La conferencia de prensa en la que Ferit anuncia a Abidin como socio de Korhan Holding

El gran día llega con la solemnidad de un acontecimiento que marcará un antes y un después en la historia de la familia Korhan. Ferit, frente a los medios y rodeado de flashes, anuncia oficialmente a Abidin como nuevo socio de Korhan Holding. Lo que a ojos del mundo empresarial parece una simple expansión de poder, en realidad es un gesto profundo de amistad, perdón y redención. Para Abidin, aquel reconocimiento significa que las viejas heridas han sanado y que, por fin, forma parte de la familia que tanto tiempo lo excluyó. Las lágrimas en sus ojos revelan la emoción que lo desborda, mientras el público aplaude conmovido. Ferit, orgulloso, sostiene la mirada de su amigo, sellando con ese gesto una alianza que trasciende los negocios.

Sin embargo, lejos del bullicio de la conferencia, una mirada distante observa todo en la pantalla de un televisor. En una mansión adornada con lujos silenciosos, Hanımağa —la misteriosa Çiçek— contempla la escena. Hace años perdió a su hijo y lo creyó muerto para siempre. Ahora lo ve convertido en un hombre fuerte, socio de un imperio. Sus ojos mezclan orgullo con dolor, pero tras esa emoción late un deseo oculto: ajustar cuentas con el pasado. Para ella, ese momento no es un cierre, sino el inicio de una venganza largamente planeada.

Al terminar la conferencia, Ferit decide celebrar el logro con una sorpresa íntima para Seyran. Organiza junto a Suna y Abidin una escapada al lago donde Seyran soñaba con pescar. En ese rincón de tranquilidad, entre risas y reflejos del agua, Seyran sostiene una caña y sonríe como si el mundo por fin se hubiera detenido. Ferit la observa en silencio, consciente de que su felicidad es su mayor recompensa.

Mientras tanto, en la mansión Korhan se respira otro aire. La empresa se prepara para una alianza internacional que promete colocarla en el mapa global. Halis Korhan, con el orgullo de un patriarca satisfecho, elogia la unión entre Ferit y Seyran, convencido de que ellos representan la nueva era de la familia. Pero la armonía se quiebra en los rincones más oscuros: Gülgün, aún marcada por el ataque que sufrió, declara ante la policía, ocultando su miedo. Ferit la llama emocionado para compartir la buena noticia del acuerdo, sin sospechar que su madre esconde un secreto que podría desatar tempestades.

A medida que el éxito empresarial avanza, las cuentas familiares se complican. İfakat y Orhan intentan conseguir créditos bancarios, pero los rechazos llegan uno tras otro. Las viejas deudas y la falta de liquidez han dañado la reputación de los Korhan. En medio del caos aparece Kazım, prometiendo conseguir el dinero que necesitan, aunque nadie confía en él. Dolido por el desprecio, jura encontrar su propio camino, decidido a demostrar que puede ser más que un simple oportunista.

Lejos de la tensión económica, Ferit, Seyran, Suna y Abidin disfrutan un día de campo. La naturaleza les devuelve la paz, pero un mensaje inesperado cambia el tono del momento: Seyran recibe la notificación oficial de su divorcio con Sinan. Libre al fin, respira un aire nuevo. Ferit la mira con ilusión renovada; siente que el destino vuelve a sonreírles.

Al mismo tiempo, Kazım contacta a un antiguo conocido, Sadık, para proponerle invertir en Korhan Holding. Sin embargo, detrás de Sadık se esconde Hanımağa. Ella mueve las piezas desde las sombras, utilizando a los hombres como instrumentos de su plan. Kazım cree haber abierto una oportunidad, pero en realidad ha permitido la entrada de su enemiga al corazón de los Korhan.

En la mansión, Suna confiesa sentirse mareada. Seyran la observa con ternura y sospecha: podría estar embarazada. La posibilidad enciende una esperanza dulce en Abidin, quien sueña con formar una familia. Sin embargo, mientras la alegría florece, las intrigas de Hanımağa se acercan como una tormenta silenciosa.

La calma se rompe cuando Halis comienza a desconfiar de Tayfun. Sus movimientos dentro de la empresa, su relación con Betül y su acceso a documentos confidenciales levantan sospechas. Orhan intenta restarle importancia, pero pronto las dudas se instalan en su mente. Decide hablar con İfakat, quien lo rechaza con frialdad, y termina refugiándose en Gülgün. Al verla frágil, promete protegerla y descubrir la verdad. Al partir, jura que hará una nueva prueba para comprobar la paternidad del bebé de Betül. Esas palabras abren una grieta en la aparente calma de la familia.

El amor también se pone a prueba. Ferit, impulsado por la noticia del divorcio de Seyran, sueña con casarse de nuevo, pero ella prefiere comenzar desde cero. No quiere precipitarse, desea reconstruir su relación sin errores. Esa diferencia de perspectivas revela cuánto han madurado. Aun así, el vínculo entre ellos se fortalece en medio de la crisis.

El embarazo de Suna finalmente se descarta. La noticia la deja abatida, aunque Seyran y Esme la rodean con amor. La madre aprovecha el momento para anunciar su nuevo proyecto: junto con Gülgün, abrirá un restaurante. Las tres mujeres, entre lágrimas y sonrisas, celebran el comienzo de una nueva etapa femenina en sus vidas.

Por su parte, Ferit se enfrenta a una difícil misión encomendada por Halis: visitar a un viejo amigo para pedirle ayuda económica. El encuentro, lejos de ser cordial, termina en humillación. Rechazado y ofendido, Ferit vuelve con las manos vacías, pero con la convicción reforzada de que no se rendirá.

La noche trae otro conflicto: Orhan pasa la noche en casa de Gülgün y al regresar desata la furia de İfakat. Los celos y el rencor hierven en silencio. Betül, temerosa de perder su lugar, busca una alianza con ella. Entre ambas comienza una guerra fría que amenaza con estallar.

Ferit, desesperado por salvar la empresa, acepta finalmente la ayuda de Sadık, sin saber que detrás está Çiçek. La condición impuesta es dura: hipotecar la mansión. El dolor de entregar la casa familiar es inmenso, pero la necesidad lo obliga. En ese instante, el plan de venganza de Hanımağa se pone en marcha.

La tensión alcanza su punto máximo cuando Esme, Seyran y Suna, preocupadas por lo que escuchan durante la fiesta en casa de Sadık, deciden ir a comprobarlo. Al llegar, se enfrentan a una escena de exceso y frivolidad. Ferit, avergonzado, apenas puede mirar a Seyran. Regresan a la mansión en silencio, con el orgullo herido.

Poco después, Ferit anuncia que ha conseguido el dinero y que las deudas serán saldadas. Halis lo abraza emocionado, sin imaginar que la casa ha sido puesta en riesgo. Seyran descubre la verdad y comprende el sacrificio de su esposo. Pero el hecho de que la mansión esté a nombre de Suna abre un nuevo conflicto: solo ella puede decidir si mantener o perder el hogar que los une.

La historia da un respiro luminoso cuando Esme y Gülgün inauguran su restaurante. La familia se reúne para celebrar, brindando por los nuevos comienzos. Es un instante de unión femenina, de esperanza. Pero la felicidad dura poco: justo cuando todo parece calmarse, Ferit se desploma repentinamente. El cansancio, la tensión y la angustia acumulada lo vencen. Seyran corre hacia él, presa del pánico, mientras los demás se quedan paralizados.

El corazón de la familia Korhan vuelve a estar en vilo. Entre traiciones, sacrificios y secretos, un nuevo capítulo se abre: el del precio que cada uno deberá pagar por sostener el nombre Korhan… y por proteger aquello que más aman.