, lo más peligroso de todo, ha conseguido someter al propio marqués de Luján, don Alonso, quien debería ser la autoridad máxima del palacio.

Con sutileza venenosa, Leocadia ha conseguido infiltrarse en cada rincón del poder. Le susurra a Alonso palabras que lo hacen dudar, lo envuelve en culpa y compasión, y cuando él vacila, ella actúa. Así, la postiza ha reinado en la sombra, dictando órdenes, alterando decisiones y manejando los destinos de todos a su antojo. El palacio ha sido su reino personal, su fortaleza y su tablero. Pero ese imperio construido sobre la mentira está a punto de tambalearse, porque una nueva reina ha regresado al juego.

La Promesa: Cruz insinúa a Lorenzo que mate a Margarita

Desde tierras lejanas, Margarita Yopis, la célebre Naranjera de Valencia, vuelve al hogar que un día dejó atrás. Viuda del hermano menor del marqués y madre de Martina, Margarita es todo lo que Leocadia no: elegante, astuta, noble y dueña de una presencia que impone respeto sin necesidad de levantar la voz. En el pasado se marchó a Canadá con sus hijos, dejando atrás el caos de La Promesa, pero ahora regresa con un objetivo claro: restaurar el orden y recuperar el control de la familia Luján.

Su regreso no pasa desapercibido. Las redes arden, los rumores vuelan. “¡Margarita vuelve para poner a la postiza en su sitio!”, dicen los fans. Y no les falta razón. Porque si alguien puede hacer temblar a Leocadia, esa es ella. Margarita no necesita artimañas ni manipulaciones. Le basta con su apellido, con su porte y con esa mirada imperturbable que puede desmontar a cualquiera con una sonrisa.

Cuando ambas mujeres compartan el mismo techo, La Promesa volverá a temblar. Porque dos reinas no pueden gobernar un mismo trono, y una de ellas tendrá que caer.

El primer encuentro entre Leocadia y Margarita será un auténtico duelo silencioso. No harán falta gritos: la tensión se respirará desde el primer instante. Las miradas hablarán más que las palabras, los gestos serán dagas disfrazadas de cortesía. Una domina a través del miedo; la otra, con elegancia y presencia. Pero ambas saben que la otra es peligrosa. Ambas entienden que el poder es un juego que solo admite una ganadora.

Leocadia intentará mantener el control, confiada en su lengua afilada y su experiencia en manipular voluntades. Sin embargo, Margarita no es Eugenia Izquierdo, aquella pobre mujer que terminó cayendo en la trampa de la postiza y de Lorenzo de la Mata. Margarita es otra liga. Su mente es fría, su estrategia impecable y su temple inquebrantable. Donde Eugenia flaqueó, Margarita resistirá. Donde otros temblaron, ella avanzará.

Y no llega sola. Margarita trae consigo información, aliados del pasado y secretos que pueden poner en jaque a más de un noble. Su relación con figuras como Lorenzo de la Mata o el duque de Carril amenaza con reabrir heridas antiguas y desenterrar tramas de corrupción que muchos creían enterradas. Además, su regreso puede alterar el equilibrio de todo el palacio: Catalina, su sobrina, por fin tendrá una aliada con experiencia; Martina, su hija, quizás recupere el rumbo tras meses de inestabilidad emocional; y don Alonso, acorralado por la influencia de Leocadia, podría volver a erguirse como el verdadero señor de La Promesa.

Margarita tiende una trampa a una Cruz cada vez más acorralada en 'La  Promesa'

En este tablero de reinas, cada pieza contará. Margarita juega con la astucia de una mujer que ha visto demasiado, mientras Leocadia intentará defender su trono con las uñas. El aire en el palacio se volverá denso, las miradas se cruzarán con veneno, y cada frase será un movimiento calculado.

La guerra no será abierta, sino silenciosa. No habrá espadas, pero sí palabras que cortan más hondo que el acero. No habrá sangre, pero sí heridas de orgullo que tardarán en sanar.

Y mientras el público contiene la respiración, aguardando el choque definitivo, el destino de La Promesa quedará suspendido en un hilo. Porque cuando Margarita y Leocadia se enfrenten, el palacio se convertirá en un campo de batalla disfrazado de salón. Y lo que está en juego no es solo el poder, sino el alma misma de quienes lo habitan.

Una reina ha reinado demasiado tiempo en la oscuridad. La otra regresa para devolver la luz.
Pero en La Promesa, nada es tan simple.
A veces, la justicia tiene rostro de venganza.
Y cuando estas dos mujeres choquen, la casa de Luján arderá sin necesidad de fuego.

Prepárense, porque el regreso de Margarita Yopis promete ser el acontecimiento más impactante del año. Su llegada no solo traerá nuevos secretos, sino que reordenará todo el tablero del poder. Y mientras la postiza intenta mantener su reinado, la verdadera dama del linaje Yopis se alzará, dispuesta a recordarle a todos quién manda en La Promesa.

El duelo está servido.
El trono tiembla.
Y la pregunta que resuena entre los muros del palacio es inevitable:
¿quién ganará esta guerra sin armas… pero con miradas que matan?