Sueños de Libertad “Gabriel Amenazado” Capítulo 421

Hola a todos los amantes de la serie Sueños de Libertad. Bienvenidos a más un avance exclusivo

En el próximo episodio, Gabriel se encuentra atrapado en un juego de tensiones con María, sin opción más que continuar trabajando a su lado. La pregunta que surge es clara: ¿podrá María alterar los planes cuidadosamente trazados por Gabriel o terminarán sus estrategias enfrentadas? La escena se abre en la imponente casa de la familia Reina. María está junto a Manuela, cuando de repente Gabriel aparece en el umbral de la puerta. Su mirada se detiene en ella, un instante cargado de sorpresa y algo de incredulidad.

—Me ha parecido verte de pie —dice Gabriel con asombro.

María, con una serenidad calculada y una leve sonrisa, responde:

—He recuperado la sensibilidad en las piernas.

Gabriel suelta un irónico “no me digas”, su voz cargada de sarcasmo, pero ella continúa explicando que, desde la explosión, se sometió a pruebas médicas que le permitirán caminar de nuevo. Gabriel sonríe, con un dejo de malicia: “Eso hay que celebrarlo”, comenta, mientras Manuela, notando la atención que ambos se prestan, decide retirarse discretamente, cerrando la puerta tras de sí.

Avance semanal de 'Sueños de libertad': el embarazo de Begoña en peligro  tras un enfrentamiento con María (del 20 al 24 de octubre)

Quedando a solas, el tono de Gabriel cambia abruptamente. Su gesto se endurece, y la furia contenida se deja notar:

—Tú estás loca. ¿Cómo se te ocurre levantarte? ¿No podías esperar unos días más?

—No —responde ella con firmeza—. ¿Y por qué no?

—Porque Andrés lo sabe —contesta con resignación, y la expresión de Gabriel se transforma instantáneamente. Su sorpresa se mezcla con preocupación:

—¿Cómo que lo sabe?

María revela que Andrés descubrió que podía mover las piernas, que se levantó impulsivamente el día de la explosión para evitar que él fuera a la fábrica. Gabriel interrumpe, entendiendo que Andrés se dio cuenta de la mentira de María. Su mirada fulmina:

—¿Cómo pudiste cometer semejante error?

María baja la mirada, preocupada:

—No lo pensé. Solo quería detenerlo a toda costa; me dijo que había un problema en la caldera.

Gabriel la fulmina con la mirada:

—No me vengas ahora con excusas, María.

Ella lo enfrenta con seriedad:

—Todo esto es por tu culpa. Pensé que al contar mi mejoría estaba haciendo lo correcto, pero no todos me creyeron. Begoña sospechó, y he tenido que soportar sus reproches. Por ahora he logrado callarla.

Las palabras inquietan a Gabriel: cualquier error podría arruinarlo todo. Después de unos segundos de silencio, su voz se vuelve fría:

—Da igual lo que Begoña sospeche. Cuando Andrés despierte, él contará lo que vio.

María, firme, lo enfrenta:

—Yo contaré que tú manipulaste la caldera. Si Andrés está así, es por tu culpa.

Gabriel se llena de furia:

—No te atreverás. Sabes lo que tengo en mi poder.

—No cometas ese error —advierte ella, un paso al frente—. Jesús lo hizo y ambos salimos perdiendo, sobre todo él.

Gabriel responde con amenaza:

—No pienso echarlo todo a perder por tu culpa. Yo sé cómo resolver mis problemas. Tú encárgate de los tuyos.

María lo mira con desprecio:

—Eres un miserable. Pero para tu desgracia, yo también tengo un as bajo la manga. Bueno, más que un as, una carta.

Gabriel observa con desconfianza:

—¿Una carta? ¿De qué hablas?

María explica que Andrés recibió una carta desde Francia de Enriqueta, la hija de Remedios, quien confesaba que su madre era inocente y solo asumió la culpa por amenazas externas. Gabriel, visiblemente intrigado, intenta leer la carta, pero María se lo prohíbe:

—Está bien guardada. Si tú sacas la de Jesús, yo mostraré la de Enriqueta.

Gabriel suspira derrotado: parecen condenados a entenderse.

—Seguiremos siendo un equipo —dice María—. Más te vale pensar bien, Gabriel, ¿qué harás cuando Andrés despierte?

Gabriel guarda silencio unos segundos, luego responde con frialdad:

—No lo sé, pero si soy sincero, lo mejor sería que no despertara.

María lo mira helada:

—No vuelvas a decir eso jamás. Si Andrés no sobrevive, le contaré a todo el mundo que tú provocaste la explosión.

Gabriel, por primera vez, siente miedo. Sabe que María podría destruirlo.

Horas después, tras un chequeo médico con luz, Gabriel se encuentra con Damián. Este, preocupado, pregunta por la doctora:

—¿Qué te ha dicho?

—Que ya puedo volver al trabajo —responde Gabriel—. Me alegra saber que al menos tú te has recuperado. ¿Alguna novedad sobre mi primo?

—Ninguna —dice Damián—. Solo queda esperar y confiar en que pronto regrese con nosotros.

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Damián continúa: algunos accionistas consideran vender parte de la empresa a un inversor externo. Gabriel, aparentando interés, pregunta por la opinión de Damián, quien le responde que es precipitado, pero necesario explorar opciones en caso de que el seguro no cubra los daños. Gabriel acepta con silencio, pero tras la partida de Damián, su rostro cambia: su sonrisa amable desaparece, dejando entrever malicia, ambición y odio. Toma el teléfono y en voz baja comunica:

—Señor Brosar, tengo novedades. Perfumerías Reina busca un nuevo inversor. Por fin lo hemos conseguido.

El episodio plantea preguntas cruciales: ¿logrará María mantener a raya a Gabriel o terminará cayendo en su juego? ¿Despertará Andrés a tiempo para revelar la verdad? ¿Podrá Gabriel ejecutar su plan y entregar Perfumerías Reina a Brosar? ¿Está Damián realmente dispuesto a vender las acciones de su empresa?

Este adelanto exclusivo nos sumerge en una red de secretos, manipulaciones y alianzas inesperadas. La tensión crece, los personajes muestran sus verdaderas cartas, y la línea entre el bien y el mal se difumina. En Sueños de Libertad, cada decisión tiene consecuencias que podrían cambiarlo todo, y esta semana promete emociones extremas, traiciones inesperadas y revelaciones que pondrán a prueba la lealtad de todos.

No te pierdas ni un detalle de este episodio; la historia de Perfumerías Reina entra en una fase crítica, y cada personaje tendrá que decidir si sobrevivirá a sus propias ambiciones o sucumbirá ante la verdad.