En esta entrega de Sueños de Libertad, los capítulos 399 y 400 se desarrollan en un ambiente cargado de tensión y revelaciones que golpean con fuerza a los protagonistas. Lo que parecía un conflicto corporativo en la fábrica se transforma en una tormenta personal que desgarra a Damián, enfrentándolo a verdades insoportables.

La historia arranca en la casa de Don Pedro, donde Tasio, con el semblante serio, informa al patriarca de la moción de censura que se presentó en la fábrica. Pedro reacciona incrédulo, queriendo saber cómo se llevó a cabo todo. Tasio le cuenta que Marta ganó la votación con su apoyo, porque cree sinceramente en sus capacidades de liderazgo. Sin embargo, la joven rechazó el cargo, argumentando no estar emocionalmente preparada para asumir tal responsabilidad. Ante esa negativa, Gabriel sugirió una comisión neutral que él mismo podría dirigir, pero Tasio rechazó la idea. Solo estaba dispuesto a aceptar el regreso de Marta, y al no ser posible, se retira de cualquier otro acuerdo.

Pedro, en silencio, escucha hasta que agradece a Tasio su firmeza. La conversación se ve interrumpida por la llegada de Damián, quien con sarcasmo dice visitar al patriarca. Pedro lo acusa de promover la moción de censura. Damián responde que intentó evitarlo, pero que la obstinación de Pedro lo dejó sin salida. El tono sube y Tasio intenta apaciguar las aguas. En un giro inesperado, Pedro anuncia que ha decidido apartarse de la lucha por la dirección, aunque subraya que mantiene el derecho de nombrar a su sucesor. De manera tajante, designa a Tasio como nuevo director. El silencio envuelve la habitación: Damián no da crédito a lo que escucha, mientras Pedro insiste en que así el mando permanece en manos de la familia.

Mientras tanto, Digna toma una decisión que marcará a todos: confiesa a Damián que ella es la responsable de la muerte de Jesús. El hombre queda destrozado, recordando los momentos compartidos con ella y el amor que alguna vez existió. Entre lágrimas, duda entre llamar a la Guardia Civil o rendirse al dolor. La memoria lo arrastra al día de su boda, cuando Jesús lo obligó a cancelar todo para recuperar el puesto en la empresa. El sufrimiento lo desborda y Manuela lo encuentra en ese estado. Intenta consolarlo, pero él, consumido por la rabia, grita que todo está perdido, desata su furia en el despacho y se marcha tambaleante.

Al día siguiente, en la casa de los Merino, Digna regresa tras pasar la noche fuera. Sus hijos, preocupados, la reciben con preguntas. Joaquín la presiona hasta que ella revela haber confesado la verdad a Damián. Con voz cargada de remordimiento, relata los últimos momentos de Jesús, su miedo y el infierno vivido junto a Pedro. Joaquín y Luis temen que Damián la denuncie, pero ella asegura que ya no le importa: al fin su conciencia está en paz. Reconoce que su mayor error fue callar aquella noche fatídica.

Por su parte, Gabriel es llamado por Don Pedro. El patriarca le entrega oficialmente su renuncia como director, cediendo el mando a Tasio. En ese encuentro, Pedro reflexiona sobre la pérdida de su hijo Mateo y arremete contra Damián, acusándolo de haber dejado morir en vida a Bernardo, el padre de Gabriel. Le habla de unas cartas en las que Bernardo suplicaba ayuda y que Damián ignoró. Gabriel queda intrigado y furioso. Sospecha que María filtró esa información, pero ella lo niega. Le advierte que alguien más dentro de la familia está jugando en las sombras, anticipándose a todos sus movimientos.

En paralelo, Digna, decidida, planea enfrentar a Pedro por última vez. Sus hijos intentan detenerla, recordándole que no está sola, que tiene a Julia y a toda su familia. Ella responde con tristeza que lo que más le duele es que cuando sepan la verdad sobre su padre, sus corazones se romperán. Parte sola hacia lo que podría ser su último encuentro, dispuesta a que Pedro la mire a los ojos y entienda que la ha perdido para siempre.

En la fábrica, mientras tanto, Joaquín recibe la noticia de un comprador interesado en los terrenos. La oferta supera las expectativas y la familia celebra: por fin podrán financiar la expansión sin perder participación. Gabriel se sorprende al conocer la rapidez de la operación. Joaquín le muestra los documentos y le pide contactar al abogado. Aunque Gabriel aparenta satisfacción, por dentro siente cómo sus planes empiezan a tambalear.

Más tarde, Joaquín agradece a Damián y a Miguel Vaca el apoyo recibido, pero pregunta si ya informaron a Tasio sobre la propuesta de Gabriel. La respuesta de Damián es contundente: no hace falta, porque Pedro ya nombró oficialmente a Tasio como sucesor. Joaquín y Andrés no entienden los motivos del patriarca, mientras Damián sentencia con frialdad que lo hizo solo para dañarlo y dividir a la directiva. En ese instante, queda sellado el futuro: Tasio es el nuevo director de Perfumerías De la Reina.

Entre confesiones, traiciones y decisiones irrevocables, estos capítulos dejan a Damián roto por dentro, enfrentado a la verdad sobre Digna y consumido por los juegos de poder de Pedro. Lo que parecía una lucha por la empresa se convierte en una batalla emocional que redefine el destino de todos.