VALLE SALVAJE – Capítulo 265 | Ana escapa de la trampa de Úrsula y la desenmascara durante la cena
En los próximos episodios de Valle Salvaje, el juego de intrigas, secretos y traiciones alcanza un punto decisivo cuando Úrsula, guiada por la fría estrategia de Victoria, recibe la orden de tender una emboscada contra Ana para silenciarla para siempre. El motivo es claro: Ana guarda en su memoria la verdad sobre lo ocurrido con Julio y el fallido plan que, en su momento, también puso en riesgo la vida de Adriana. Ese conocimiento es un peligro mortal para Úrsula y Victoria, quienes saben que si Ana habla, ambas quedarán desenmascaradas y con un pie en la cárcel.
La historia arranca con la duquesa Victoria trazando el plan con precisión milimétrica. Desde su tocador, con un gesto impasible, ordena a Úrsula que deje de titubear y ejecute lo que considera “la única salida”: eliminar a Ana en un paraje apartado, lejos de testigos y preguntas incómodas. Aunque Úrsula duda y asegura no ser una criminal, Victoria le recuerda que ya ha cruzado la línea moral desde el día en que envenenó aquella bebida destinada a Adriana, que terminó en las manos equivocadas y acabó con la vida de Julio. Bajo esta premisa, la duquesa le entrega un pequeño revólver, símbolo del peso de una decisión irreversible.
Úrsula pasa la noche en vela, atormentada por los recuerdos y la presión de Victoria. Frente al espejo, con el bolso donde guarda el arma, se repite una y otra vez que no hay otra opción, que todo se reduce a “apretar el gatillo”. Sin embargo, el miedo y la culpa la consumen, pues sabe que de aceptar el encargo, terminará de sellar su destino como asesina. A la mañana siguiente, nerviosa y con la determinación rota en mil pedazos, busca a Ana en su cuarto y le propone una cita en la antigua casa del casero, un lugar escondido cerca del arroyo, perfecto para la emboscada. La excusa: conversar a solas, reconciliarse y compartir un café lejos de miradas indiscretas.
Ana, aunque sorprendida, acepta sin sospechar del todo lo que Victoria y Úrsula maquinan. Pero en paralelo, Rafael, siempre atento a los movimientos de los criados y perspicaz ante las actitudes extrañas, intercepta a Ana antes del encuentro. Con tono severo, la confronta acerca de lo que sabe sobre Julio y Adriana. La criada, entre lágrimas, confiesa parcialmente sus temores, dejando escapar el nombre de Úrsula y confirmando, aunque sin dar todos los detalles, que hay un peligro real rondando. Rafael, decidido a salvar a Adriana y a proteger a Ana, le ofrece dinero y protección para ella y su familia si se atreve a hablar. Ana, aún aterrorizada, pide tiempo para pensar, pero Rafael ya sospecha que algo está por ocurrir de manera inminente.
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Llega el momento de la cita en el bosque. Úrsula, con el bolso cargando el revólver, se adentra entre los árboles. El silencio del paraje la oprime y cada crujido de las hojas aumenta su ansiedad. En el claro junto al arroyo, espera en vano la llegada de Ana. El retraso la consume, la hace dudar, y empieza a creer que la criada pudo haber huido o, peor aún, delatado su plan. Los nervios la empujan a marcharse, pero entonces una voz la sorprende por la espalda. Es Rafael, que aparece de entre los árboles para enfrentarla directamente.
El hombre la acusa sin rodeos: sabe lo del veneno, sabe que el objetivo era Adriana y que Julio pagó con su vida. La voz de Rafael retumba con rabia y certeza, dejando a Úrsula sin posibilidad de excusas. Ella intenta negar, pero sus palabras tiemblan y se desmoronan ante la seguridad de él. La tensión crece cuando Úrsula, arrinconada y desesperada, saca el arma de su bolso y apunta a Rafael. En lágrimas, grita que no puede permitir que la arresten, que si cae ella, Victoria la destruirá por completo. Rafael, en cambio, mantiene la calma y le responde que ya lo ha perdido todo, que lo único que le queda es asumir sus crímenes.
En un instante de desesperación absoluta, Úrsula aprieta el gatillo. El estruendo del disparo sacude el bosque, y el desenlace queda en suspenso: ¿logró herir a Rafael o falló en el último segundo? La escena se corta justo en el clímax, dejando al público al borde del asiento.
Este giro narrativo no solo expone la brutalidad de Victoria y la debilidad manipulada de Úrsula, sino que también coloca a Ana en el centro de la tormenta: ella posee las claves para desenmascarar a las villanas y salvar a los inocentes. Mientras tanto, Rafael se convierte en la figura de coraje que enfrenta la oscuridad con la verdad como única arma.
En Valle Salvaje, la trama demuestra que las mentiras y los crímenes nunca permanecen ocultos para siempre. La emboscada que debía sellar la muerte de Ana se convierte en el escenario donde Úrsula, al borde del abismo, queda expuesta ante todos. Y lo más inquietante es que, aunque haya apretado el gatillo, lo que realmente resuena en la mente de los espectadores es la pregunta inevitable: ¿será este el principio del fin para ella y para la poderosa duquesa Victoria?