UNA ESCAPADA para comenzar la VERDADERA HISTORIA || RESEÑA y ANÁLISIS de los capítulos 709-710 de #ThePromise
Título: “El eco de un amor imposible y el principio de un giro inesperado”
El viento que sopla sobre La Promesa esta semana no trae calma, sino el eco de confesiones, despedidas y nuevos comienzos que marcarán un antes y un después en la historia de sus protagonistas. El capítulo que se avecina es una joya emocional, especialmente para los que seguimos de cerca la evolución de Curro y Ángela, una pareja destinada a amarse en secreto y sufrir por ello. En medio de las intrigas, las lágrimas y las sospechas, ambos personajes se enfrentan a su propia verdad, esa que ya no puede esconderse tras las apariencias ni las normas de la finca.
El episodio comienza con una escena tan íntima como devastadora: Ángela, con la voz entrecortada, le asegura a Curro que lo respeta y lo admira, que sus sentimientos son sinceros y que el regalo que le había preparado no tenía ninguna intención oculta. Sus palabras son un intento desesperado por reparar un malentendido, por demostrar que su cariño es genuino. Pero en los ojos de Curro solo se refleja la tristeza del que ama y no puede tener, del que lleva grabado en la piel el peso de un apellido que nunca le fue justo.
La relación entre ambos se convierte aquí en el corazón palpitante del episodio. Es imposible no ver en esta “salida de dos días” algo más que una simple escapada. Es el punto de partida de una trama que, aunque los guionistas intenten disfrazar de despedida, se siente como el inicio de una verdadera historia de amor. Un amor prohibido, nacido entre los silencios y las miradas, que recuerda inevitablemente a aquel primer encuentro entre Manuel y Jana, cuando también luchaban contra lo imposible.
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Sin embargo, a diferencia de ellos, Curro y Ángela ya cruzaron la línea hace tiempo. Vivieron su amor a escondidas antes de la muerte de Jana, saborearon la felicidad y ahora cargan con la culpa y el recuerdo. Este reencuentro es más una consagración que una reconciliación. Aunque el guion nos quiera convencer de que deben separarse, el espectador siente que nunca han estado tan unidos. Y cuando los vemos compartir risas y confidencias junto a un lago, con un pato —o quizá una cigüeña— al fondo, la imagen se transforma en símbolo: el anuncio de una nueva vida.
Porque sí, todo apunta a que este viaje podría tener consecuencias irreversibles. Si algo está claro, es que de aquí puede surgir un embarazo. Un hijo que pondría patas arriba el equilibrio de La Promesa y que convertiría la historia de Ángela y Curro en el nuevo eje del drama. Él, un bastardo reconocido por todos; ella, hija ilegítima de Leocadia, pero con una dignidad que nadie podrá arrebatarle. Ambos marcados por la vergüenza de su origen, ambos destinados a repetir un ciclo de dolor que la sociedad impone.
Curro, interpretado magistralmente por Xavi Glock, se ha convertido en el alma melancólica de la serie. Su vulnerabilidad constante, sus lágrimas reprimidas, lo han transformado en una figura trágica, un hombre que parece vivir con el corazón en la mano. El público sufre con él, lo defiende y lo comprende, porque en cada escena se deja la piel. Pero en medio de su tormento, este viaje con Ángela representa una chispa de esperanza.
En el palacio, mientras tanto, la tensión sigue creciendo. La trama de las misteriosas cartas continúa enredándose. Todo indica que Martina es la verdadera autora de esas misivas que Adriano recibe en secreto. La revelación llega cuando él confiesa que las palabras de la última carta le han devuelto la paz, y Martina, con una sonrisa apenas perceptible, le pregunta si se siente mejor. La respuesta, por más evidente que sea, abre un nuevo dilema: ¿ha comenzado Martina a sentir algo por Adriano?
La historia toma un giro inesperado, porque con esta revelación los guionistas parecen haber destruido de golpe el vínculo emocional entre Adriano y Catalina, un amor que se había construido con delicadeza durante meses. Ahora todo cambia. Martina se perfila como la nueva pieza en este tablero sentimental, pero su papel aún no está del todo claro. Su comportamiento errático y su desconexión con los demás personajes la hacen parecer perdida, sin rumbo. La llegada de Margarita promete ser el detonante que la despierte de este letargo, reavivando viejas tensiones familiares y tal vez provocando un nuevo enfrentamiento con Leocadia.
Y precisamente, Leocadia no deja de mover sus hilos. Su desconfianza la lleva a investigar quién está detrás de esas cartas que supuestamente provienen de Catalina. Sabe que algo no encaja, que alguien dentro del palacio está mintiendo, y su mirada ya empieza a posarse sobre las criadas. Todo apunta a que el misterio de las cartas estallará justo cuando Margarita regrese, uniendo las tramas de los nobles y los sirvientes en una explosión de secretos.
Mientras tanto, en los pasillos del servicio, la atmósfera se vuelve más densa. Las tramas paralelas pierden fuerza, pero hay una que sigue tocando la fibra del público: la de Petra. La antigua ama de llaves continúa pagando por sus errores pasados, y aunque muchos no la perdonan, su proceso de redención está conmoviendo a todos. Enferma, débil y acosada por Leocadia y Cristóbal, Petra despierta más compasión que odio. Su figura se ha vuelto casi trágica: la de una mujer que lo dio todo por la casa y ahora es desechada sin piedad.
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Cristóbal, atrapado entre la lealtad y el deber, se convierte en instrumento de una crueldad que no comparte. La orden de despedir a Petra lo atormenta, pero no puede rebelarse. Aun así, muchos sospechan que alguien más intercederá por ella. Todo apunta a que Margarita será quien dé un paso al frente, uniendo de nuevo su destino con el de la sirvienta. Su regreso podría convertirse en el acto de justicia que Petra tanto necesita, o en el inicio de una nueva tragedia.
Y mientras el drama humano se intensifica, otras tramas menores siguen su curso. La historia de Madame Cocot —o Madame Chocolate, como algunos la llaman en tono burlón— avanza sin aportar grandes sorpresas. Las cocineras sospechan que el misterioso autor de las recetas robadas es alguien del propio servicio, quizá Santos, Vera o incluso el propio Cristóbal. Pero el misterio, lejos de añadir tensión, se siente como un respiro entre tanto dolor.
Finalmente, el episodio culmina con una escena que deja a todos con la boca abierta: Jacobo y Beltrán discuten sobre el matrimonio con Ángela. El primero, que antaño despreciaba los enlaces por conveniencia, ahora parece aprobar que su amigo se case por dinero. Este cambio repentino en su carácter desconcierta a todos y confirma lo que muchos sospechaban: Jacobo está a punto de cruzar definitivamente al lado oscuro. Su egoísmo y su ambición lo empujan hacia una transformación moral que tendrá consecuencias devastadoras.
El capítulo cierra con un sabor agridulce. Ángela y Curro se despiden sin saber que su amor, aunque prohibido, ya ha echado raíces imposibles de arrancar. Martina se enreda en un juego de sentimientos del que quizás no pueda salir sin heridas. Petra enfrenta su destino con dignidad, mientras Leocadia prepara su siguiente golpe. Todo se encamina hacia un punto de no retorno, donde cada decisión traerá consecuencias irreversibles.
El público, una vez más, queda atrapado entre el amor y la tragedia, esperando que el próximo episodio de La Promesa nos revele si este viento que sopla sobre la finca traerá redención… o una tormenta final que arrasará con todo.