Sueños de Libertad “Marta Amenazada” Avance Capítulo 405 #SueñosDeLibertad #SueñosDeLibertad405 #new

En el esperado capítulo 405 de Sueños de Libertad, la trama se sumerge en un torbellino emocional en el que Marta se convierte en el epicentro de las tensiones, marcada por su fragilidad, el dolor de la pérdida y la creciente amenaza que representa Gabriel. Todo comienza en la fábrica, cuando Carmen, preocupada por el estado de Marta, decide conversar con Andrés para compartirle lo que está ocurriendo. Ella le revela que durante un evento en la tienda para relanzar Pasión Oculta, Marta no estaba en condiciones de atender a las clientas porque había estado bebiendo. Aunque solo Gema y Claudia fueron testigos de la situación, Carmen tuvo que improvisar y cubrirla, evitando un escándalo.

Andrés, sorprendido y preocupado, escucha atentamente mientras Carmen le explica que incluso en la reunión con Tío, Marta tuvo que retirarse al inicio porque no se sentía bien. Carmen teme que la tristeza por la muerte de Fina esté consumiéndola y que Marta acabe hundiéndose sin remedio. Andrés, reflexivo, duda sobre si lo mejor es que Marta se tome unos días de descanso o siga trabajando, aunque Carmen insiste en que si continúa así, podría exponerse públicamente y hundirse más. Consciente de que Marta confía en su hermano, Carmen le pide a Andrés que intervenga, ya que ella no puede estar pendiente todo el tiempo. Andrés, conmovido y decidido, promete hacer todo lo que esté en sus manos para ayudarla antes de que sea demasiado tarde.

Decidido a enfrentar la situación, Andrés se acerca a Marta en su habitación. Ella, con tono melancólico, le dice que necesita tranquilidad y prefiere estar sola. Sin embargo, Andrés insiste en hablar con ella, recordándole momentos de la infancia en los que encontraba refugio en los pequeños gestos, como esconderse bajo la cama para evitar un jarabe. Marta sonríe fugazmente al evocar esos recuerdos, pero pronto admite que el dolor actual es muy distinto y mucho más profundo. Andrés trata de convencerla de que no se abandone, subrayando que aunque la pérdida de un ser querido puede hundir, lo verdaderamente difícil es seguir adelante con esperanza.

Marta, dolida, responde que tiene derecho a vivir su dolor como pueda, aunque Andrés le hace notar que ha estado bebiendo en exceso. Molesta, Marta se levanta y exige saber quién le contó eso. Al descubrir que fue Carmen, se irrita y exige que no hablen de ella a sus espaldas. Andrés insiste en que todos están preocupados y le propone incluso ver a un especialista, pero Marta lo rechaza fríamente, asegurando que nada ni nadie podrá curar lo que siente. Justo en ese momento entra Pelayo, intentando suavizar la tensión, aunque Marta, fuera de sí, les grita a ambos que la dejen en paz. Acto seguido, se marcha al salón para servirse otra copa, símbolo de su huida hacia el alcohol como único refugio.

Es allí donde aparece Gabriel, quien la aborda con un aire enigmático y aparentemente cordial, ofreciéndole un aperitivo. La conversación se torna extraña cuando hablan de la muerte de don Pedro. Marta, fría y mordaz, asegura que no lo echará de menos, describiéndolo como alguien que se aprovechaba de los demás para lograr sus objetivos. Gabriel, por su parte, lanza insinuaciones cargadas de veneno, poniendo en duda el verdadero aprecio que don Pedro pudo haber tenido entre los obreros y la junta directiva. La charla se convierte en un juego de provocaciones en el que Marta responde sin filtros, mostrándose cada vez más vulnerable bajo la influencia del alcohol.

La situación se complica aún más cuando regresa Pelayo y, con buena intención, propone salir a dar un paseo para despejarse. Marta lo rechaza de inmediato, aferrándose a la conversación con Gabriel y despreciando el gesto de Pelayo. Este último, incómodo, comenta que encargó una corona de flores para el entierro de don Pedro, algo que sorprende a Marta, quien lo descalifica con dureza, acusándolo de haber recibido apoyo de don Pedro solo por interés político.

Esa afirmación despierta la suspicacia de Gabriel. Cuando Pelayo admite, incómodo, que don Pedro sí lo apoyó en su candidatura, Gabriel comienza a atar cabos. En su mente se refuerza la sospecha de que fue Pelayo quien reveló a don Pedro la verdad sobre su padre. Una ola de resentimiento y traición empieza a crecer en él, alimentando el deseo de venganza y colocando tanto a Pelayo como a Marta en una peligrosa posición.

La tensión se eleva al máximo: Marta, consumida por el dolor y refugiándose en la bebida, se muestra cada vez más aislada y frágil. Andrés, desesperado por ayudarla, choca contra el muro de rechazo que ella levanta. Carmen, aunque intenta apoyarla, no puede con todo el peso de la situación. Y mientras tanto, Gabriel observa con frialdad la debilidad de Marta, dispuesto a usarla como pieza clave en sus planes de manipulación y revancha.

El avance del capítulo 405 deja abiertas múltiples incógnitas: ¿logrará Marta superar su duelo o caerá más hondo en el abismo del alcohol? ¿Conseguirá Andrés convencerla de aceptar ayuda antes de que sea demasiado tarde? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Gabriel para aprovechar la vulnerabilidad de Marta y sacar provecho de la tensión con Pelayo? Y sobre todo, ¿qué consecuencias traerá esta peligrosa mezcla de dolor, secretos y rencores?

Con esta entrega, Sueños de Libertad se sumerge en una trama intensa donde la fragilidad humana, la traición y la manipulación se entrelazan, anticipando un capítulo cargado de dramatismo, giros inesperados y un futuro incierto para todos los protagonistas.